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Soy un indignado

Soy un indignado 


Pertenezco a ese grupo de chilenos que después del terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010 nos hemos dedicado a ayudar a levantar escuelas, jardines infantiles, botes de pescadores y comercios que fueron destruidos por la fuerza de la naturaleza. Hemos sido miles los que hemos dedicado nuestro mejor esfuerzo, nuestra pasión y nuestro compromiso en ayudar a volver a levantar a Chile. Lo hicimos desde la alegría y desde nuestra libertad.
Muchos lo hicimos donando a Teletón, Desafío Levantemos Chile, al Techo para Chile y a muchas organizaciones de la sociedad civil. Miles de jóvenes se volcaron a ayudar a miles de familias chilenas, y nos conmovimos con el sufrimiento, pero sobre todo nos cautivamos con el compromiso de tantos por reconstruir nuestra sociedad. Sabemos que todavía nos queda mucho por hacer.
Soy un indignado, porque trabajamos sin descanso para que ningún niño chileno perdiera su año escolar en 2010 y, junto a mucha gente, lo logramos. Pero, un año después, vemos que miles de nuestros jóvenes están a punto de perderlo.
Soy un indignado, porque logramos levantar escuelas caídas para que nuestros niños pudieran estudiar, pero, un año después, otros las queman.
Soy un indignado, porque trabajamos sin descanso para levantar los pequeños comercios devastados por el terremoto y tsunami para que los emprendedores se volvieran a levantar; pero, un año después, veo a cientos de comerciantes como ellos que sufren los destrozos de sus locales cada vez que hay una protesta callejera.
Soy un indignado, porque un joven inocente ha perdido su vida tan sólo por haber estado en el lugar y momento equivocados (mientras escribo esta co lumna nos acabamos de enterar de que la bala que mató al joven Manuel Gutiérrez salió del arma de un carabinero; ojalá tengamos la mesura para condenar un hecho puntual y no a una institución completa, pues si es así escalemos también hasta los organizadores de las protestas).
Soy un indignado, porque vimos cómo nuestros carabineros evitaban los saqueos en los días posteriores al terremoto, y ahora vemos cómo delincuentes, escondidos entre los estudiantes, los atacan sin piedad en cada protesta. 
Soy un indignado porque, pese a todos los problemas que tenemos como sociedad, hemos tenido avances notables en las últimas décadas, y hoy nadie se atreve a reconocer su paternidad o maternidad. 
Soy un indignado por esos pseudoempresarios que engañan a la gente, sobre todo a los más pobres, renegociándoles sus condiciones sin ni siquiera preguntarles.
Soy un indig nado, porque conozco a muchos emprendedores de la educación subvencionada que, precisamente por hacerlo mejor que los colegios estatales (sí, los municipales, también son estatales), hoy día corren el riesgo de tener que cerrar sus colegios.
Soy un indignado, porque muchos de los parlamentarios de nuestro país han renunciado al liderazgo y responsabilidad que les otorgamos en las urnas.
Soy un indignado cuando veo al presidente del Colegio de Profesores defendiendo una supuesta calidad de la educación, cuando el gremio que preside se niega a evaluarse.
Soy un indignado, porque no estamos discutiendo las verdaderas y profundas razones de la pésima y desigual educación que les estamos entregando a nuestros jóvenes, quizás porque llevamos años usando a la educación como caballito de batalla de la política de turno.
Soy un indignado porque, salvo honrosas excepciones, hemos caído en la política de las encuestas y el Twitter, y hemos renunciado a defender las convicciones. ¿Qué tal si los políticos apagaran por unos días sus computadores y se dedicaran a defender sus convicciones?
Hoy día hablo por mí, y sólo por mí, porque además creo que no somos muchos los que en estos tiempos creemos en la libertad; sí, esa libertad para emprender, para equivocarse, para educar, para enseñar y para aprender.
Soy un convencido de que la derrota de la libertad no se debe a la fuerza de sus enemigos, sino que a la debilidad de sus defensores. 
Logramos levantar escuelas caídas para que nuestros niños pudieran estudiar, pero, un año después, otros las queman.”.

Ramón Vinay, el asesino está de vuelta

Homenaje A cien años de su nacimiento:
Ramón Vinay, el asesino está de vuelta

Voz de grano ancho, color de barítono y extensión de tenor. Fue el primer gran "Otelo" de la posguerra: "El asesino mejor pagado", como él mismo se definió.  
Juan Antonio Muñoz H. 
Galerías y plateas se derramaban para aclamar al moro. Otelo sale de la tormenta y la voz de Ramón Vinay penetra oídos y cuerpo con pulso de sexo decidido. Un moro de aristocracia salvaje y nacido en Chillán repleta la escena con su torso de gigante y su metro 90 de estatura, casi desgarrando la garganta para apoderarse del mundo con un "Essultate" mesiánico y desafiante, dispuesto a gozarse en las alegrías del pueblo chipriota y también en la valiente mansedumbre de Desdémona, que escapa de papá y de los lujos de Venecia para ir a mirar las estrellas con su exótico amante.
"Otelo" -grandes, Verdi y Shakespeare- es la tragedia de un mundo doméstico precario, al borde del abismo, reconstituido por la figura del héroe que así destruye el huracán como al enemigo. Que así reivindica la pasión, también precaria e inestable, como intenta restaurar el amor. Y Vinay, el tenor chileno, Otelo, se deja conquistar de nuevo por el canto de su Desdémona y fertiliza su afecto, y se rehúsa a ceder al trabajo del ácido. Vinay-Otelo, noble y bestia, señor y déspota, manos blancas en mente negra, lucha consigo y vuelve a querer a la amada, repite su canto de amor y muerte, poseído celebra la ceremonia del fuego y en él se quema y arde. La voz enorme no se quiebra sino al final, cuando ya la tempestad está yerta, cuando Desdémona no puede sino perdonar.
"Que nadie tenga miedo de mí", canta Vinay. Y desaparece la bestia para rugir sólo el hombre, y morir como señor. Como dueño de sí mismo. Atrás quedó el héroe de la batalla, el que hundió barcos, traspasó musulmanes e hímenes. Ahora sólo vive el canto del que va a acabar como asesino, añorando una vez más los labios de la amada, convertidos en altar, en féretro, en lápida. "Él nació para la gloria; yo para amarlo y para morir", anticipa Desdémona.
Otelo-Vinay entra a escena después que la soprano yugoslava Drágica Martinis implora a la Virgen en un abstracto e interminable Amén. Es la bestia ingenua y desquiciada por los celos, hecha un tormento por las mentirosas visiones de su mujer entregada a las manos de Casio. Pregunta decidido si se encomendó al cielo. Ella responde. Se da cuenta que le queda poco. "No me mates, Otelo", grita. Él no la escucha. Drágica-Desdémona muere asfixiada, y mientras lo hace él la posee y ella se deja y hasta lo quiere. Pero la doncella los descubre. "¡Otelo asesinó a Desdémona!". Llegan todos, incluso Iago, el villano. La mujer lo delata; Vinay-Otelo no puede soportarlo. Lo pisa como a una rata. "Nadie me tema". Toma el puñal. "Antes de asesinarte, esposa, te besé". Un susurro.
Sin la atronadora presencia del inicio, la voz de Vinay llena el teatro. Es apenas un murmullo. El noble guerrero-amante-condenado se extingue. La sala, en silencio. Nadie se mueve. Un último beso, y todo concluye.
Galerías y plateas se derramaban entonces para aclamar al moro. Desde la consola, un seguidor buscaba el rostro de Vinay-Otelo en medio de la oscuridad para ponerlo otra vez en las retinas del público. "Cuando yo hacía 'Otelo', la gente salía llorando", dijo el tenor al volver a Chile en 1986.
Llorando así como lo hizo Ramón niño en la Escuela Anexa a la Normal de Chillán, cuando fue escogido para cantar el Himno Nacional. Corría 1918. El tenor tenía entonces siete años. Los profesores lo eligieron. Cantó solo en el patio. En la primera parte, todo iba bien. Se sentía una callada voz de admiración entre los asistentes. Pero entonces los nervios no eran de acero, y el niño se quebró y se puso a llorar. La segunda estrofa quedó suspendida. Como suspendido debe estar también el juicio para narrar que el que quizás sea el hombre que más triunfos líricos diera a Chile, no cantaría en el país sino hasta 1948. De un año antes, 1947, data su versión para el "Otelo" de Verdi, dirigida por Arturo Toscanini; un dato que habla de todo lo que el tenor ya había conseguido en su carrera, coronada con Salzburgo entero en las manos de Wilhelm Furtwängler, en 1951, otra vez con el moro.
Como Bernardo O'Higgins y Claudio Arrau, Ramón Vinay Sepúlveda es chillanejo. Allí nació un 31 de agosto de 1911 y se crió junto a su padre Juan y su madre Rosa. Algunos han dicho que el año del nacimiento fue 1912, pero Rosa, la hija menor del tenor, confirma: "La inscripción de su nacimiento es de 1911, aunque se pudo confundir con la de su hermano Otto, que es de 1912".
Con esmeril, cincel y broca, lentamente esculpió su talento. Estudió en México, en el mismo conservatorio y en un curso superior que Jorge Negrete, que partió como tenor lírico y que después dejaría la ópera por el celuloide.
Durante varios años Vinay fue figura secundaria, pero desde 1944 se convirtió en una de las voces más cotizadas del ambiente musical norteamericano. México lo vio arriesgarse como barítono en las largas líneas del Conde de Luna ("El Trovador", de Verdi) y, más tarde, como tenor -qué difícil es, a veces, conocer las voces- en el Don José de "Carmen". Fue este papel el que lo llevó al New York City Opera y al Metropolitan, en 1945 y 1946.
Pero su consagración todavía estaba por delante. Correspondería a Arturo Toscanini sellar el triunfo, lacrar el nombre de Vinay en cúpulas y galerías. En La Scala de Milán debutó en 1947. "Humo blanco ayer, en La Scala", tituló su comentario uno de los críticos italianos más severos de la época.
Siguieron Florencia, Turín, Génova, Bolonia, Detroit y Chicago, nuevamente el Metropolitan, que se convirtió para él en una gran plataforma de lucimiento... Lo tentó Hollywood. Tampoco Bayreuth, sede de los festivales wagnerianos, le cerró las puertas. No podía hacerlo. El nombre de Vinay era una carta segura, y Alemania no podía permitirse no incluirlo en su ciclo de más renombre. Estuvo allí en 1952 y cantó seis temporadas seguidas. Un hito se dice no repetido por otro latinoamericano. Fue Tristán, el adúltero; el incestuoso Sigmundo, y se perdió en el monte de Venus, con Venus, como Tannhäuser. Hay una foto suya en Wahnfried: peregrinación obligada de los wagnerianos chilenos.
"Fui el asesino mejor pagado del mundo", dijo, refiriéndose a "Otelo", convertido en cábala desde que lo cantó por primera vez. Su repertorio abarcó también "Aída", "I Pagliacci", "Don Carlo", "Sansón y Dalila", "Tosca" y "Louise".
Volvió a Chile varias veces. "En lo que respecta al arte lírico, hay un entusiasmo aquí que sólo puede compararse con el ambiente de Milán", dijo en una de sus visitas a Santiago. Desde 1963, incursionó nuevamente en roles de barítono, cantando Scarpia ("Tosca"): el moro de Chillán se vestía ahora de fiera encubierta y verdugo, para proclamar frases contra natura ante el altar de una iglesia romana. Y sellando su prestigio de voz inclasificable y absoluta, perpetra la proeza de cantar dos roles de dos óperas consideradas entre las más difíciles del repertorio: fue Tristán y Kurwenal en "Tristán e Isolda", y Otelo y Iago en "Otelo". No siempre convence en estos postreros fogonazos.
El 23 de septiembre de 1969, en el Municipal de Santiago, se retiró de los escenarios, con una función de "Otelo". Canta Umberto Borso el papel titular y Vinay viste la piel de Iago. En el último acto, cambian los papeles y Vinay interpreta por última vez la escena de la muerte de Otelo. La ovación fue interminable.
Atrás quedaba el recuerdo de ese debut como bajo en un concierto de aficionados en el que cantó "Vecchia zimarra" ("La Bohème"), y esa apertura del Palacio de Bellas Artes de México, con "La Favorita" (Donizetti), en 1929. Vinay-Otelo-Tristán-Sansón, casado con Lushanya Tongay (fallecida el 19 de diciembre de 1990), padre de dos hijos (Ramón y Rosa), templo lírico en sí mismo, heredero de Tamagno, Zenatello y Zanelli, animal de escena y hombre de famosa cordialidad y bonhomía, espíritu resuelto, ejemplar de cabrío y artista admirable. Sus últimos años los pasó en una clínica geriátrica de Guadalajara, con su salud mental trizada. Rosa, su hija, cuenta que no dejaba de hablar de su patria y que cantaba "Chile lindo, lindo como un sol". Tras morir en Puebla el 4 de enero de 1995, a los 84 años, de un paro cardíaco, sus restos fueron sepultados en el cementerio de Chillán.
 Para escuchar
Hay numerosas grabaciones en vivo de Ramón Vinay y también comerciales. La lista que sigue son algunos de los álbumes disponibles en Amazon, en venta ya sea a través de la tienda web misma o de vendedores asociados a ella.
Charla homenaje
La Corporación Cultural de Carabineros organizó una charla-homenaje a Vinay, en el Teatro Escuela de Carabineros, que se efectuará mañana lunes 22 de agosto, a las 19:00 horas . La entrada es liberada. Intervendrán los expertos Orlando Álvarez, Javier Bernales y Francisco Marín. Durante la charla se proyectarán videos del cantante, incluyendo fragmentos del filme mexicano "Fantasía Ranchera" (1947) , que protagoniza Vinay junto a Ricardo Montalbán y Pedro Vargas. Asimismo se mostrarán fotografías exclusivas del archivo del Metropolitan Opera House de Nueva York , teatro que fue una de las principales plataformas artísticas del tenor chileno.

Algunas huellas del festival Sanfic

La vuelta al mundo:
Algunas huellas del festival Sanfic

Christian Ramírez 

El propósito original de los festivales de cine no era muy distinto al de las grandes exposiciones pictóricas de fines de siglo XIX: obtener una instantánea de lo nuevo que ocurría allá afuera, en el mundo. Pero, ¿quién puede dar fe de ello en días tan fragmentados como éstos? Tal vez es por eso que los filmes que se atreven con esa clase de desafíos adoptan formas más modestas y menos obvias, como atestiguan algunos de los mejores exhibidos en la séptima edición del Sanfic: ahí está Scorsese admitiendo la imposibilidad de querer filmar como Kazan, en "A letter to Elia" (porque, simplemente, ya no se puede filmar de esa manera); o Vincent Gallo, corriendo por su vida en "Essential Killing", un filme sin agenda ni respuestas, en movimiento perpetuo. Algo parecido le ocurre a Kelly Reichardt, en la magnífica y modesta "Meek's Cutoff", un western que intenta algo que parece imposible: reducir las gigantescas llanuras del Oeste al claustrofóbico infierno de tres familias que van desplazándose lentamente, perdidas rumbo a un Oregon inalcanzable después que el guía Stephen Meek les recomendara seguir un atajo -el "cutoff", aludido en el título- que ni él mismo tiene idea de dónde queda.
Reichardt -quien tal como en sus filmes anteriores ("Old joy", "Wendy & Lucy") se cuelga de un viaje para hilar la narrativa- adopta el pie forzado del traslado y de la apertura de horizontes sólo para sumir a sus emigrantes en un mar de dudas. ¿Dónde están el valor, el arrojo y la audacia a lo John Wayne, que uno suele asociar a esta clase de productos? ¿El material del que están forjados los mitos y las estatuas de los héroes de la frontera? Aquí todo y todos parecen sometidos a cuestionamiento: el guía/explorador, las desamparadas familias e incluso un indio que aunque va merodeando alrededor de la caravana (tal como haría un piel roja, de acuerdo al lugar común) resulta incapaz de aportar autoridad o amenaza, como si él mismo ocupara un rol prestado, de afuerino en su propia tierra.
Si tal es el nivel de extravío durante el viaje, ¿hacia dónde ir? La respuesta bien podría estar del lado de "Guest" (2010), de José Luis Guerín, un diario de viaje filmado con cámara digital durante el extenso tour de festivales que el realizador emprendió entre 2007 y 2008, llevando bajo su brazo las hermosas "En la ciudad de Sylvia" y "Unas fotos en la ciudad de Sylvia" (ambas de 2007). La fórmula en principio era simple: recoger lo que más le llamase la atención en su camino; pero la idea, que parte como un bellísimo cuaderno de apuntes filmado (el ojo de Guerín es uno de los mejores de la historia del cine), va transformándose una y otra vez frente al espectador. Desde un simple punto de partida, la típica pregunta que le hacen acerca de su cine: "¿cuál es la relación que existe entre la ficción y el documental?", la cinta evoluciona a un persistente intento por recoger lo que la gente piensa, siente y habla en las plazas de las distintas ciudades que van alojando al viajero, como Bogotá, Santiago de Chile (el cineasta estuvo presente en el Sanfic 2007), Nueva York, Sao Paulo, La Habana, Lima o Jerusalén. Para alguien que ha seguido a Guerín y su silencioso trabajo de mirada urbana, ver a tanta gente hablando y hablando a la cámara puede ser un shock : poetas populares, vendedores callejeros, transeúntes, caricaturistas y apocalípticos predicadores se suceden sin tregua, como si todas las ciudades tuviesen los mismos actores de repertorio, como si hasta en eso que solía llamarse "color local" las urbes modernas ahora fuesen intercambiables, indistinguibles. Entonces, de golpe y perdido en una derruida barriada china, Guerín encuentra la salida, o mejor dicho la puerta de entrada en su "vuelta al mundo": lo que partió como un mero conjunto de vistas deriva a un itinerario de intimidad, fragilidad, pobreza y miseria que lo llevará en un trayecto desde los devastados solares de La Habana vieja hasta la antigua ciudad de Samaria, ubicada hoy en Palestina, ruinas donde todas las historias desembocan, donde el lenguaje ya no sirve, donde las huellas del camino se confunden y el kilometraje vuelve a cero.
La inmensa cineasta Chantal Akerman, avizorada de paso en "Guest", le advierte al director que "el pecado está en que adoramos y confiamos ciegamente en las imágenes; pero que no hay remedio: en estos días son lo único que nos queda". Juntando una detrás de otra, Guerín le va dando la razón: aunque cierren los ojos, o se tuerza la vista, es imposible resistirse. Siempre se vuelve a mirar.

Pedro Tyler: Como regla de oro

Galería Florencia Loewenthal
Pedro Tyler: Como regla de oro

WALDEMAR SOMMER 

La amarilla y funcional regla plegable de madera con que mide el carpintero luce en dos salas santiaguinas. Es cierto que también antes usó ese objeto el brasileño Meireles. Sin embargo, el uruguayo avecindado en Chile Pedro Tyler lo convierte en protagonista único de su obra actual. Y a través de este material, ¡cómo ha madurado el expositor de galerías CCU e Isabel Aninat! Con semejante intermediario, en el primero de estos recintos, el artista crea una instalación y la documentación de performances; con el mismo instrumento pinta y esculpe en la sala de calle Espoz. Analicemos cada parte de la doble cita, "Proyecto Desvelo". De ese modo, la Sala de Arte CCU, en penumbras, logra adaptarse al conjunto de ocho camas destartaladas, vacías de ropas y de durmientes. Un pequeño foco luminoso, en sincronizado vaivén, ilumina con su ordenado claroscuro el respectivo lecho. Se produce un ambiente de evocaciones y de ensueño. Los muros grises y el piso marmóreo del local ahora sí consiguen enmarcar, envolver con acierto la calidez mágica de las luces y el color de los metros plegables. Estos elementos insólitos parecen establecer la paradoja de racionalizar el sueño. En la muralla del otro lado del lugar y dentro de cajas de luz, fotografías en colores recogen la concurrencia de la cama, ahora solitaria, en onírico contraste con una docena de escenarios diversos. Emerge, de esa manera, desde una esquina de metrópoli contemporánea o junto a una contaminada planta industrial, frente al romper mismo de las olas o en medio de un campesino rastrojo de maíz.
El treintañero Tyler entrega el resto de su obra, visualmente bastante distinto, en Galería Aninat. Allí ilumina el espacio blanco con el amarillo variado y preponderante de sus trabajos. Así, el prosaico material made in China emprende metáforas plásticas de una fantasía y sentido de la belleza formal muy considerables. Tenemos, entonces , productos tales como "Sol de medianoche", con el creciente paso desde el manchado con negro transparente, hasta llegar a la plenitud del amarillo en lo alto del arco determinante. O las diferenciadas líneas dinámicas alrededor del centro vacío con una frase en gris, integrantes que bien sugieren el título "Tempestad". "Velo", en cambio, utiliza blanquecinas reglas transparentes. Dispuestas ellas horizontales y sobre nuestras cabezas, resultan capaces de reflejar sobre el muro el texto: "Una razón para que existan las sombras". Tampoco faltan la composición con metros negros y palabras talladas en su madera y un libro, "White Pages". Éste retrata, esculpidos en el material y con cierto grado de realismo, retratos de artistas célebres, unidos por una sensibilidad enfermiza que los condujo a la autoeliminación. Asimismo, hallamos piezas tridimensionales (los dos "Instantes"), de una volumetría algo elemental.
En Galería Loewenthal
Florencia Loewenthal estrena su nuevo local, una típica casa ñuñoína. Esta segunda exhibición de estreno nos muestra la producción reciente de una artista ciento por ciento pintora. Se trata de la conocida Natalia Babarovic. Logra imponerse sobre la sensibilidad del espectador, a través del poderoso vigor plástico de una figuración que sabe aprovechar recursos abstractos con indudable libertad. Si bien la expositora parte de fotografías de su propia historia personal, en sus cuadros en amplio formato va bastante más allá de eso. Destaquemos un gran panorama del Estero de Viña del Mar. Aquí el protagonista capital es el empaste de blancos, verdosos y rosados que representa el agua, en refinado contraste con las masas oscuras del entorno trasero. Mayor intensidad y diferenciación cromáticas ofrecen tres visiones de plaza. Dos de ellas constituyen escenas violentas y por entero diferentes a la tercera, con el intimismo del accionar suave de dos niñitas jugando. En este trío de telas se impone, sin embargo, una atmósfera vibrante de colores rebajados. Pero la cumbre genuina de lo ahora expuesto reside en el par de versiones de un grupo de personas bajo una palmera y junto al estero viñamarino. Poseen ambas la particularidad de consistir en una visión observada desde arriba y donde la sombra del árbol se convierte en un gran personaje, capaz de imponer su presencia hasta con ferocidad formal.

"Proyecto desvelo"
Lugar:
 Galería CCU
Fecha: hasta el 3 de septiembre
"Luz propia"
Lugar:
 Galería Isabel Aninat
Fecha: hasta el 22 de septiembre
Variado conjunto de un Pedro Tyler maduro, y donde un único objeto, el metro de carpintero, resulta protagónico.
Pinturas recientes de Natalia Babarovic
Lugar:
 Galería Florencia Loewenthal
Fecha: hasta el 17 de septiembre

Hannah Arendt: pensar sobre el mundo que protesta


Teoría política Indignación global
Hannah Arendt: pensar sobre el mundo que protesta

No es sólo Chile. Son el mundo árabe, Europa, y hasta Israel. ¿Qué pasa? En tiempos de poca claridad, siempre es bueno recurrir a una filósofa que pensó la política, y que hoy influye en esferas como la teoría del derecho o el multiculturalismo. Hablamos con dos especialistas españolas que visitan Chile.  

Juan Ignacio Rodríguez Medina 
Que el mundo está revuelto, qué duda cabe. No es sólo la primavera árabe: son Grecia, España, Israel, Londres, Hamburgo -donde en una pared se leía: "Londres está en todas partes"-. Y Chile, por supuesto Chile. El mundo se mueve, y las autoridades están perplejas.
En medio de ese ambiente, el miércoles pasado -en el subterráneo de un café en la Plaza Ñuñoa, pues la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile está tomada- se desarrolló la tercera versión de las Jornadas Arendtianas, organizadas por el Departamento de Filosofía de dicho centro de estudios. Un encuentro underground para conversar con dos connotadas especialistas en el pensamiento de Hannah Arendt, la filósofa judeo-alema. La primera, Fina Birulés, es docente de la Universidad de Barcelona y autora de "Una herencia sin testamento: Hannah Arendt". La segunda, Cristina Sánchez, es profesora de la Universidad Autónoma de Madrid y responsable de "Hannah Arendt. El espacio de la política"...
Horas después, ya terminado el encuentro, Birulés y Sánchez comparten una mesa en un restaurante ubicado en Chile-España. Acaban de terminar su almuerzo, y se aprestan a responder sobre Arendt y la contingencia política mundial.
-¿Qué importancia tiene en la actualidad volver la mirada hacia Arendt?
Fina Birulés : "Yo diría que su capacidad de repensar el espacio de lo político más allá de su mera identificación con la gestión de los acontecimientos o las necesidades de un país, seguramente esto es algo que conviene a nuestro tiempo".
Cristina Sánchez : "Yo resaltaría también, en esa línea, su idea del poder como algo colectivo, compartido, vinculado a la idea de actuar concertadamente. Además, no olvidemos, por ejemplo, que en los movimientos sociales de mayo del 68 en Estados Unidos, en Berkeley, los estudiantes leían fundamentalmente "El hombre rebelde", de Albert Camus, y "Sobre la revolución", de Hannah Arendt".
-¿Qué entiende Arendt por política?
FB : "Creo que Cristina ha dicho ya algo al respecto. Ella entiende la política como aquella dimensión en la cual los humanos pueden participar, y participar desde una voluntad de actuar concertadamente, de crear relaciones y de innovar un espacio, llamémosle, heredado. Por lo tanto, lo político es la posibilidad de distinguirse, de singularizarse y actuar en primera persona".
CS : "Bueno, como ha dicho Fina, la idea es que la política es el ámbito de acción de la ciudadanía, aunque Arendt no utiliza el término ciudadanía. En ese sentido, quizás lo que está planteando es una profundización de la democracia por la vía de lo que denomina contratos horizontales entre la misma sociedad civil. Yo creo que esto es lo que estamos viendo actualmente en distintos países; demandas que reclaman que la política no sea exclusivamente el espacio de las élites, que no sea el espacio de la administración y de la gerencia, sino que el de la ciudadanía, de mostrarse en público, de poner sobre la agenda política las diferentes agendas".
-¿Y qué rol juega la confianza en la autoridad? ¿Piensa eso Arendt?
CS : No, ella no habla de la confianza, porque si hablamos de autoridades políticas, se trata de legitimidad, no de confianza.
-¿Vivimos una crisis de legitimidad en las instituciones y las autoridades?
CS : No, no creo. Lo que hay es un cuestionamiento a cómo se están utilizando las instituciones, a cómo se está ejerciendo la autoridad. Y también a otra cuestión, que Arendt no señaló: cómo poderes económicos, que no son poderes legítimos porque no los hemos votado, están teniendo una mayor influencia y un control sobre la soberanía estatal.
FB: Me gustaría agregar algo. Arendt escribe, en "Crisis de la República", sobre la mentira en política y la nueva forma de hacer política que lleva a los políticos a estar rodeados de supuestos trouble solver , como los llama ella, resolutores de problemas -los think tank -, que con una serie de informes y más informes dan una protección al político frente a la realidad y hacen que nunca se enfrente directamente a los problemas reales.
-¿Se puede hablar entonces del surgimiento de una nueva democracia, tal vez más real?
FB : "Desde la perspectiva de Arendt, es difícil hablar de una propuesta política. Sí me parece que es útil pensar, desde dicha perspectiva, la especificidad de lo que ocurre, y no creer que ciertas formas de participación política sean las verdaderas, no menospreciar y considerar irregular que haya montones de gente manifestándose y hablando fuera de los cánones habituales. No, no. Allí se está jugando un cierto futuro, no sé si -por ejemplo- de la democracia chilena, pero sí de otra forma de participación política".
Crisis social y política
"No podemos disociar en este caso lo social de lo político -explica Cristina Sánchez-. La mayoría de los países conseguimos la ciudadanía política hacia mediados del siglo XX, pero no así la ciudadanía social; esto es, el disfrute de bienes básicos, necesarios para el desarrollo humano. Eso es lo que se está demandando". "Yo estoy de acuerdo -complementa Fina Birulés-, pero siendo un poco más arendtiana, en el sentido de distinguir lo social de lo político. Y es que difícilmente alguien puede poner en ejercicio sus derechos políticos si está todo el día ocupado en sobrevivir o en pagar sus múltiples créditos. En ese escenario, las condiciones sociales se convierten en una cuestión política de primer orden".
-¿Es esa contradicción la que se está manifestando hoy en las calles?
CS : "Sí, pero también es importante el ejemplo de lo ocurrido en los países árabes. Pensábamos que la población de esos lugares no iba a ser capaz de enfrentarse a sus gobiernos directamente, o de salir a la calle, dada su historia previa y las feroces dictaduras. Y sin embargo han salido y han reclamado. Es lo que Arendt entiende como la espontaneidad de la acción. Con cada nacimiento, con cada persona, se puede iniciar una nueva acción que cambie el mundo. Esa espontaneidad tenemos que tenerla muy presente en toda esta actividad ciudadana".
-Dentro de esta vorágine política, ¿cuál es el rol de la teoría?
FB : "Intentar comprender la especificidad de lo que ocurre. Aunque ciertamente la teoría no tiene por qué decir qué es lo que hay que hacer. Eso lo hacen los activistas, quienes quieren actuar concertadamente y cambiar algo".
CS : "De todos modos, los espectadores también intervienen, al darle un sentido a esa comprensión del acontecimiento. Y ahí me parece importante señalar que lo que está ocurriendo en Chile ha generado una red de espectadores internacionales muy pendientes de lo que va a ocurrir".
-¿Por qué?
CS : "Quizás porque -si bien en cada país la indignación ha tenido una especificidad, y no podemos establecer analogías tan claramente- este país era el modelo de triunfo del neoliberalismo político y económico. Entonces, plantear otras alternativas desde aquí, en lo político, lo económico, plantear una reivindicación del espacio público y plantear que este modelo fracasa, es muy importante".
 Leer y estudiar a Arendt en Chile
Chile vive su boom de estudios arendtianos. Por de pronto, está la visita de las expertas españolas; en el caso de Fina Birulés, invitada por el Instituto de Filosofía de la UC; y en el de Cristina Sánchez, gracias a un proyecto de "inserción de capital humano avanzado", de Conicyt. Pero además de eso,en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Chile existe un grupo de estudios dedicado a la obra de esta pensadora -encabezado por la docente María José López- quienes, además de su labor académica y de organizar las Jornadas Arendtianas, tienen un sitio web:www.hannaharendt.cl .
Cabe mencionar también, dentro del Instituto de Humanidades de la Universidad Diego Portales, a Vanessa Lemm y Miguel Vatter , como otros referentes. El último, por ejemplo, editó "Hannah Arendt: sobrevivir al totalitarismo". Y si de libros se trata, de Arendt encontramos en librerías chilenas "Los orígenes del totalitarismo" y "La condición humana" , sus obras más connotadas. Pero también títulos como "Qué es la política" , "La vida del espíritu", "Sobre la revolución" , "Hombres en tiempos de oscuridad", "Escritos judíos", "De la historia a la acción" y su "Diario filosófico" .

Cambio sociales en el mundo

ENCUESTA A HISTORIADORES Cambio sociales en el mundo
¿Qué tienen en común los movimientos sociales que se expresan en distintas partes del mundo?

¿Existe algún ejemplo dentro de la historia universal que pueda ser recordado a propósito de dicha situación global? Hicimos estas dos preguntas a modo de encuesta a 6 historiadores chilenos. Estas fueron sus respuestas.  

D.S y J.I.R.M.  Ana María Stuven: "El crecimiento económico se convierte en bandera cultural"

1. Lo que es común es la existencia de movimientos sociales globales y su posibilidad de expresión, y que todos surgen de sensaciones de frustración. También que la multiplicación de redes sociales actúa como estímulo para canalizar y legitimar la decisión de manifestar las reivindicaciones, así como espejo de las diferencias. Por ejemplo, en el mundo árabe, de libertades básicas: la religiosa y democracia. No todos los movimientos tienen la misma inspiración ni origen. En Europa, con expectativas democráticas satisfechas, la ciudadanía reacciona a la pérdida de prerrogativas por la crisis y por sensación de desesperanza, también espiritual, ante las promesas incumplidas de la modernidad. También en Chile son movimientos posdemocratización; expresión de una ciudadanía crítica capaz de organizarse. El "cambio", compromiso del gobierno, y el crecimiento económico, convertido en bandera cultural, desataron expectativas de representación que resolvieran problemas atávicos, como la educación y la distribución desigual de la riqueza. La inequidad genera desconfianza en los partidos y la institucionalidad. Lo común a los movimientos sociales occidentales es su descontento con un modelo institucional y de desarrollo que elimina la confianza en el progreso indefinido, promesa del mundo moderno.
2. Históricamente, los movimientos sociales se han inspirado en luchas por igualdad, tolerancia religiosa y libertad política. Se transita de las "revueltas" localizadas del mundo antiguo hacia movimientos globales cuando se asigna a las ideas, expresadas en público, capacidad de cambiar la realidad. La historia se hace proceso consciente y reemplaza las inquietudes teleológicas de la sociedad. La Revolución Francesa impulsó el antiabsolutismo; las de l848 promovieron la democracia; la "cuestión social" reivindicó la igualdad y los derechos sociales. Se tornan posibles por la creación de una esfera y una opinión públicas que irrumpen consagrando al individuo, a la razón y la legitimidad del pueblo soberano como actor fundamental de la política moderna. En ese contexto "público", los movimientos sociales van recogiendo "espíritus de época" y visibilizándolos en distintos lugares simultáneamente, como sucedió por ejemplo con las transiciones democráticas en América Latina en las últimas décadas .
Directora del Programa de Historia de las Ideas Políticas, Universidad Diego Portales.
Alejandro San Francisco: "No conocemos el final de los procesos"
En la historia existen sucesos con "efecto dominó". Así se produjeron las independencias en Hispanoamérica a comienzos del siglo XIX, la consolidación del comunismo en Europa Oriental después de la Segunda Guerra Mundial o bien la tercera ola de democratización (Huntington) en las dos últimas décadas del siglo XX. Hoy podemos ver esa misma situación de protesta en distintos lugares del orbe.
La década de 1960 tiene algo del sentido rebelde y contestatario que vemos en el mundo este 2011. En parte fue el impacto de la Revolución Cubana, pero también las numerosas y transversales protestas contra la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, agosto de 1967 en la Universidad Católica de Chile o mayo francés un año después. Incluso al este de la Cortina de Hierro sucedió lo mismo, gráfica y dramáticamente demostrado en la Primavera de Praga y sus ilusiones, o las obras aparecidas y censuradas de Solzhenitsyn en la URSS. En definitiva, era un mundo de contrastes, de lucha generacional, de rebelión contra los mayores y la sociedad que se había heredado.
Los pueblos reclaman lo que no tienen: libertad ante las dictaduras, igualdad social ante las desigualdades, derechos para los postergados. En cada caso las demandas se reflejan de manera diferente, tanto en los objetivos (mejorar el sistema o destruirlo), en los medios (pacíficos o violentos), como en los actores (grupos, partidos, líderes, Fuerzas Armadas).
Finalmente, para la situación de hoy no debemos olvidar el problema de la perspectiva. Es posible hacer un análisis más o menos detallado de las distintas revoluciones del siglo XX.En el caso de los movimientos sociales del 2011 tenemos un problema que los historiadores del presente siempre recuerdan: no conocemos el final de los procesos, y si bien podemos comenzar a historiarlos, queda abierto el camino y del resultado.
Alejandro San Francisco, profesor de la P. Universidad Católica.
Enrique Brahm: "Nada nuevo en nuestra historia"
1 . La historia es una ciencia de lo singular, por lo que la tendencia a buscar explicaciones globales para entender procesos que presentan ciertas similitudes, sea ocurridos en una misma época o en períodos históricos distintos, puede llevar a forzar las cosas. Por simplificar en extremo se termina por no entender los sucesos particulares. A simple vista y sin ser un experto, los movimientos sociales que llenan en estos últimos meses los titulares de la prensa, parecen tener causas muy diversas. No son comparables los levantamientos del mundo árabe que buscan derribar regímenes dictatoriales de antigua data, con las protestas callejeras británicas originadas en la falta de integración al sistema de inmigrantes de distinta procedencia.
En el caso de Chile, la pretensión de asimilar lo que aquí ocurre a una corriente mundial choca con la evidencia de que las cabezas más visibles de las protestas -que no tienen nada de espontáneas- son reconocidos líderes comunistas. Nada nuevo en nuestra historia, quizá con la diferencia de que hoy la mayoría los siguen no movidos por la pasión ideológica, sino impulsados por un cierto vacío interior que alcanza sus formas extremas en corrientes anárquicas o disidentes del marxismo clásico. Por lo menos en este caso la enseñanza de la historia es trágicamente clara para mostrarnos en qué pueden terminar las protestas revolucionarias del comunismo.
