WELCOME TO YOUR BLOG...!!!.YOU ARE N°

Un ajedrez de poca altura por Antonio Martínez


Diario El Mercurio, Deportes

Domingo 17 de Junio de 2012


Antonio Martínez.jpg
La realidad es que la selección de Chile, esté donde esté, se clasifique como se clasifique y vaya donde vaya, ya no es un bien que le pertenece a todo el mundo.
Está tironeada, rasgada y rota.
A la selección, en vez de cuidarla, la mantearon entre todos. Una, dos, tres veces y durante demasiado tiempo. Y eso, claro, trajo consecuencias: la selección perdió presencia y dignidad.
Fueron los bandos en pugna y las familias de la cosa nuestra.
Participaron brazos fuertes, buenos comunicadores, ex espartanos, gente de credo fácil, vendedores del rico veneno, fariseos arrepentidos, hombres buenos y feligreses de paladar refinado.
La institución de la selección de Chile, entonces, se movió hacia un límite y borde resbaloso, porque así como se le quiere, ya no se le quiere.
El factor clave son los resultados, única y exclusivamente. Si gana, empata o pierde, y eso es lo único que sustenta el cariño y el afecto por esta selección.
Un proceso con mucho de quebradizo y con el peligro de lo frágil.
Sus responsables sacan pecho y garras cuando triunfan, y las disimulan cuando los resultados son negativos. Piden cancha, tiro, lado, y sus codos hablan e incluso ofenden cuando se sienten ganadores.
El proceso hacia el Mundial del 2014 se ha convertido en un enorme y largo campo de batalla, son decenas de grupos los que participan y la contienda es como cumpleaños de mono: desordenada y a la mala, le lleva mordiscos, puñaladas y veneno incorporado.
Es brutal, son todos contra todos y hay estirpes malditas, reyes tontos, señores feudales, bufones, brujos desgastados y enanos de la Providencia.
El drama es político, religioso y futbolístico, porque está confeccionado con ingredientes que dividen y enojan, es una masa de harina con levadura que siempre está por subirse.
Para hacer más dramático y terrible el escenario, también hay bandadas de jotes que no paran de volar, al aguaite y al twitter, esperando el momento preciso para lanzarse en picada.
Como comen carroña, por lo tanto, siempre aparecen después de la batalla.
Si Chile pierde, brotan las bandadas.
Si gana, surgen otras distintas.
Si empata, quedan con hambre y rabia.
Esto es como la serie "Juego de Tronos", con algunos reyezuelos en Invernalia y otros en la nueva casa dominante, y todos le hacen muecas y guiños al Rey Dragón de la FIFA.
Todo esto, claro, no es ajedrez de altura, sino algo típico y chileno: jugar el Gato, un Poto Sucio y hasta te pellizco y no me río.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS