La locomoción circular de las grandes desesperaciones y confusiones...‏

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  Lo sabemos desde siempre:

  polvo somos y en polvo nos convertiremos.

  
  

  Polvo fuimos, pero polvo enamorado.

  Nacimos de un polvo agitado

  y somos ahora polvo en suspensión.

  
  

  Del barro nacimos y luego la embarramos.

  
  

  Que provengamos del primigenio barro,

  no es razón suficiente para permanecer lerdos

  o para empacarnos como vulgar y obstinado burro

  y menos a caer en la porquería y revolcarnos como cerdos.

  
  

  Convirtamos este humilde barro pensativo

  en algo más que unos cuantos puntos suspensivos...

  
  

  Si vamos a contaminar el planeta,

  que no sea más de tóxica naturaleza

  sino que invirtamos la ecuación completa

  para erradicar nuestra violencia y vileza

  y con coraje, decisión y una mente visionaria

  logremos romper las barreras de nuestra prisión imaginaria

  y fin de trascender este insano estado de psicosis

  para pasar a otro donde prime la sensatez y cordura

  que nos permita superar esta enajenada y colectiva cirrosis

  hasta alcanzar la sabiduría de una compasiva y delicada ternura...

  
  

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  No sé si dar las gracias o pedir perdón por el saqueo

  a expresiones conocidas de Quevedo, Zola y Vallejo...   

  
  

  Finalmente, opto por ambas.