Quiero que sufra.
No que no me joda.
No tú, la mosca.
Cuando despierto
sintiéndome bien
pienso que si yo
que soy el mal amado
se siente bien
tú debes sentirte
mucho mejor
y altiro
me siento mal.
¡me pones los celos de punta!
al separarte de mí
no has hecho algo malo
has deshecho algo bueno.
el llanto es aguardiente
Descolgaba el teléfono
no para no recibir llamadas
sino para ignorar
las que no recibía
Sucedió algo maravilloso
entre las hojas de lechuga
había un pedazo de palta.
Ahora debería comerme
el berlín. Que me comí
hace una hora. Y media.
Te quiero tanto
que si no te quisiera
también te querría.
yo no necesito energías
para escalar el monte Everest
yo las necesito
para quitarme los calcetines
para lavarme los dientes
para llevarme la comida a la boca
si yo naciera
sería tu marido
y no el guevón gemebundo
que ahora soy.
En la vereda
voy detrás de una señora
que camina
haciendo eses
y no la puedo pasar...
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De vez en cuando
Claudio Bertoni
LOM Ediciones
(Santiago de Chile, 1998)
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