Sentido de la Navidad
por Rodericus
Diario El Mercurio, Viernes 23 de Diciembre de 2011
En su sentido más esencial
y más verdadero, la Navidad
es una fiesta religiosa,
una reunión de creyentes
en torno al Dios encarnado
y convertido en niño.
Nuestro primer asombro
como adoradores de este misterio
es percibir que el mismo Dios
que creó "al hombre
a su imagen y semejanza"
no trepidó en hacerse a sí mismo
a imagen y semejanza del hombre.
Así, entonces, el hombre
que no ha conocido a Dios
puede todavía conocer
al Dios transformado en hombre.
Bajo este mismo sello,
la Navidad es
la festividad de la cercanía
entre lo divino y lo humano.
Si Dios
aparecía inaccesible,
el niño de Belén
acaba con esa lejanía.
Si antes Dios era imponente,
tras su nacimiento manifiesta
el rostro impotente de su niñez
y de su sencillez.
Entre una figura y la otra
no hay oposición,
ya que Cristo encarnado
es el mismo Cristo
que será glorificado.
Belén, por tanto,
en su quietud y distancia
ante los falsos esplendores,
invita al recogimiento
y a la contemplación
de aquella supremacía
y soberanía de Dios,
que prefiere volverse pequeño
para que el ser humano
pueda volverse grande.
Belén representa a Aquel
que deja su morada de arriba
para que nosotros,
cada uno en su momento,
sepamos dejar con esperanza
nuestra morada de abajo.
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