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Tendencia: La vida en verde

 
Saben cuánto pesa una botella plástica, cómo hacer compost y cuánto tarda un pañal en biodegradarse. En Chile, cada vez más mujeres buscan tener un estilo de vida amigable con el ecosistema. Y lo hacen desde el trabajo o la casa. Aquí, cinco de ellas cuentan cómo, a punta de voluntad, están desarrollando conciencia en torno al medio ambiente. Y preparando así el futuro.   

Por Natalia Núñez. Fotografías: Sergio López I.
Diario El Mercurio, Revista Ya, martes 18 de diciembre de 2012
http://diario.elmercurio.com/2012/12/18/ya/_portada/noticias/5E0AF04B-A98B-4987-A580-935D88BA22D0.htm?id={5E0AF04B-A98B-4987-A580-935D88BA22D0}

 
Andrea Fuentes Merino (38) va hasta la cocina de su departamento de la calle Cerro El Plomo en Las Condes y regresa sosteniendo en sus manos, con orgullo, un ecoladrillo. Se trata de una botella plástica de jugo vacía, limpia, y rellenada hasta más no poder de todo tipo de empaques plásticos: bolsas de tallarines, mallas de limones sin uso, tapas de yogur, envoltorios de papel higiénico, paquetes de azúcar, etc. Cuando junte diez ecoladrillos, los llevará, junto a su hija Ema, de 9 años, hasta el Centro Cultural Gam, donde hay un receptor de esta "materia prima" que después devendrá, mezclado con adobe suficiente, en casas y construcciones varias.
-Es antisísmico y térmico -explica Andrea, hoy convertida en una verdadera autoridad en el tema verde en nuestro país. El año 2010, Andrea sintió que Chile debía tomar más conciencia de sus necesidades ecológicas, decidió renunciar a su estabilidad laboral y hacer un emprendimiento propio que la apasionara y la hiciera feliz. Fundó Agencia Verde, dedicada a difundir iniciativas ecológicas, y luego, en octubre de 2011, hizo la primera versión de Feria Verde. ¿El resultado? Un éxito inmediato. La Feria se llenó total y, al poco tiempo, la gente le preguntaba cuándo sería la próxima, porque ya se les había agotado la crema orgánica de algas o el champú bío de coco.
El pasado domingo 16 de diciembre, Andrea clausuró la versión navideña del evento que tantas satisfacciones le ha dado. Esta vez, el montaje se hizo en pleno barrio Lastarria, con la esperanza de que la gente optara por adquirir objetos ecológicos para las fiestas. Los stands incluyeron productores de aceite de Argán, cosmética de miel, bicicletas eléctricas, cuadros verdes y un sinfín de productos amigables con el medio ambiente que, además, fomentan el comercio justo, un concepto que en Chile recién está sonando, pero que en Europa está instalado hace años. Mirando la compostera de tres pisos de greda que tiene en su terraza, mientras revuelve con una concha de ostión las lombrices de tierra que hacen su trabajo, y Quito, su conejo blanco, mira desde el pesebre, Andrea explica qué es el comercio justo.
-Es como el comercio sin intermediarios, donde existe una certificación de trazabilidad del producto. Por ejemplo, un chaleco de lana. Esa prenda tiene que estar hecha de lana procedente de una oveja que comió pasto regado con aguas recicladas y nacido de una semilla orgánica, es decir que toda la cadena de producción es justa. Esa trazabilidad del producto hace que sea justo. Y acá en Chile hay algunas certificadoras. Una de ellas es una fundación que se llama "Ciudadano responsable", que es nuestro patrocinador también y que potencia esta forma de transacción.
Andrea es una de las muchas mujeres que en Chile están abrazando un estilo de vida verde tanto en su trabajo como en su vida cotidiana y doméstica. Ella maneja conceptos como "sustentabilidad", "punto limpio", "huella hídrica", se informa, estudia, lee. A pulso, sin saber mucho de números ni finanzas, ha ido dando forma a esta idea que partió con mucho de riesgo y poco de retorno. Una historia similar a la que vivió la traductora Claudia Moreno (39), dueña de Tricicla, una empresa dedicada al retiro de basura reciclable a domicilio, que partió con un cliente y ahora tiene ciento veinte.
