Un interesante ejercicio ocurrió durante una travesía
por el Mar Báltico (creo) en el contexto de una reciente conferencia acerca del Tiempo, en que participaban
físicos y filósofos de la ciencia, entre otros,
y en el cual, dos de estos en un ambiente distendido y alegre
y a pedido de los organizadores de la conferencia expusieron brevemente con ingenio, convencimiento y pasión
(con su cuota de humor y locura) la posición contraria
a la que ellos mismos sostienen.
El tema era nada menos: ¿Existe el Tiempo?
De acuerdo a lo que cuenta el físico teórico y cosmólogo del Instituto Tecnológico de California (Caltech), Sean Carroll
en el blog Cosmic Variance de la Revista Discover,
Tim Mauldin, uno de los protagonistas de estas exposiciones,
un filósofo de la ciencia que ha argumentado fuertemente a favor de la noción de que el tiempo es real -y más aún de que la flecha del tiempo es una parte intrínseca de la realidad, no sólo un subproducto de una estado de bajo entropía en el Big Bang, defendió la posición de que el tiempo NO existe.
Así mismo, el connotado físico Julian Barbour, bien conocido por argumentar que el tiempo en realidad no existe y que alegremente podemos eliminarlo de nuestras ecuaciones físicas, argumentó
que el tiempo SÍ es real.
Según Carroll (lo pueden comprobar en el video)
él no fue el único en concluir que estos expositores
fueron tan buenos para argumentar la postura
contraria a la que creen, que como lo han hecho
con su postura habitual.
De muchas formas brillante, apasionada, profundidad y humor.
Si en todos los ámbitos se pudiera respirar dicho ambiente
en el que uno se pone en el lugar de la postura adversaria
y se convierte en un convincente abogado defensor de la misma,
tal vez podríamos no necesariamente ponernos de acuerdo,
pero ciertamente, sin abdicar al pensamiento y a las convicciones,
sentiríamos que avanzamos en la mejor comprensión,
al menos de nuestros puntos de vista y el de los demás.
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