El sofá del Ministro

Por Rodrigo Wagner

El ministro Joaquín Lavín confirmó que no se hará la encuesta CASEN 2012. Y esta decisión tiene muchas implicancias. Lo más visible es no habrá una nuevas CASEN disponible al público antes de las elecciones Presidenciales de 2013.    Con esto, el Gobierno busca archivar el tema y dejarlo fuera de la agenda política. Además, se ahorran una medición que tiene un riesgo de no ser buena, y que se hubiera mostrado a meses de la elección, en Julio 2013.   Hay tres factores de riesgo que harían que la medición a publicitar el próximo año fuera poco favorable. Por un lado, en el período 2009-2011 tuvimos 10% de crecimiento económico per cápita, pero sólo 1 punto de reducción de pobreza (medido al estilo CEPAL), lo que contrasta con los 4 puntos que uno hubiera esperado, usando los datos históricos que predecían bastante bien esa dinámica hasta 2009. En segundo lugar, las sequías en el mundo pueden presagiar que nuevamente podríamos tener alzas en los precios de alimentos hacia el final de este año, que tienen el efecto de subir la pobreza. Y finalmente, si alguien cree que el resultado del 14.4% de pobreza fue empujado “un poquito” hacia abajo por detalles metodológicos de la medición en 2011, resulta que en la siguiente medición eso complica mucho más bajar la pobreza medida; ya que se partiría de un numero artificialmente bajo. No voy a entrar en la polémica de si se midió bien o mal, pero creo que el hecho de que hicieran la CASEN de Noviembre 2012 (a publicitar en 2013), le pasaría la cuenta al Ministro por cualquier pecado del 2011.    En resumen, mi intuición es que una encuesta todos los años generaba incentivos a no ser demasiado creativos en la forma de medir, lo que en jerga técnica ayudaba a internalizar la externalidad de una mala medición. Al eliminar la presentación de una CASEN el próximo año, cualquier pecado de medición actual le sale más barato en términos políticos. De nuevo, no estoy calificado para decir si hubo errores o no, sólo estoy diciendo que un mecanismo natural de incentivos se rompió al no volver a contar con medidas de pobreza sino hasta 2014.   Más allá de las repercusiones políticas, lamento mucho que no tengamos mediciones todos los años. Era una de las promesas donde la nueva administración había tenido agallas. Por supuesto uno podrá discutir si lo que necesitábamos era tener la actual CASEN o si es mejor un Panel para medir mejor la evolución de los mismos hogares y como van reaccionando, pero en cualquier caso con mayor periodicidad anual. No me dedico profesionalmente a contar personas pobres, pero para mi trabajo es muy importante entender como shocks externos pueden afectar a los hogares, las decisiones de emprendimiento y la competitividad; y para eso uso la encuesta. Lamentablemente no podremos ver los impactos de muchas cosas que pasaron en 2012, porque no tendremos datos de hogares. Y peor aún, porque los períodos en los cuales tengamos mediciones van a estar sistemáticamente correlacionados con ciclos políticos y económicos, lo que le resta representatividad a los estudios futuros.    Hay que reconocer que si medimos la pobreza anualmente es muy probable que este número no bajé estadísticamente. Pero esa no es una justificación para evitar las encuestas anuales. Si bien la medida de pobreza nacional es la más visible políticamente, lo más importante para la toma de decisiones son las mediciones dentro de Chile, ya que mucha plata se reparte tomando en cuenta resultados regionales, que estaban imprecisamente medidos hasta el 2011, cuando se rehizo y mejoró la precisión. Esos datos sub-nacionales obviamente se miden con menor precisión que la pobreza total, pero puede ser una potente voz de alerta cuando hay algunas zonas de Chile en que la pobreza se escape. Pero ahora no tendremos esa información, ni tampoco las más de cien preguntas que se hacían.   Nada de esto hubiera pasado si  se hubiera manejado la entrega de la encuesta de manera comunicacionalmente más profesional y si se hubiera escuchado a los técnicos en su debido momento. Y si bien  es probable que el próximo año tengamos al Ministro en otro puesto, lamentablemente toca repetir la frase célebre de Felipe Lamarca: “las penas pasan, pero las cagadas quedan…”.