Todo comenzó gracias al segundo embarazo de Claudia. Estaba esperando a Valentín y, para que el parto no se le adelantara, tuvo que guardar reposo durante tres meses. Claudia siempre había separado los desechos en su casa: los papeles con los papeles, las latas con las latas, lo orgánico con lo orgánico. Pero como tuvo que hacer cama, de pronto se encontró con montañas de diarios que no habían sido depositados donde correspondía. Se metió a internet para buscar algún servicio que pudiera llevarse el cúmulo de papel que tenía. No encontró nada."Esto es lo que yo tengo que hacer como misión propia", pensó.
Claudia, quien había estudiado recientemente un MBA, desarrolló un modelo de negocio para ver cómo materializar su compañía: vendió la casa que había comprado para poder invertir en la máquina compactadora y, hasta el día de hoy, no recibe sueldo monetario por lo que hace. Pero su mejor pago, dice, es dormir con la conciencia tranquila todas las noches.
-Sabiendo que tienes hijos, que los vertederos están repletos, el mar con pilas, mercurio, que comemos pescados contaminados, con plásticos, entonces, ¿de qué vale vivir si nuestros hijos van a comer basura? No lo soporto. Aunque suene cliché, si estás en medio de la humanidad y Dios te da la posibilidad de aportar algo, ¿cómo no lo vas a hacer? Si tu prójimo eres tú mismo. Mis hijos no son sólo los míos. Yo pienso como dice la canción de Los Jaivas: "¿Para qué vivir tan separados?". A lo mejor suena muy romántico, pero es la verdad. Creo en el libre mercado, pero no creo que en cien años cambie el sistema económico. Entonces, por mientras, hay que usar este mismo sistema para generar cambios.
Su proyecto funciona así: por doce mil pesos mensuales, en las comunas de Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y La Reina, Claudia y su equipo pasan una vez a la semana por el domicilio de sus clientes a retirar basuras reciclables. Luego las separan, compactan y las llevan a plantas procesadoras.
 
La apuesta de los niños
"Cada vez se ven más mujeres trabajando en temas relacionados con sustentabilidad y reciclaje. La misma gente de Tricicla ¡son puras mujeres!"
La que habla es Lucía Martínez (35). Ella es ingeniera comercial, gerenta de sustentabilidad de Tetrapack y una de las mujeres que más saben de reciclaje en Chile. Pero ella, además, practica con el ejemplo en su vida cotidiana. Lucía vive en un departamento frente a la Municipalidad de Providencia. Su trabajo está en el edificio Consorcio, a la altura del metro Tobalaba, y todas las mañanas se va caminando a la oficina -se demora unos cuarenta minutos cuando disfruta del paisaje- y se devuelve también a pie. Evita a toda costa usar el auto y prefiere el transporte público. En los tanques de sus dos baños tiene botellas de agua de un litro y medio para no despilfarrar líquido cada vez que tira la cadena. Su marido cambió las duchas y llaves de la casa por unas que expulsan una combinación de aire y agua de modo que se ahorra recurso hídrico de manera sustancial. Además, separa los residuos de su casa y todos los fines de semana lleva a su hija de cuatro años a los operativos de reciclaje.
-Los niños son los que más rápido aprenden -dice.
Las mujeres "verdes" coinciden en que los pequeños vienen con otro chip incorporado. Para ellos es importante reciclar, recuperar, reutilizar, hacer esculturas, juguetes o manualidades con desechos, cuidar la naturaleza, salvar la Tierra. Tienen la conciencia ecológica en sus venas y la voluntad para vivir en verde. Sin ir más lejos, hace una semana, Luz Tirado, la gerenta de sustentabilidad de Viña Emiliana -la mayor viña productora de vinos orgánicos en el mundo- conoció a un grupo de veinte niños de diferentes cursos que habían sido premiados como precursores de sustentabilidad.
