Extracto - por Alejandra Costamagna
sobre el reestreno de Casa de Muñecas
de Ibsen, dirigida por Alfredo Castro.
Revista Qué Pasa, 15/12/2011
El énfasis está puesto en el despojo.
Si antes se desplegaban con pulcritud
las tensiones del texto, hoy el director
conduce el mismo drama hacia la crudeza.
Se puede contar la misma historia,
como si se contara otra.
El contexto del nuevo montaje
cambia necesariamente la lectura del texto.
El gran mérito es la resonancia actual de la obra.
La capa subterránea que antes no percibimos.
Como si recién ahora pudiéramos ver
las costuras y los pliegues ocultos
bajo el ropaje de la perfección.
Y entonces descifráramos el drama a la intemperie.
Porque ese despojo del espacio escénico
se traduce en unas interpretaciones actorales limpias,
casi desnudas, que dejan ver la precariedad de los afectos,
el arribismo, la corrupción a diversas escalas,
el culto al dinero, el abuso sostenido,
el sálvese quien pueda, la violencia latente del lenguaje.
Y también los matices,
el zurcido de unos personajes que evolucionan:
la cara y el sello de unos seres llenos de contradicciones:
frágiles y crueles, rendidos y bravos. Humanos...
"Casa de muñecas". Teatro La Memoria, Bellavista 0503. Funciones hasta el 8 de enero.
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