Las cabezas de pescado y la grasa de pollo están siendo utilizadas para generar electricidad por los mayores minoristas del Reino Unido como Wal-Mart Stores Inc., quienes envían los restos de alimentos a las centrales eléctricas para reducir los gastos por retiro de residuos.
Tesco Plc, la mayor cadena de supermercados de Gran Bretaña, además de Marks Spencer Group Plc, Waitrose de John Lewis Partnership Plc, William Morris Supermarkets Plc y J.Sainsbury Plc están estudiando cómo la carne y el pescado, los aceites comestibles y los restos de sándwiches pueden reducir las facturas de electricidad y los costos de los rellenos sanitarios cuando son transportados a las centrales para ser convertidos en energía.
Las compañías de otros países llevan adelante proyectos similares de conversión de residuos en energía. Waste Management Inc., la empresa de transporte de residuos más grande de América del Norte, compró participaciones en ocho firmas que desarrollan sistemas para transformar la basura en electricidad, combustible y productos químicos.
En Brasil, las ciudades están construyendo incineradores que queman basura para producir electricidad. Las inversiones mundiales en activos de conversión de residuos en energía sumaron unos US$ 18.200 millones desde el primer trimestre de 2007 hasta el fin del primer trimestre de 2012, según Bloomberg New Energy Finance.
La bioenergía podrá suministrar como mínimo el 8% de la demanda del Reino Unido en 2020, porcentaje valuado en cerca de US$ 13.000 millones a los precios actuales del petróleo, pronostica el gobierno. Los supermercados se ven motivados por un impuesto a los rellenos sanitarios que hace cada vez más costoso enterrar residuos. El gravamen que comenzó en abril fue de 64 libras (US$ 98) por tonelada y se incrementará 8 libras por año.
"Enviar los restos de alimentos para su digestión anaeróbica en lugar de transportarlos al relleno sanitario es una decisión de cajón para los supermercados: los cargos de los rellenos sanitarios y el costo de la energía sólo van a aumentar", dijo Niamh McSherry, analista de comercio minorista de alimentos de Berenberg Bank.
Grasa de pescados
La digestión anaeróbica descompone la materia orgánica en ausencia de oxígeno para producir un biogás que puede utilizarse para generar energía. La electricidad producto de este proceso actualmente cuesta alrededor de US$ 142,80 el megawatt-hora, según los datos de la firma de investigación de Londres Bloomberg New Energy Finance. En cambio, la energía generada a partir de carbón cuesta US$ 78 el megawatt-hora.
Los desarrolladores de las plantas de bioenergía en condiciones de beneficiarse con el surgimiento de esta industria incluyen a Kedco Plc, Enviroparks Ltd., GWE Biogas Ltd., Biffa Group Ltd., que procesará los residuos de Sainsbury en los próximos dos años, y Biogen Ltd., que ya procesa alimentos de las tiendas Waitrose. Los proyectos de conversión de residuos en energía del Reino Unidos gozan de subsidios del Estado.
Las refinerías y las aerolíneas también son pioneras en este tipo de proyectos. Neste Oil Oyj fabrica diesel para automóviles y camiones usando la grasa obtenida al limpiar el pangasius, un bagre asiático. Aerolíneas como Air France-KLM Group y Deutsche Lufthansa AG han comenzado a utilizar aviones que funcionan con aceite de cocina usado.
"Reducir el consumo de energía y gestionar los residuos sencillamente es un buen negocio", señaló Bob Gordon, responsable de medio ambiente en el Consorcio Minorista Británico. "Los minoristas del Reino Unido están ahorrando literalmente cientos de millones de libras por año con sus programas de sostenibilidad".
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