No sé bien por qué
nunca me ha gustado
la palabra 'cursi'
(así en cursivas),
tal vez sea porque
la encuentro
enferma de siútica.
Así tampoco
puedo tragar
la palabra 'edulcorada',
me parece relamida
y demasiado azucarada.
Se me dirá que de eso se trata,
que está en el genio del idioma
que la palabra represente
lo que describe.
Quizá, puede ser... aunque
no termina de convencerme
dicho argumento.
Es como si fuese necesario
ser soez (otra palabra que no me gusta)
para describir la vulgaridad.
Puede ser necesario
para ejemplificarla
de manera más expresiva,
pero seguramente
«el genio del idioma»
puede más que lo
que estos ejemplos muestran...
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