-Al Ministerio del Medio Ambiente, con quienes trabajamos de cerca, les hemos dicho que ojalá hubiera la mayor cantidad de energías renovables posible, que ojalá nosotros pudiéramos tener un buen equilibrio en las energías de producción eléctrica de Chile -dice Luz.
Cuenta que el próximo año la empresa para la cual trabaja quiere implementar un proyecto destinado a surtir uno de los fundos de la viña, el que hace el 80 por ciento de la producción de vinos orgánicos, exclusivamente con energía fotovoltaica (solar). En esa misma línea, la doctora en economía de recursos naturales, Nicola Borregaard, sostiene que Chile debería sacarles mayor provecho a su geografía y condiciones propias. Nicola es alemana y, probablemente, la mujer que más sabe de cambio climático en nuestro país. Trabaja en la Fundación Chile y, desde ahí, lucha por conseguir que nuestro país sea sustentable.
-Actualmente, enfocamos nuestro trabajo en cinco ejes: penetrar el sector de energía con nuevas tecnologías y proyectos innovadores en eficiencia energética y energías limpias; fomentar que Chile tome conciencia de su privilegiada situación para el uso masivo de la energía solar; generar un diálogo país transparente y serio en torno al futuro energético y la matriz energética, a través de la Plataforma Escenarios Energéticos 2030; introducir el concepto y la práctica de "evaluaciones de sustentabilidad de los productos", y fomentar una cultura de responsabilidad ambiental individual -dice.
En ese contexto, Nicola cree que es urgente hacer un llamado a cuidar más nuestro clima. Y enumera las ventajas de ponerlo en práctica con pequeños eco-gestos:
-La reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero (responsables del cambio climático) trae importantes co-beneficios, como la reducción de costos al implementar eficiencia energética. Imagínense la felicidad cuando llega la cuenta eléctrica reducida al mínimo después de cambiar las ampolletas incandescentes o el refrigerador ineficiente. O las ventajas intangibles de las energías renovables no convencionales: Por ejemplo, ¡es impagable la emoción que se siente al tomar una ducha con agua calentada con energía solar!
Andrea Fuentes, que en enero llevará su Feria Verde a Viña del Mar y ya está haciendo gestiones para hacer un gran Festival Verde en noviembre del próximo año, se preocupa de inculcarle esos eco-gestos a su hija.
-Ella no anda botando basura. Juntamos cajitas de pasta de dientes, de cremas, los rollitos de papel higiénico que sobran, y la Ema hace robots de arte-reciclaje. Los pinta y todo. Entonces, ya sabe reutilizar las cosas.
Consumir poco
Cuando nos despide de su eco-casa, Andrea comenta que muchas veces sus amigas la molestan porque su ropa puede estar vieja o un poco gastada. Le dicen que no sea "apretada" y que renueve su vestuario. Pero ella indica que no es por avara que usa las prendas antiguas, es por un tema de ecología.
-La ecología máxima está en el no consumir, en el no necesitar. Como dice el presidente Mujica de Uruguay: "Yo no soy pobre. Pobres son los que dicen que yo soy pobre. Yo soy inmensamente rico porque no necesito nada". Yo diariamente trato de hacerme responsable de mis actos -insiste.
Para la experta en cambio climático Nicola Borregaard, también ésa es la clave.
-Creo importante apreciar lo que aportan, desde ya y cada día, muchas personas que viven sin despilfarro, que se movilizan en transporte público, bicicleta o a pie, que compran en la feria, que organizan un huerto comunitario, que van de vacaciones de camping. Son ejemplos a seguir por parte del resto. Estilos de vida, hoy determinados en Chile muchas veces por necesidad, pero crecientemente también por opción.
 -¿Qué políticas energéticas públicas o ideas propone para enfrentar los desafíos medioambientales que vienen?
