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Orar con Confianza‏


NOVENA DE CONFIANZA 
AL SAGRADO CORAZÓN


Oh Señor Jesús, 

a tu Sagrado Corazón 
yo confío esta intención... 

Solo mírame, 
entonces haz conmigo 
lo que tu Corazón indique. 

Deja que tu Sagrado Corazón decida...
Yo confío en ti... 

Me abandono en tu Misericordia, Señor Jesús! 

Ella no me fallará. 

Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío. 
Sagrado Corazón de Jesús, creo en tu amor por mí. 
Sagrado Corazón de Jesús, que venga tu Reino.

Oh Sagrado Corazón de Jesús, 
te he pedido por tantos favores, 
pero con ansias te imploro por esta petición. 

Tómala, ponla en tu abierto y roto corazón, 
y cuando el Padre Eterno la mire, 
cubierta por tu Preciosa Sangre, no podrá rehusarla. 

Ya no sera más mi oración, sino la tuya, Oh Jesús. 

Oh Sagrado Corazón de Jesús, 
pongo toda mi confianza en Ti. 
Nunca permitas que me confunda...

Amén

NOVENA DE CONFIANZA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Se repite hasta el final, los nueve días de la novena.
 
  La confianza es un acto de la voluntad 
por el que esperamos conseguir de Dios 
nuestra salvación y los medios necesarios para ello. 

Es una virtud que encierra fe, esperanza y caridad. 

El fundamento de la confianza 
está en que Dios es nuestro Padre, 
que cuida de nosotros 
más que de los cuervos y los lirios (Lc. 12, 24-27).
 
Nadie disfruta más de la bondad 
del Corazón de Jesús 
que el que tiene mayor confianza en Él. 

El peor y mayor mal 
que el demonio nos hace después del pecado, 
es hacernos desconfiar. 

"Lo que más le agrada es la confianza en Él" (Santa Margarita).
 
Necesitamos la confianza 
y la mejor manera de alcanzarla es pedirla a Dios.
 
Podemos pedir la confianza 
y todas las gracias y bienes 
que necesitamos con "la Novena de Confianza".
 
"Vayamos con confianza al trono de la gracia". (Hb. 4, 16).
 
Modo de hacer la Novena de Confianza:
 
Oh Jesús, a tu Corazón confío 
(esta alma, esta pena, este sufrimiento, 
este trabajo o la falta de éste, etc...), 
míralo, después haz lo que tu Corazón te diga; 
deja obrar a tu Corazón.
 
Oh Jesús, yo cuento contigo, yo me fío de Ti, 
yo me entrego a Ti, yo estoy seguro de Ti.
 
Padre nuestro, Ave María y Gloria.
 
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío (nueve veces).
 
Oh dulce Jesús, que has dicho: 

"Si quieres agradarme, confía en Mí; 
si quieres agradarme más, confía más; 
si quieres agradarme inmensamente, 
confía inmensamente; 
las almas confiadas 
son las robadoras de mis gracias". 

Yo confío inmensamente en Ti. 
En Ti, Señor, espero; 
no sea yo confundido eternamente. 

Amén.
 
 
ORACIONES
 

ACTO DE CONFIANZA EN EL CORAZÓN DE JESÚS
 
 ¡Oh Corazón de Jesús!, 
Dios y hombre verdadero, 
delicia de los Santos, 
refugio de los pecadores 
y esperanza de los que en Vos confían; 
Vos nos decíais amablemente: 

“Venid a mí”; 
y nos repetís las palabras 
que dijisteis al paralítico: 

“Confía, hijo mío; tus pecados te son perdonados”, 

y a la mujer enferma: 
“Confía, hija; tu fe te ha salvado”, 

y a los Apóstoles: “Confiad, yo soy, no temáis”. 

Animado con estas vuestras palabras, 
acudo a Vos con el corazón lleno de confianza, 
para deciros sinceramente y de lo más íntimo de mi alma: 
Corazón de Jesús, en Vos confío.
 
(A cada invocación decimos 
“CORAZÓN DE JESÚS EN VOS CONFÍO"!
 
En mis alegrías y tristezas,
 
En mis negocios y empresas,
 
En mis prosperidades y adversidades,
 
En las necesidades de mi familia,
 
En las tentaciones del demonio,
 
En las instigaciones de mis propias pasiones,
 
En las persecuciones de mis enemigos,
 
En las murmuraciones y calumnias,
 
En mis enfermedades y dolores,
 
En mis defectos y pecados,
 
En la santificación y salvación de mi alma,
 
Siempre y en toda ocasión,
 
En vida y muerte,
 
En tiempo y eternidad,
 
 Corazón de mi amable Jesús, 
confío y confiaré siempre en vuestra bondad; 
y, por el Corazón de vuestra Madre, 
os pido que no desfallezca nunca 
esta mi confianza en Vos, 
a pesar de todas las contrariedades 
y de todas las pruebas 
que Vos quisierais enviarme, 
para que, habiendo sido mi consuelo en vida, 
seáis mi refugio en la hora de la muerte 
y mi gloria por toda la eternidad. 

Amén.
 
