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Camino a Teatinos 120


Camino a Teatinos 120

Ella no ha dicho una palabra, pero parece que el silencio otorga… Así al menos lo entienden los cerebros económicos de la Concertación, que ya se aprontan con ideas y nombres para volver al gobierno con Bachelet. ¿Quién será el jefe de Hacienda? Aquí están los candidatos. Por Fernando Vega / Ilustración Ignacio Schiefelbein
Teatinos 120
No fue casualidad que uno de los primeros aprontes del programa de gobierno de Michelle Bachelet se realizara en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. Fue ahí donde hace exactamente un año, en diciembre de 2011, el Partido Socialista invitó a académicos del mundo concertacionista y actores sociales a debatir las primeras líneas programáticas.
Desde entonces que Diagonal Paraguay 257 está convertido en el discreto escenario de diversos encuentros con miras a configurar el programa de un eventual nuevo gobierno de Bachelet. De ahí que en el mundo académico se comente con tanta fuerza que la FEN sea la cantera desde donde saldría el nuevo equipo económico de la ex presidenta.
Pese al silencio que ha mantenido la actual jefa de ONU-Mujeres, en su entorno ya es un hecho que el tiempo para la redacción de un programa comenzó a correr tras las elecciones municipales de octubre, que dejaron a la oposición con buenas opciones para las presidenciales 2013.
Parlamentarios y hombres clave de la Concertación admiten que se está trabajando en silencio y en grupos pequeños –muy al estilo bacheletista– y que la tarea de poder ofrecer respuestas a todas las demandas sociales durante un gobierno de cuatro años será sumamente compleja. Por lo mismo, varios coinciden en que la gran batalla con el representante de la derecha –Andrés Allamand o Laurence Golborne– en las urnas, pasará por la calidad de las propuestas programáticas.
En ese marco, la sensación general de la centroizquierda es que en el ámbito económico las ofertas que se puedan entregar a una ciudadanía cada vez más demandante marcarán las diferencias entre las candidaturas. Incluso, más que los temas valóricos, pues ya hay varios que consideran que el actual gobierno les hizo un gran favor al adelantar la puesta en la mesa de esa discusión.

El retorno del Primer Ministro

En este escenario –al que se suma el alejamiento de Andrés Velasco del entorno de Bachelet tras haber asumido un camino propio–, es que el nombre del futuro ministro de Hacienda resulta clave. Tanto en los partidos de la Concertación, donde conocidas son las diferencias en el manejo de las finanzas públicas, como en el empresariado, que mira con interés y preocupación el futuro. De hecho, representantes de la Confederación de la Producción y el Comercio han abordado ya el asunto con algunos parlamentarios opositores.
La mayoría de los candidatos a ocupar el sillón de Hacienda tienen un denominador común: están ligados a la facultad de Economía de la Chile.
El tema, con toda certeza –adelantan– será analizado en los consejos generales de los partidos, programados para este mes y para enero, de los cuales debieran salir importantes definiciones sobre los distintos lineamientos por los que se jugaría un programa de gobierno de la oposición.
En todo caso, en el mundo concertacionista tienen una cosa clara: la alta popularidad de la ex presidenta le otorga la libertad necesaria para decidir muy en solitario quiénes la acompañarían en esos cuatro años. “A diferencia de la elección anterior, esta vez todo dependerá de Bachelet”, reconoce un dirigente.
Por otra parte, la sensación general es que el jefe de las finanzas volverá a tener el poder y relevancia que en las décadas pasadas tuvieron Alejandro Foxley, Eduardo Aninat, Manuel Marfán, Nicolás Eyzaguirre y Andrés Velasco, quienes llegaron a ser considerados como una especie de Primer Ministro en los gobiernos de la Concertación.

