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"Amigos con beneficios":

"Amigos con beneficios":
Los logros de la complicidad
por Ernesto Ayala
Diario El Mercurio, Artes & Letras,
Domingo 2 de Octubre de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/10/02/artes_y_letras/artes_y_letras/noticias/66AE6B72-DD4B-4A3B-AF6D-75D0041BBF7B.htm?id={66AE6B72-DD4B-4A3B-AF6D-75D0041BBF7B}

"Amigos con beneficios" podría convertirse en la "Cuando Harry conoció
a Sally" (1989) de la generación Facebook. No es poco. Tiene Nueva
York, es cómica, está repleta de personajes secundarios exquisitos, y
uno se enamora de Mila Kunis como antes nos enamoramos de Meg Ryan, y
peor posiblemente, ya que Kunis es morena, y entre una morena y una
rubia, ya se sabe, no hay dónde perderse. Además, Jamie, la headhunter
que interpreta Kunis, no llora por los hombres, sino que cuando se
comportan miserablemente los manda a joder con apenas un parpadeo.
Pero antes de hacer eso es aguda, rápida, divertida y lo
suficientemente sensible como para estar atenta a la persona que tiene
al frente. Sí sigue siendo válido ir al cine para enamorarse un poco;
frente a Jamie/Kunis uno se enamora.

Es difícil decir algo parecido frente a Justin Timberlake, que
interpreta a Dylan, un director de arte que es reclutado por Jamie
para que trabaje para la revista GQ. Pese a que con sus constantes
desnudos nos recuerda que tiene un cuerpo envidiable, le falta el
ingenio mordaz que los hombres respetamos en nuestros amigos y que sí
tenía el personaje de Billy Cristal, quejumbroso, neurótico,
contestatario. Timberlake/Dylan es más exitoso, superficial,
sofisticado, reprimido en lo emocional, pero de gestos exagerados,
afeminados. ¿Está más cercano al tipo de hombre ideal de hoy? Vaya uno
a saber.

Dylan y Jamie se hacen amigos, y en un momento, como lo anuncia el
título de la cinta, deciden hacer el amor prometiéndose que, pase lo
que pase después, no dejarán de ser amigos. Por supuesto, no resulta
como lo habían planeado. Al mismo tiempo, en una simetría quizás
demasiado evidente entran en juego la madre de Jamie y el padre de
Dylan, y comenzamos a entender de dónde provienen las respectivas
trancas emocionales de cada uno.

La cinta está escrita con astucia y mucha autoconciencia. Jamie y
Dylan comentan todo el tiempo los clichés de comedias románticas y se
ríen de ellos, lo que no les permite, sin embargo, escapar a un
destino muy propio del género. Con todo, los incontables guiños, así
como las múltiples cochinadas que salen en los diálogos aquí y allá,
permiten crear complicidad con el público adulto, algo así como si la
película te estuviera diciendo: es una comedia romántica, vale, lo
sabemos, pero eso no significa que seamos unos tarados ni unos ñoños.
Si la cinta corre pero no vuela, se debe quizás a las limitaciones de
su director, Will Cluck, que filma y monta su tercera cinta con
demasiada rapidez. Poco planos duran más de cinco segundos; las
conversaciones, que son muchas, son armadas casi siempre en un vulgar
plano y contra plano; deja poco espacio a las reacciones de los
personajes, menos aún a los silencios; no sabe qué hacer con los
planos abiertos. En el fondo, su puesta en escena carece de poder
visual, de auténtica inteligencia, y le debe demasiado a la retórica
televisiva y poco a Howard Hawks, cuyas comedias debería ver con más
atención.

Gluck está lejos de ser un inepto, en todo caso. Antes dirigió "Fired
Up!" (2009) y "Rumores y mentiras" (2010), dos cintas muy por sobre el
promedio de la industria actual. La primera, en una suerte de homenaje
a "Una Eva y dos Adanes" (1959), era una comedia sobre dos tipos en el
colegio que deciden cambiar el equipo de fútbol por el de cheerleader
para tener incontables mujeres a su alcance. Cómica, liviana y bien
armada, funcionaba en lo que prometía. La segunda era una abierta
versión de "La Letra Escarlata", donde una chica virgen comienza a
sacar ventaja de los rumores sexuales que corren sobre ella en el
colegio. De nuevo, sin ser "Ciudadano Kane", la cinta lograba acertar
sobre el poder de la mentira o de la ficción, según como se crea.

Pese a lo pedestre de su estilo, en "Amigos con beneficios", Gluck
logra acumular emoción sobre sus personajes. Hay calidez en la manera
en que se relacionan, hay comprensión por los defectos del otro, se
alcanza a vislumbrar algo de lo que pasa tras sus ojos, y lo que pase
con sus destinos termina por importarnos, lo que significa que
respetamos a quienes vemos en la pantalla. Cuando la comedia romántica
ha resultado un género tan sobreexplotado en los últimos 20 años, ver
una que se dé el trabajo de tomar en serio tanto a su personajes como
a su público resulta refrescante.

Amigos con beneficios
Dirección: Will Gluck
Reparto: Mila Kunis, Justin Timberlake y Patricia Clarkson.
Estados Unidos, 2011
109 minutos

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