007 –Operación Skyfall
por Ascanio Cavallo
Diario El Mercurio, Sábado 10 de Noviembre de 2012
Diario El Mercurio, Sábado 10 de Noviembre de 2012
Hay un hecho que los fanáticos del agente 007 suelen eludir: ninguna de sus películas califica en las categorías superiores del cine. No hay entre ellas ninguna obra maestra y es improbable que alguna logre entrar incluso en una modesta lista de clásicos. Al mismo tiempo, los estándares de la serie han logrado asegurar que ninguna sea un completo bodrio, ni siquiera algo que no se deje ver con facilidad. Quien discute sobre lo mejor y lo peor de 007 discute en la tierra media, no en el alto ni en el bajo.
Dicho esto, 007 –Operación Skyfall ha de situarse en los escalafones superiores de la serie. No sólo recupera su musculatura física –como lo anticipa la endemoniada secuencia de los primeros diez minutos-, sino también la demencia escénica –retroexcavadoras luchando sobre un tren, vagones de metro desplomándose en un atentado, islas devastadas, explosiones colosales- que han sido sus rasgos de identidad. El proyecto lo encabeza Sam Mendes (Belleza americana, Sólo un sueño), uno de los directores más competentes que ha tenido la historia de la serie. Y, por agregado, ofrece la mejor y más gótica de todas sus secuencias de créditos, una pequeña película en sí misma.
No es todo. En línea con su cincuentenario, este James Bond (Daniel Craig) no sólo está envejeciendo, sino que literalmente vuelve de la muerte, un retorno existencial que lo envía a los orígenes, a un lugar donde hallará, como el famoso “Rosebud”, la clave de su biografía. Es un Bond que se mira a sí mismo ya no con admiración narcisista, sino con una conciencia ligeramente amarga de la decadencia. Un Bond dañado y resistente.
Pero si hay cierta carne de psicoanálisis en la peripecia de Bond, muchísimo más la hay en la de su némesis de ocasión, el falso rubio Silva (Javier Bardem), un ex agente devenido psicópata por el abandono de su jefa y principal figura materna, M (Judi Dench). Silva se ha vuelto sádico en el curso de sus sacrificios como agente y ahora quiere apagar ese fuego interno como Edipo lo haría con su Yocasta.
Y están, por fin, esas sombrías ideas de un infierno laico, global y tecnológico donde no hay naciones ni organizaciones siniestras, sino solamente hackers que con un par de operaciones pueden convertir la vida en una pesadilla.
De acuerdo: a esta película le sobran tantos minutos como ambiciones y la extensión de estas últimas es responsable tanto de sus virtudes como de sus debilidades. Un James Bond sometido a un exceso de introspección es casi una contradicción en los términos. Pero un James Bond limitado al mundo anacrónico de los autos prodigiosos y los gadgets que disparan sería un personaje en busca de su extinción. 007 –Operación Skyfall es el notable y reflexivo salvataje –la resurrección desde la muerte- de un personaje que intenta demostrar que aún puede soportar unos cuantos años más.
007 –OPERACIÓN SKYFALL
Dirección: Sam Mendes. Con: Daniel Craig, Judi Dench, Javier Bardem, Ralph Fiennes, Albert Finney. 143 minutos.
Dirección: Sam Mendes. Con: Daniel Craig, Judi Dench, Javier Bardem, Ralph Fiennes, Albert Finney. 143 minutos.
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