Por Antonio Díaz OlivaRevista Qué Pasa 04/10/2012
La diferencia entre un buen reality -o docurreality en este caso- y uno por el cual pasamos haciendo zapping sin detenernos recae, la mayoría del tiempo, en un personaje. En ese personaje que toma el control del programa y, por lo tanto, de nuestra atención. Ahí está el caso de Cake Boss, un show que ya lleva cuatro temporadas y en el que seguimos lo que sucede en la pastelería Carlo’s Bakery, ubicada en Hoboken, Nueva Jersey. Y ahí está el caso de Bartolo “Buddy” Valastro Jr., quien, en términos simples, es el capo de esa pastelería, el capo tras ese negocio familiar perteneciente a un clan tan italianamente complejo como el de Los Soprano (la mención no es al azar ya que justamente los Valastro fueron los encargados de hacer varias de las tortas que aparecen en la famosa serie de HBO).
Y que valga la advertencia: si bien el tema de este show a primeras suena algo blandengue y demasiado dulce, en Cake Boss hay violencia (golpes, sacos de azúcar desparramados, pasteles destrozados), diálogos que parecen sacados de alguna película de Scorsese (la palabra fuck se repite bastante y con acento italiano) y uno ve las tortas más extrañas del mundo (enwww.carlosbakery.com).
Todo eso ha servido para que hoy Buddy Valastro se haya convertido en una celebridad: su cuenta de Twitter es seguida por miles, hace tours por Estados Unidos y hace poco se lanzó un spin-off llamado Kitchen Boss, el cual muestra los secretos de la comida italiana original y donde -por supuesto- todos sabemos que el que manda, o sea el que hace las ofertas que nadie puede rechazar, es él.
Por TLC los viernes a las 21:30 h. y repeticiones los sábados a las 2:30 a.m.
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