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Una novela de temer por Óscar Hahn



Diario El Mercurio, Domingo 02 de Diciembre de 2012
http://blogs.elmercurio.com/cultura/2012/12/02/una-novela-de-temer.asp

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El hombre estaba sentado en la solera de la vereda, hojeando una novela. El día anterior se había acercado a John Lennon en la puerta del Edificio Dakota y le había pedido que le firmara la carátula del álbum Double Fantasy, recién aparecido. John accedió a ponerle unas líneas. Mark David Chapman había viajado a Nueva York desde Hawaii, con el expreso propósito de ver al ex Beatle. Al día siguiente lo divisó brevemente, cuando John y Yoko estaban a punto de entrar en su limousine. Chapman decidió quedarse en las afueras del edificio. Varias horas después, ya de noche, la pareja regresó. En ese instante el hombre escuchó una voz adentro de su cabeza que le repetía: "Hazlo, hazlo, hazlo". Cuando John pasó frente a él, Chapman sacó un revólver calibre 38 y le disparó cinco balazos por detrás. Cuatro de ellos lo alcanzaron de lleno. El portero del edificio le arrebató el arma y le dijo temblando: "¿Te das cuenta de lo que has hecho?". El hombre respondió: "Sí, acabo de dispararle a John Lennon". Después se sentó en la solera, sacó de su bolsillo El guardián entre el centeno y se puso a releerlo mientras esperaba que llegara la policía.
Desde que apareció en 1951, The Catcher in the Rye (traducido como El guardián entre el centeno ) se creó fama de conflictivo. Fue prohibido en numerosos establecimientos de Enseñanza Media de Estados Unidos y en varias bibliotecas públicas; sin embargo, terminó siendo un libro de culto. Su autor, J. D. Salinger, falleció en 2010, a los 91 años, pero la gente creía que había muerto mucho antes.
El título del libro proviene de unos versos del poeta escocés Robert Burns. En la novela, el adolescente Holden Caulfield cuenta sus experiencias después de haber sido expulsado del colegio. Un día imagina que miles de niños están jugando en un campo de centeno. Cerca de ellos hay un precipicio. Su papel como "catcher" o receptor es atrapar a los niños y evitar que se precipiten al vacío. Simbólicamente, el catcher es el que protege y salva a los inocentes: una especie de ángel de la guarda urbano.
Chapman consiguió algo insólito: darle protagonismo a una obra de ficción, en el escenario de un crimen real. Durante el juicio presentó en la corte un documento de su puño y letra en el que decía: "Mi deseo es que ustedes lean algún día El guardián entre el centeno . Todos mis esfuerzos estarán dirigidos ahora hacia ese objetivo, porque este libro extraordinario contiene muchas respuestas". Al parecer, no fue el único que encontró una respuesta entre sus páginas. Algo debe haber en ellas que despierta a los demonios interiores de ciertos individuos. Apenas cuatro meses después de la muerte de Lennon, un joven llamado John Hinckley Jr. intentó asesinar a Ronald Reagan, Presidente de los Estados Unidos. Cuando los agentes del FBI allanaron la habitación del hotel donde se hospedaba Hinckley, uno de los dos o tres libros que encontraron entre sus pertenencias fue El guardián entre el centeno . Pero la letal trayectoria de la novela no había llegado a su fin. En 1989 el adolescente Robert Bardo, obsesionado con la actriz de televisión Rebecca Schaefer, llegó a su departamento y tocó el timbre. La mujer abrió la puerta. Bardo sacó una pistola y la mató de un disparó en el pecho. En su mano izquierda llevaba una copia de El guardián entre el centeno .
Mark Chapman desarrolló una idolatría enfermiza por John Lennon, a quien consideraba un elegido. Después de leer el libro de Salinger se obsesionó con la idea de que su ídolo se había desviado del buen camino y se estaba transformando en un individuo movido sólo por el lujo y la fama. Igual que los niños imaginados por Holden Caulfield, John Lennon estaba jugando al borde del precipicio. Para Chapman, la única manera de evitar su caída en el abismo era quitarle la vida, es decir, rescatarlo de este mundo corrupto y preservarlo para siempre en estado de inocencia. Mark David Chapman terminó por identificarse totalmente con el protagonista de la novela y se convenció de que Holden Caulfield era él. Lo mismo les sucedió a Hinckley y a Bardo.
En una entrevista que el autor de "Imagine" le concedió a la revista Playboy unos meses antes de su muerte, el periodista le pregunta cómo se siente ahora que ha entrado en su cuarta década. John responde con mucho optimismo: "La vida empieza a los cuarenta". Pero su perturbado ángel de la guarda dijo otra cosa. John Lennon murió en Nueva York el 8 de diciembre de 1980. Acababa de cumplir cuarenta años.

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