Los nombres al ruedo

Los nombres para ocupar el privilegiado sillón ya están empezando a sonar. Y de la mano, se empiezan a detectar también los lobbies de uno u otro sector de la Concertación, en pro de sus respectivas figuras.
El listado de los que más se escuchan lo encabeza el ex director de Presupuesto, Alberto Arenas (47). Su alto perfil técnico y sus sólidas redes políticas tienen a este militante PS como el más seguro próximo jefe de Hacienda. Además, en la Concertación comentan que cuentan con un activo importante para el cargo: dado su rol en la articulación financiera de la reforma previsional –uno de los legados estrellas de Bachelet–, es muy cercano a la ex presidenta.
Economista e investigador de la Universidad de Chile, Arenas es calificado como un “progresista aterrizado”, que cree en el mercado, los estímulos al crecimiento y las políticas sociales.
Actualmente desarrolla diversas líneas de trabajo en Microdatos, un centro de investigación de la FEN, apreciado como una de las fuentes de información e ideas sobre hechos y tendencias nacionales más ricas y variadas que existen en el país. Además, es director de Canal 13 y cercano al ex ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, quien, comentan también en la oposición, tendría intenciones de acercarse a Interior con Bachelet.
El segundo economista más nombrado como probable ministro de Hacienda es Mario Marcel (57). El actual subdirector de gobernabilidad y desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, también proviene de la Chile y ocupó diversos cargos técnicos durante la era concertacionista. Se le considera, junto a Nicolás Eyzaguirre, uno de los padres de la regla del superávit fiscal y su capacidad técnica es altamente valorada.
También socialista, en 2006 estuvo a punto de ser nombrado jefe de Hacienda, luego de que trabajara en la elaboración del programa del primer gobierno de la ex mandataria. Sin embargo, quedó a cargo de la comisión que generó la reforma previsional y después se radicó fuera de Chile, pero sin perder jamás sus lazos con Bachelet ni mucho menos con su entorno.
El tercer socialista en la nómina es Oscar Landerretche (40). También de la Chile y progresista, su trabajo es muy valorado sobre todo en el mundo parlamentario, debido a su disposición para apoyar la labor legislativa y porque fue uno de los primeros y más entusiastas en apoyar a Bachelet en 2005. Por lo mismo se le da como protagonista seguro del comando.
Además, su rol en la campaña de Eduardo Frei en 2010 es frecuentemente mencionado como un ejemplo de compromiso, pese al derrotismo que marcó a la Concertación en esas elecciones.

La DC para poner freno

Aparte del trío socialista, en la Concertación se habla harto del rol que la Democracia Cristiana buscaría jugar en la conformación de este hipotético nuevo gobierno de Bachelet. Según algunas fuentes, ese partido apostará porque un hombre de sus filas encabece la gestión de las finanzas públicas como una “garantía” de que la extensión del conglomerado a la izquierda –con la inclusión del Partido Comunista– no acabará con los grandes consensos en el área económica que han dominado los últimos 30 años en el país.
Por mucho que ya suenen nombres y que los distintos sectores intenten impulsar a uno de los suyos para el cargo, en la Concertación tienen una cosa clara: con esas cifras de popularidad, Michelle Bachelet puede elegir a quien quiera. No tiene por qué negociar con la coalición.
Aunque hay personeros de la misma DC que desestiman esa visión o la atribuyen a la mesa que dirige el presidente de la colectividad, Ignacio Walker, varios coinciden en que ese partido está hoy en condiciones de promover algunos de sus nombres.
Entre éstos, los más aludidos son el ex presidente del Banco Central, José de Gregorio, y el ex superintendente de Valores y Seguros, Guillermo Larraín. A ellos les siguen dos ex asesores de Andrés Velasco, Alejandro Micco y Luis Felipe Céspedes. Mientras, otras voces en la Concertación han comenzado tímidamente a promover al economista de Yale, Eduardo Engel.

Intelligentsia concertacionista

Todos los nombres mencionados tienen un denominador común: la facultad de Economía de la Chile. Ya sea como profesores, investigadores o directivos, Arenas, Marcel, Landerretche, De Gregorio, Larraín, Céspedes y Micco están ligados a esta escuela donde se concentra hoy la mayor parte de la intelligentsia concertacionista.
Allí trabaja una elite académica cruzada por una fuerte heterogeneidad social, permeada además por la crítica hacia las políticas más liberales si se la compara con la facultad de Economía de la UC –donde estudiaron Piñera y casi todos los altos cargos económicos del actual gobierno–, que es considerada como un centro más ligado al pensamiento de Chicago.
Sin embargo, en la misma FEN diversas fuentes se apresuran a retrucar que no son el think tank de la Concertación ni nada por el estilo, y que su objetivo es producir conocimiento científico de calidad y no ideas para un solo sector político.
Aun así, diversos académicos de la facultad confirman la proximidad de algunas de sus figuras tanto con el ideario concertacionista, como con hombres clave del bacheletismo. Particularmente, con el presidente del Senado, Camilo Escalona; el ex jefe de gabinete de la presidenta, Rodrigo Peñailillo, y el experto electoral del PS, Mahmud Aleuy. •••
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El fin de la incertidumbre

La tesis que se baraja entre ciertas figuras opositoras es que el gobierno del presidente Sebastián Piñera ha profundizado el carácter de “Protección Social” que marcó los objetivos del gobierno de Bachelet. Por eso, sostienen, los ajustes que se planteen estarán enfocados en cuatro grandes ejes: educación, salud, trabajo y previsión, que son los temas donde los ciudadanos expresan mayor inseguridad e incertidumbre frente al futuro.
Ambos conceptos –dice un académico de la FEN– son los que animan actualmente el debate al interior de la academia en las democracias occidentales y que hasta ahora en Chile sólo han sido abordados de manera informal. “Lo que la gente quiere son certezas”, sostiene. Vaya paradoja, cuando hablamos de una candidatura que aún no se pronuncia.

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