Festival Jazz Duit reúne a músicos de Chile y EE.UU.
El encuentro, auspiciado por La Tercera, se realizará desde el 9 de octubre en el GAM, y en tres ciudades más.
por Jorge Letelier F.
Diario La Tercera, sábado 29 de septiembre de 2012
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“Una partitura vale más que mil palabras”, bromea el trompetista Sebastián Jordán sobre la forma en que han tenido que trabajar los músicos chilenos que participan del primer Festival Jazz Duit, con sus pares estadounidenses Greg Osby (saxo alto), Aaron Parks (piano) y Drew Gress (contrabajo), las estrellas invitadas del encuentro.
Porque el formato del festival que -auspiciado por La Tercera- estará el 9 de octubre en el GAM (y luego en Concepción, Santa Cruz y Santo Domingo) será el de un gran ensamble que incluirá repertorio de todos los músicos involucrados. Como el tiempo escasea y los ensayos serán pocos, los músicos intercambian su trabajo vía mail, sistema que hasta ahora ha funcionado sin contratiempos.
“Toda la música será original. Nosotros tomamos cosas de ellos y ellos de nosotros”, dice Jordán, a lo que el guitarrista Nicolás Vera agrega: “Cada músico aporta un tema. Mandamos líneas de melodías y también la propuesta de formatos, que va desde cuartetos hasta octetos”. Bajo esta original modalidad de programa, el elenco es altamente dinámico, con músicos que tocan, luego se bajan y entran otros. Sólo la sección rítmica se mantendrá inalterable, con Drew Gress (contrabajo) y el baterista chileno Carlos Cortés.
Los jazzistas estadounidenses ofrecen un abultado currículo, liderados por Osby, un saxofonista con quince discos editados en el sello Blue Note. Parks es un pianista emergente de la escena neoyorquina, mientras que Gress ha acompañado a músicos de la talla de Zoot Sims, Clifford Jordan y Steve Coleman.
El resto del ensamble lo componen destacados nombres de la escena local, como Agustín Moya (saxo), Roberto Dañobeitía (guitarra) y Melissa Aldana (saxo), chilena que triunfa en Nueva York.
Jordán, Vera y el productor Roberto Barahona, del sello Discos Pendiente, la factoría jazzística más activa de la escena local, son quienes están detrás del festival. Y tal como el catálogo de más de diez discos que han editado en poco más de un año de labor (con trabajos de Agustín Moya, Andrés Pérez y Simetrío, entre otros), el encuentro musical es una consecución lógica de sus intereses.
“Siempre decíamos: ojalá los músicos que escuchamos pudieran tocar con nosotros”, dice Vera. Convencidos de la autogestión que comenzaron en Discos Pendiente, el trío inició los contactos hace un año.
“Averiguamos y vimos cuánto costaba. Sí, se puede, y están disponibles, nos dijimos. Así que nos tiramos”, resume.
Uno de los objetivos del trío es instalar Santiago en la vitrina internacional de jazz. “Queremos ser parte del circuito de Sao Paulo, Buenos Aires y Montevideo, donde los músicos se quedan una semana, tocan y hacen clínicas”, cuenta Barahona. “Queremos que perpetuar el festival en el tiempo sea algo inevitable”, finaliza Jordán.
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