será limpio y ordenado
como el cuaderno del mejor alumno.
El borracho del pueblo
dormirá en una zanja,
el tren expreso pasará
sin detenerse en la estación,
y la banda del Regimiento
ensayará infinitamente
la marcha que toca
hace veinte años en la plaza.
Sólo que algunos niños
dejarán sus volantines enredados
en los alambres telefónicos,
para volver llorando a sus casas
sin saber qué decir a sus madres
y yo grabaré mis iniciales
en la corteza de un tilo
pensando que eso no sirve para nada.
Los evangélicos saldrán a las esquinas
a cantar sus himnos de costumbre.
La anciana loca paseará con su quitasol.
Y yo diré: "el mundo no puede terminar
porque las palomas y los gorriones
siguen peleando por la avena en el patio".
*: Publicado en
Poemas del País de Nunca Jamás
Jorge Teillier
Colección El Viento en la Llama
Armando Menedín
Imprenta Arancibia Hnos.
Santiago de Chile, 1963.
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