Creo interpretar a muchos cuando digo que era francamente irritante escuchar a cualquier analista político que, con solo sobrevolar Estados Unidos, repetía una y otra vez la frasecita atribuída a la campaña de Bill Clinton: “ It´s the economy , stupid” (“Es la economía, estúpido”). Resulta interesante ver un hilo común en las recientes elecciones municipales de nuestro país y la presidencial de Estados Unidos. Ambos procesos eleccionarios han echado por tierra esa frase, que se había convertido en dogma para Ministros de Hacienda, políticos y analistas. El desempeño de Obama en términos económicos no parece lo suficientemente exitoso como para convertirlo en un pilar fundamental de su campaña. Se recurrió a la política de ficción para hacer frente a los ataques que dirigían desde el otro lado los Republicanos, que le enrostraban las cifras de desempleo, el déficit, la fuga de empresas, etc. Obama se defendió diciendo que estarían peor si él no hubiese tomado determinadas decisiones. Pero la “economy” no fue la fortaleza de su campaña. En nuestro país, el gobierno de Sebastian Piñera ha tenido un desempeño excepcional en materia económica. En la actualidad existe casi pleno empleo. La tasa de crecimiento, contrario a los que nos quiso hacer creer Andrés Velasco cuando fue Ministro de Hacienda en el sentido de que nos debíamos acostumbrar a una tasa del 2%, será del orden del 4,9 por ciento. Es decir, desde el punto de vista de la economía -“stupid”-, el de Piñera ha sido un excelente gobierno. Sin embargo Obama, ganó la elección. Y nuestro Gobierno perdió una municipal. Pareciera ser que los electores no son solo sujetos económicos, sino que hay otras consideraciones que entran en su estructura de prioridades electorales. Intuyo que tienen que ver con sentirse tratados con dignidad. En Estados Unidos negros, latinos y mujeres fueron determinantes para elegir a Obama. Ello tiene que ver con que, desde su gobierno y durante la campaña, los trató con respeto y consideración… con dignidad. Las políticas impulsadas han tenido como uno de sus focos principales la dignidad de las personas: Obamacare busca justamente eso. Los apoyos económicos para madres solteras también. Lo mismo su oposición a ciertas políticas migratorias intentadas por algunos estados fronterizos. En cambio el gobierno de Piñera, no obstante sus logros económicos, no ha sido capaz de transmitir que trata con dignidad a los ciudadanos. Un esfuerzo particularmente complejo para él ya que la asociación casi inmediata entre el Presidente y el empresariado le ha jugado en contra. Los ciudadanos chilenos desde que se levantan en la mañana se sienten maltratados. Una persona se levanta toma una ducha y piensa en cómo la compañía del agua le sacará algunos pesos con cuentas que no logra comprender del todo. Se sube al auto y le cobran un Tag y estacionamiento aunque pague su permiso de circulación. Se sube a una micro, que pasa tarde mal y nunca, y viaja como en una lata de sardinas. Saca su tarjeta bancaria para pagar el café de la mañana y piensa en la cartola que llegará a fin de mes con cargos, comisiones e intereses que no termina de entender. Mientras sus hijos pequeños van a una escuela de mala calidad, los mayores asisten a una Universidad por la cual deberá endeudarse gran parte de su vida. Es decir, desde que se levanta hasta que se acuesta siente que le cobran por todo, lo esquilman y lo tratan indignamente. Y cuando protestan por estas situaciones la policía los reprime con dureza, tanto a ellos como a sus hijos. Al parecer para ganar elecciones no basta con la economía, estúpido. Se requiere tratar con dignidad y respeto a la gente.
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