-Hay que avanzar trabajando en distintos frentes y con una gran cantidad de políticas y acciones. Es importante destacar aquellas que pueden implicar cambios estructurales o muy relevantes: entre éstas está, por ejemplo, crear un impuesto al CO2; está desarrollar una política de compras públicas sustentables; y está también la evaluación de la sustentabilidad de productos del retail. Lo otro que considero fundamental es tener una política de transparencia en la toma de decisiones y fomentar el diálogo a nivel regional y nacional. Debemos avanzar urgentemente en los mecanismos concretos para que todo esto se materialice, especialmente en el ámbito energético. Necesitamos una política energética que enfrente sin miedos los temas "complejos" en los que están presentes aspectos técnicos e ideológicos, tales como la pregunta sobre la explotación del recurso hidrológico del sur, o sobre la relevancia que le queremos dar a la generación eléctrica distribuida, descentralizada.
Nicola no sólo es extranjera, sino que también ha estudiado en otros países. Por eso ha identificado varias diferencias en la manera en que se aborda el tema ambiental fuera y dentro de Chile.
-La diferencia más relevante radica quizás en que aquí en Chile el tema ambiental se mezcla con el tema de la inequidad social. Son dos temas íntimamente ligados que tenemos que abordar juntos. Un mejor transporte público no sólo resuelve un tema ambiental, sino que crea también mayor justicia social -asegura.
Ciclovías que van de un lado de la ciudad al otro, dice, permiten que uno mire y vea otras realidades.
-No son como las autopistas que van muy por encima y no dejan ver lo que está pasando al lado de la vereda.
 Otra manera de combinar los intereses ambientales con los sociales, dice Nicola, es desarrollando una política de acceso al patrimonio natural para todos los chilenos, a través de metas municipales para la cantidad de áreas verdes por comuna y de un mecanismo de financiamiento equitativo. En el ambito privado, Nicola destaca el rol importante que pueden jugar las llamadas "empresas B", o "empresas de beneficios", que incorporan en sus estatutos como objetivo central generar beneficios para la sociedad y el medio ambiente.
En ese sentido, Andrea Fuentes cree que las empresas privadas pueden tener un papel crucial en el desarrollo de una sociedad más ecológica. Menciona los beneficios de lo que se conoce como el "Greenwashing", es decir, las medidas concretas que toman las compañías para tener una concepción verde dentro de sus políticas corporativas. Habla de "Responsabilidad ecológica empresarial". Al respecto, la enóloga Luz Tirado, de Viña Emiliana, siente que ese trabajo debe ser en equipo y de manera integral.
-Esto es una manera de vivir y eso se refleja en el cuento de dónde trabajas. Es una pasión que va por dentro, en realidad, en el sentido de que tú eres así. Cuando trabajas en una viña sustentable biodinámica (que atiende los ciclos de los astros para hacer las plantaciones y cosechas) tú puedes hacer muchas cosas: juntas el área de respeto al medio ambiente, que es todo lo orgánico, lo biodinámico, la huella de carbono, la huella de agua, todo eso, con el respeto a las personas, a la comunidad. Eso es responsabilidad empresarial y lo aplicas.
La experta en reciclaje Lucía Martínez dice que un cambio en las mentalidades de la población, con miras a tener una vida más verde, consciente, con vecinos que clasifiquen su basura y la lleven a puntos limpios, permitirá que Chile gane mucho en todos los ámbitos. Recomienda, por ejemplo, que todos los envases que vengan en caja, que contengan leche, salsa de tomate, jugos, etc., una vez utilizados, se plieguen (aplanen), laven (enjuaguen) y se apilen uno sobre otro. Este pequeño eco-gesto puede marcar la diferencia.
-Es material que no se va al vertedero. Si cada vez botamos más basura, cada vez necesitaremos más vertederos. Y si quisiéramos poner un vertedero frente a tu casa, lo más probable es que no te gustaría. Imagínate los problemas que enfrentan las zonas extremas de nuestro país, en Isla de Pascua, Chiloé, son conflictos de contaminación no sólo por el espacio, sino que también se pueden ensuciar las napas si no está bien controlado. Es un tema serio de verdad. Esto no es pura moda.
"Sabiendo  que tienes hijos, que los vertederos están repletos, el mar con pilas, con mercurio. ¿de qué vale vivir?".
"Chile debe tomar conciencia de su privilegiada situación para el uso masivo de la energía solar", dice nicola borregaard.

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