2 . El ciclo revolucionario chileno que llevó a su crisis terminal al régimen democrático que tanto nos enorgullecía tenía sus raíces en buena medida en el distanciamiento que se había producido entre el -formalmente- buen funcionamiento de éste y el estancamiento del crecimiento económico consecuencia de la galopante socialización. Hoy la presión popular se explica porque el crecimiento económico sostenido hace ver que es posible salir del subdesarrollo y la miseria. Ya el ciclo revolucionario europeo de la primera mitad del siglo XIX dejó en evidencia que las protestas surgen no necesariamente de lo profundo de la miseria, sino cuando se descubren los medios -en esa época la revolución industrial- para superarla.
Enrique Brahm, Universidad de los Andes.
Nicolás Cruz: "Hay novedad en el uso medios de comunicación no controlados"
1. La búsqueda de un elemento común que permita explicar movimientos diferentes en lugares muy distantes entre sí puede resultar inútil. Si tal cosa existe, es probable que lo podamos observar más adelante cuando tengamos una perspectiva de lo sucedido. Por el momento, los conocedores de la situación en África, por ejemplo, alertan sobre los diferentes objetivos y características de lo que está teniendo lugar en las diversas sociedades y los inconvenientes de las generalizaciones. Esta impresión se confirma si nos preguntamos por ''lo común'' con los movimientos sociales de parte de Europa y en algunos países de América Latina.
No obstante, un elemento común puede encontrarse en la pregunta misma que busca una similitud a partir de la idea de que en un mundo globalizado e interconectado las cosas deben suceder por motivos semejantes o ser manifestaciones de un mismo proceso. La novedad de ciudadanías que se organizan a través de medios de comunicación no controlados y comparecen en espacios públicos de manera intempestiva es significativa y ha introducido una posibilidad de manifestación que no conocíamos en esta forma y velocidad, pero de la cual sí teníamos noticia puesto que los momentos de cambios en la historia se han caracterizado por la activa circulación de la información, la que en cada uno se ha hecho de acuerdo con las posibilidades y características del período.
2. Se nos pregunta por algún momento de la ''historia universal'' que pueda ser recordado a propósito de esta situación. El punto de inicio está en la claridad que podamos alcanzar sobre "esta situación" (la actual) y a partir de ésta es que sabremos qué buscar y comparar. Teniendo la impresión de que podemos sacar mejor provecho atendiendo a un proceso que se despliega en un cierto lapso de tiempo, el conocimiento y reflexión que hagamos del período posterior a la Segunda Guerra Mundial y la segunda mitad del siglo XX, nos entrega herramientas útiles que nos permitan mejorar la calidad de comprensión de lo que está sucediendo, o empezando a suceder, en esta década.
Profesor de la P. Universidad Católica.
Julio Pinto: "Se comienza a cuestionar lo que antes parecía parte del sentido común"
1. Lo que tienen en común es la decisión de enfrentar situaciones largamente establecidas, que hasta la víspera se veían inexpugnables. Ocurre a menudo que las instituciones o prácticas sociales (como el modelo neoliberal, o los regímenes políticos del Medio Oriente) se ven tan sólidas, que parecen convertirse en parte del paisaje físico, se "naturalizan". Pero de repente empiezan a aparecer grietas o inconsistencias (las recurrentes crisis financieras, el debilitamiento de Estados Unidos como potencia hegemónica) que llevan a las personas a recordar que se trata de situaciones socialmente construidas, y por tanto perfectamente susceptibles de cambio. En ese minuto se comienza a cuestionar lo que antes parecía parte del sentido común: ¿por qué se debe pagar por derechos sociales básicos, como la educación o la salud?, ¿por qué es válido lucrar con la provisión de esos derechos?, ¿es conveniente hacer del nexo monetario la principal forma de relación entre las personas? A partir de esa pregunta, la indignación y la insatisfacción derivan en activación social, y los descontentos salen a las calles para cambiar lo que antes se veía inconmovible.
2. Muchos, pero el más reciente es la década de los 60, cuando también las y los jóvenes fueron protagonistas. El período post-Primera Guerra Mundial, el período de la Revolución Francesa y las independencias americanas, en fin: todo período marcado por el debilitamiento del orden establecido y la perspectiva de cambios estructurales.
Director del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile.
Patricio Bernedo: "Hay similitudes con los hechos de 1848 y de 1989"
1. Aun cuando las realidades políticas, económicas, sociales y culturales de los países -Chile incluido- que están viviendo crisis sociales son radicalmente distintas, existen algunos elementos básicos comunes. Uno de ellos, muy evidente por lo demás, es el deseo y la exigencia de cambios, que mirados en perspectiva pueden ser acotados al sistema educacional y a demandas por una mayor y más efectiva participación política en un contexto democrático, donde los que se rebelan son ciudadanos. En el otro extremo, pueden buscar el derrocamiento de regímenes dictatoriales por la vía pacífica o armada, según sea el caso, donde los que se rebelan son súbditos que luchan por libertades básicas. Sin embargo, en todos los casos, son personas que exigen sociedades más inclusivas, justas, igualitarias, protectoras, participativas, donde las instituciones y las autoridades velen también por sus derechos e intereses.
2. Se pueden mencionar varios casos: la rebelión estudiantil en torno a 1968 y la caída en serie de los regímenes comunistas tras el derrumbe del Muro de Berlín en 1989. Si miramos más atrás, aparece el ciclo revolucionario europeo de 1848, que demandó más participación política, mejores condiciones de trabajo y salariales, libertad de prensa, entre otros aspectos. Esta revolución, que finalmente resultó fallida, afectó a Francia, a los Estados alemanes, y en parte al imperio austrohúngaro, a Italia, Suiza, y sus ecos se hicieron sentir en Irlanda, España, Grecia, e incluso Chile.
Director Instituto de Historia de la P. Universidad Católica