ORACIÓN FINAL
 
¡Oh, Señor Jesús!, 
vuestros santos misterios 
infundan en nosotros un fervor divino, 
con el que, recibida la suavidad 
de vuestro dulcísimo Corazón, 
aprendamos a despreciar 
lo terreno y amar lo celestial. 

Vos que vivís y reináis 
por los siglos de los siglos. 

Amén.
 
 
ACTO DE CONFIANZA 
DEL BEATO CLAUDIO DE LA COLOMBIÈRE
 
 Dios mío, estoy tan persuadido 
de que velas sobre todos los que en ti esperan 
y de que nada puede faltar 
a quien de ti aguarda todas las cosas, 
que he resuelto vivir en adelante 
sin cuidado alguno, 
descargando sobre ti todas mis inquietudes. 

Ya dormiré en paz y descansaré, 
porque Tú, solo Tú has asegurado mi esperanza.
 
Los hombres pueden despojarme 
de los bienes y de la reputación; 
las enfermedades pueden quitarme 
las fuerzas y los medios de servirte; 
yo mismo puedo perder tu gracia por el pecado; 
pero no perderé mi esperanza; 
la conservaré hasta el último instante de mi vida 
y serán inútiles todos los esfuerzos 
de los demonios del infierno para arrancármela. 
Dormiré y descansaré en paz.
 
Que otros esperen su felicidad 
de su riqueza o de sus talentos; 
que se apoyen sobre la inocencia de su vida, 
o sobre el rigor de su penitencia, 
o sobre el número de sus buenas obras, 
o sobre el fervor de sus oraciones. 

En cuanto a mí, Señor, 
toda mi confianza 
es mi confianza misma. 

Porque Tú Señor, sólo Tú, 
has asegurado mi esperanza.
 
A nadie engañó esta confianza. 

Ninguno de los que han esperado en el Señor, 
ha quedado frustrado en su confianza. 

Por tanto, estoy seguro 
de que seré eternamente feliz, 
porque firmemente espero serlo 
y porque de ti, Dios mío, 
es de quien lo espero. 

En ti esperaré, Señor, 
y jamás seré confundido.
 
Bien conozco, y demasiado lo conozco, 
que soy frágil e inconstante; 
sé cuánto pueden las tentaciones 
contra la virtud más firme; 
he visto caer los astros del cielo 
y las columnas del firmamento; 
pero nada de esto puede aterrarme. 

Mientras mantenga firme mi esperanza, 
me conservaré a cubierto de todas las calamidades; 
y estoy seguro de esperar siempre, 
porque espero igualmente esta invariable esperanza.
 
En fin, estoy seguro 
de que no puedo esperar con exceso de ti 
y de que conseguiré todo lo que hubiere esperado de ti. 

Así, espero que me sostendrás 
en las más rápidas y resbaladizas pendientes, 
que me fortalecerás contra los más violentos asaltos 
y que harás triunfar mi flaqueza 
sobre mis más formidables enemigos. 

Espero que me amarás siempre 
y que yo te amaré sin interrupción; 
y para llegar de una vez 
con toda mi esperanza 
tan lejos como puede llegarse, 
te espero a ti mismo, Creador mío, 
para el tiempo y para la eternidad. 

Así sea.
 
 
Sagrado Corazón de Jesús, 
sella mi alma para que jamás 
vuelva a cometer un pecado mortal.
 
En Vos confío.

Niño amable, de mi vida.  
Consuelo de los cristianos  
La gracia que necesito  
Pongo en tus benditas manos.  
                                                 Padre nuestro...  

Tú que sabes mis pesares   
Pues todos te los confío   
Da la paz a los turbados   
Y alivio al corazón mío.  
                                                 Dios te salve María...  

Y aunque tu amor no merezco  
No recurriré a ti en vano  
Pues eres Hijo de Dios  
Y auxilio de los cristianos.  
                                                  Gloria al Padre...
 
Acuérdate oh Niño Santo que jamás se oyó decir   
que alguno te haya implorado Sin tu auxilio recibir  
Por eso con fe y confianza Humilde y arrepentido  
Lleno de amor y esperanza Este favor yo te pido: 

Pedir la gracia que se desea y decir siete veces: 

DIVINO NIÑO JESUS BENDECIDNOS.

Novena de la confianza a María Auxiliadora

NOVENA DE LA CONFIANZA / MARÍA AUXILIADORA 

Madre amable de mi vida auxilio de los cristianos, 
la pena que me atormenta, pongo en tus divinas manos. 

Dios te salve María...

Tú que sabes mis congojas, pues todas te las confío, 
da la paz a los turbados y alivia el corazón mío. 

Dios te salve María...

Y aunque tu amor no merezco, no recurriré a Ti en vano, 
pues eres madre de Dios y auxilio de los cristianos. 

Dios te salve María...

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, 
que jamás se ha oído decir que ninguno 
de los que han acudido a tu protección 
haya sido abandonado; 
animado con esta confianza, 
me presento a ti. ¡Oh Madre de Dios!, 
no desoigas mis súplicas; escúchalas 
y acógelas benignamente, 
¡oh clemente, oh dulce Virgen María! 

(Pedir la gracia que se desea y rezar una Salve)

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