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La violencia nuestra de cada día


por Juan Antonio Muñoz H.
Editor de Espectáculos y Vidactual
Diario El Mercurio, sábado 28 de Octubre de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/10/29/vidactual/vidactual/noticias/4D14FA49-B215-4B02-85DB-B18C8CE4338A.htm?id={4D14FA49-B215-4B02-85DB-B18C8CE4338A}

No hay que desechar lo que dicen los astros. El cielo presenta un mapa
complejo para el mundo y seguramente en tiempos de astrolabios y
consultas, los gobernantes y sus consejeros sabios lo habrían tenido
en cuenta. No hablemos del mundo, porque ejemplos sobran desde México
a Libia. Para nadie es una sorpresa escuchar que el clima de Chile
está tenso y especialmente violento. Se ve en la vida cotidiana.
Viajo en Transantiago desde mi casa al trabajo. Hace unas semanas, al
subir a mi bus C07 en Luis Pasteur esquina Joaquín Cerda noté un
ambiente raro. Pregunté a una señora qué había sucedido. Y me contó.
Una joven de origen peruano había subido a la micro y su tarjeta
indicó que no tenía dinero. Pidió permiso para pasar sin pagar y el
chofer, en toda justicia, le dijo que no. Inmediatamente, el bus se
dividió en dos. Un grupo de obreros se puso de parte de la mujer, y
las demás señoras, de parte del chofer. Empezaron los gritos. Fue en
ese momento que me subí yo. Los alegatos prosiguieron, insultos de por
medio. "Váyanse a Lima a ver si allá dejan que un chileno viaje
gratis", "se vienen para acá, nos quitan el trabajo de casa y encima
no pagan", "como a usted le llena la bip! su señora por eso no le
importa que otros se aprovechen"... En fin. Hubo un momento de calma
hasta que llegamos al paradero de la Clínica Las Nieves, en Av. Santa
María. Una de las señoras bajó y felicitó al chofer por no acceder y
le dijo: "Viaje tranquilo, usted tiene toda la razón". Detrás de ella,
uno de los obreros le pegó un combo al chofer, garabato añadido. Todo
terminó con el conductor a los golpes con el obrero, en la calle,
rodeados ambos de señoras que intentaban separarlos. Un caballero que
hizo lo mismo terminó revolcado en el polvo.
¿Qué está pasando? La rabia es mucha. Sucede en el bus, pero también
en los colegios, en las universidades, en los estadios, entre
compañeros de trabajo, entre los políticos, en el supermercado, en el
teatro... Se agrava por las faltas de respeto a todo nivel. Basta leer
los blogs. Nadie puede soportar una opinión divergente. Inquieta la
brutalidad inmediata con que se responde a una posición distinta de la
propia. Muchos se refugian en nombres falsos para destruir a su
contendor: violencia y cobardía son primas hermanas. Los encapuchados
-de la calle y de la web- las representan a ambas.
La norma es denigrar y despreciar al otro por sus creencias y por su
forma de ver la vida. Los socialistas a los comunistas, los comunistas
a los de derecha, los de derecha a los del medio y a los de más allá.
Los ateos a los católicos... Además, se pasa por arriba de la
autoridad ciudadana sin mediar ni el más mínimo cuestionamiento. Hay
una bronca incubada aquí. Uno puede buscar y rebuscar razones para
esta violencia, y es posible que jamás demos con ellas. Quizás fueron
los años de gobierno militar los que crearon rabia y resentimiento en
un lado; quizás fueron los gobiernos de la Concertación, que crearon
rabia y resentimiento en el otro lado. Tal vez esa rabia se esté
expresando ahora, colándose a través de movimientos sociales
legítimos, traspasando fronteras y ocupando nuestras calles, nuestras
escuelas, nuestras iglesias, nuestros edificios públicos. Las máximas
autoridades callan y silentes se van al rincón sin atreverse a detener
la violencia. Es una autoridad muerta de miedo. Débil. La encarna
Guido Girardi en estos días.
Nuestra sociedad está enferma. Los rayados con que Santiago se puebla
son un ejemplo. Recuerdan tiempos que no se quisiera volver a vivir.
Da lo mismo que tengan años o meses ahí. "La única Iglesia que ilumina
es la que arde", en el costado de la iglesia de San Ignacio, se suma
peligrosamente a la bomba en la Catedral. ¿Qué hacen los jesuitas que
no borran eso? Poco más allá, "Akribilla a tu patrón! Y a tu
rector"... ¿Así se combate el lucro en la educación? ¿Son esos rayados
legítima expresión ciudadana? No. Es violencia escrita inaceptable y
corremos el riesgo de que se convierta en física. Ya está sucediendo.
Una ola que hace rato alcanzó a grupos de jóvenes que, desde sus tomas
escolares, arremeten contra sus compañeros que quieren volver a
clases, contra sus maestros, contra los vecinos y contra sus propias
familias.
Ayer lloraba en la televisión una señora pobre porque los estudiantes
que quieren mejorar la educación le quebraron a pedradas los vidrios
de su casa.

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