Cartas
Defensa de las instituciones
por Jorge Donoso PachecoDiario El Mercurio, Lunes 24 de Octubre de 2011
Señor Director:
El jueves recién pasado, el Senado vivió una situación bochornosa e indignante cuando una turba interrumpió la sesión de la Subcomisión de Educación de la Comisión Mixta de Presupuesto del Congreso Nacional, impidió su normal funcionamiento y agredió verbalmente con insultos a sus integrantes y al ministro de Educación.
Quienes luchamos incansablemente desde el primer momento de producido el golpe del 73 por el restablecimiento de la democracia, nos sentimos defraudados por el comportamiento de la autoridad que debió velar por el respeto a una institución básica de la democracia, como es el Congreso. Lo peor es que, como "guinda de la torta", algunos parlamentarios terminaron bajo la presión física de los ocupantes tomando compromisos legislativos con éstos. Es decir, la actuación antidemocrática de unos pocos termina siendo consentida y avalada por quienes debieran ser los más celosos defensores de las instituciones democráticas, de sus fueros y de su prestigio.
El presidente del Senado ha dicho: "mientras yo sea presidente del Senado, la policía no ingresará a este lugar", como excusa por su inacción, lo que está en contradicción con actuaciones anteriores suyas tal como lo recuerda "El Mercurio", consignando que ordenó el desalojo de las tribunas el 13 de abril, a funcionarios y profesores, y el 22 de junio, a representantes de iglesias evangélicas.
Si se procediera como dice el presidente del Senado, se estaría dando carta blanca para que cualquier grupo de audaces se sienta autorizado para faltarles el respeto al Parlamento, a sus autoridades y a sus integrantes, lo que contribuye a su desprestigio y lo debilita, lo que es una pésima señal para quienes creemos que la democracia y sus instituciones son las que aseguran una convivencia que permite avanzar en libertad en la búsqueda de la justicia.
Cartas ¡Hasta cuándo!
por Miguel A. Vergara Villalobos
Diario El Mercurio, Lunes 24 de Octubre de 2011
Señor Director:
Las cosas están pasando de la raya. Los bochornosos hechos de la toma del Congreso son inaceptables; ya no hay respeto alguno por la institucionalidad del país. Y me temo que nadie, absolutamente nadie, será sancionado.
La solución pasa por terminar con los eufemismos. La violencia no la generan los "infiltrados" ni el lumpen, sino grupos organizados de activistas de todo pelaje que buscan desestabilizar al Gobierno, amparados en la más completa impunidad. Para ello, cuentan con el oportunismo o el beneplácito de muchos políticos cuya única meta es recuperar el poder; a lo que se suma el silencio cómplice de otros que temen aparecer contradiciendo a las masas vociferantes; todo, en un contexto de jueces generosamente garantistas.
El broche de oro es un gobierno que, fuera de estériles amenazas de "mano dura", parece incapaz de cumplir con su principal tarea: asegurar el orden público.
Estamos transitando metódicamente por el peor de los caminos. Me abisman la irresponsabilidad y el cortoplacismo de algunos políticos que aún no comprenden que el camino no es seguir azuzando a las masas, sino encauzar sus demandas por los canales institucionales que aún nos ofrece la democracia.
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