La predicación del Señor...‏


La actividad de enseñar fue para Jesús 
la misión central de su vida pública. 

Pero la predicación de Jesús era muy distinta 
a la de los otros maestros y esto hacía que 
la gente se extrañara y se admirara. 

Ciertamente, aunque el Señor no había estudiado (cf. Jn 7,15), 
desconcertaba con sus enseñanzas, porque «hablaba con autoridad» (Lc 4,32). 
Su estilo de hablar tenía la autoridad de quien se sabe el “Santo de Dios”.
Precisamente, aquella autoridad de su hablar 
era lo que daba fuerza a su lenguaje. 

Utilizaba imágenes vivas y concretas, 
sin silogismos ni definiciones; 
palabras e imágenes que extraía 
de la misma naturaleza 
cuando no de la Sagrada Escritura. 

No hay duda de que Jesús era buen observador, 
hombre cercano a las situaciones humanas: 
al mismo tiempo que le vemos enseñando, 
también lo contemplamos 
cerca de las gentes haciéndoles el bien 
(con curaciones de enfermedades,
con expulsiones de demonios, etc.). 

Leía en el libro de la vida 
de cada día experiencias 
que le servían después para enseñar. 

Aunque este material 
era tan elemental y “rudimentario”, 
la palabra del Señor era siempre profunda, 
inquietante, radicalmente nueva, definitiva.
La cosa más grande del hablar de Jesucristo 
era el compaginar la autoridad divina 
con la más increíble sencillez humana. 

Autoridad y sencillez eran posibles en Jesús 
gracias al conocimiento que tenía del Padre 
y su relación de amorosa obediencia con Él (cf. Mt 11,25-27). 

Es esta relación con el Padre 
lo que explica la armonía única 
entre la grandeza y la humildad. 

La autoridad de su hablar 
no se ajustaba a los parámetros humanos; 
no había competencia, 
ni intereses personales o afán de lucirse. 

Era una autoridad que se manifestaba 
tanto en la sublimidad de la palabra o de la acción 
como en la humildad y sencillez. 

No hubo en sus labios 
ni la alabanza personal, 
ni la altivez, ni gritos. 

Mansedumbre, dulzura, 
comprensión, paz, serenidad, 
misericordia, verdad, luz, justicia... 
fueron el aroma que rodeaba 
la autoridad de sus enseñanzas.

Detective gallego ...


En la academia de cadetes de la Guardia Civil Española el jefe de

reclutamiento entrevista a 3 aspirantes gallegos para probar sus

habilidades como futuros detectives. 
 
Le muestra al primer gallego una foto por 5 segundos y luego la esconde.



Este es su sospechoso. ¿Cómo lo reconocería?



El gallego contesta:

 Pues es muy fácil. Lo cogería rápido porque sólo tiene un ojo.



El entrevistador contesta:

 Bueno, es porque es una foto de perfil.



Algo frustrado por esa primera respuesta, se dirige al segundo

gallego, le muestra la misma foto por 5 segundos y le pregunta:

 Este es su sospechoso. ¿Cómo lo reconocería?



El segundo gallego se ríe socarronamente, mira al entrevistador y dice:> 

 Es un juego de niños, ¡Que tiene una sola oreja!'

 

El entrevistador se enfada y les dice:

¿Pues que pasa con vosotros? ¡Por supuesto que tiene un sólo ojo y

una sola oreja, porque es una foto de perfil! ¿Esa es la mejor respuesta que podéis dar?



Ya muy frustrado a esta altura, se dirige al tercer gallego, le muestra la foto y le dice:

Este es su sospechoso, cómo lo reconocería? Piense bien antes de

contestar una estupidez.



El gallego mira intensamente la foto unos segundos y dictamina:

El sospechoso usa lentes de contacto.



El entrevistador queda sorprendido y sin palabras porque realmente él

mismo no sabe si el sospechoso usa o no lentes de contacto.



 Bueno, esa es una respuesta interesante. Espere unos minutos que

reviso el prontuario y ya vuelvo.



Sale de la sala, va a su oficina, revisa el prontuario y al rato

vuelve con una sonrisa radiante.
 
 ¡Excelente! ¡No lo puedo creer! ¡Es correcto! Efectivamente el



sospechoso usa lentes de contacto.

¡Buen trabajo! - ¿Cómo pudo hacer una observación tan astuta?



 Fue fácil -contesta el gallego-, no podría usar gafas porque sólo

tiene un ojo y una oreja,  ¡joder!

Teoría del Infierno


DEMOSTRACIÓN DE IMAGINACIÓN DE UN ALUMNO,  QUE ADEMÁS DE SORPRENDER CON SU INGENIOSA CONSTRUCCIÓN DE PENSAMIENTO, ES POSEEDOR DE UN HUMOR IMPLACABLE.
 



 
La siguiente pregunta fue hecha en un examen trimestral de química en la Universidad de Toledo.  La respuesta de uno de los estudiantes fue tan “profunda” que el profesor quiso compartirla con sus colegas, vía Internet, razón por la cual  podemos todos disfrutar de ella. 
Pregunta:  
¿Es el Infierno exotérmico (desprende calor) o endotérmico (lo absorbe)? 
La mayoría de estudiantes escribieron sus comentarios sobre la Ley de Boyle (el gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime). 
 Un estudiante, sin embargo, escribió lo siguiente:
    "En primer lugar, necesitamos saber en qué medida la masa del Infierno varía con el tiempo. Para ello hemos de saber a qué ritmo entran las almas en el Infierno y a qué ritmo salen. Sin embargo, tengo entendido que, una vez dentro del Infierno, las almas ya no salen de él. Por lo tanto, no se producen salidas. En cuanto a cuántas almas entran, veamos lo que dicen las diferentes religiones: La mayoría de ellas declaran que si no perteneces a ellas, irás al Infierno. Dado que hay más de una religión que así se expresa y dado que la gente no pertenece a más de una, podemos concluir que todas las almas van al Infierno. Con las tasas de nacimientos y muertes existentes, podemos deducir que el número de almas en el Infierno crece de forma exponencial. Veamos ahora cómo varía el volumen del Infierno. Según la Ley de Boyle, para que la temperatura y la presión del Infierno se mantengan estables, el volumen debe expandirse en proporción a la entrada de almas.
Hay, por lo tanto, dos posibilidades:
1ª. Si el Infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de almas, la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste se desintegre..
2ª. Si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la de la entrada de almas, la temperatura y la presión disminuirán hasta que el Infierno se congele. 
¿Qué posibilidad es la verdadera? 
Si aceptamos lo que me dijo Teresa en mi primer año de carrera (
hará frío en el Infierno antes de que me acueste contigo), y teniendo en cuenta que me acosté con ella ayer noche, la posibilidad número 2 es la verdadera.  Doy por tanto como cierto que el Infierno es exotérmico y que ya está congelado. El corolario de esta teoría es que, dado que el Infierno ya está congelado, ya no acepta más almas y está, por tanto, extinguido... dejando al Cielo como única prueba de la existencia de un ser divino y amoroso, lo que explica por qué, anoche, Teresa no paraba de gritar:   
¡Oh Dios mío!
 "

Dicho estudiante fue el único que sacó '
sobresaliente'....