Muere un eminente cardiólogo y sus amigos y familiares deciden
hacerle un grandioso y pomposo funeral.
En medio de la Iglesia, y detrás del ataúd, se encontraba un
gigantesco corazón todo cubierto de flores.
Terminado el servicio fúnebre y leído el responso, el corazón se
abre en dos y el ataúd... al son de una hermosa música, se desliza
suavemente dentro del corazón.
Una vez adentro, las dos puertas se cierran y el ataúd desaparece
de la vista de los presentes, encerrado para toda la eternidad en
el hermoso corazón.
En ese momento se oye una incontenible carcajada de uno de los
amigos del difunto.
Todos los presentes se dan vuelta para mirarlo y el señor se
disculpa diciendo:
"¡Perdón! En verdad lo siento mucho... pero es que estaba pensando
en mi propio funeral..... .¡SOY GINECÓLOGO!!"
jajaja!
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