Patente de crack por Sergio Gilbert

Diario El Mercurio, Viernes 21 de Septiembre de 2012
http://blogs.elmercurio.com/deportes/2012/09/21/patente-de-crack.asp

Orgullosos de tener a Alexis Sánchez involucrado en el equipo más trascendental del mundo -el actual Barcelona pasará a ser una escuadra paradigmática en muchos aspectos y así será considerado en la literatura futbolística futura-, las actuaciones y desarrollo que ha tenido Arturo Vidal en el balompié europeo han pasado a un segundo plano.

Es cierto. Cada vez que el jugador surgido en la cantera de Colo Colo hace un gol por Juventus o es enaltecido en la prensa italiana uno aplaude y se une a los elogios. Nos acordamos del nivel en que está.

Pero no es algo permanente. Las antenas, en general, estás puestas más en Barcelona que en Turín.

Es injusto.

Vidal tiene hoy la preeminencia en cuanto a la brillantez permanente de los chilenos que actúan en Europa. A diferencia de otros -como el propio Sánchez- se ha consolidado como titular inamovible en un equipo grande, histórico y con pretensiones altas, merced a una evolución notable desde que partió de Chile a vivir su experiencia en Bayer Leverkusen de Alemania.

Vidal hoy es un jugador distinto al que salió del país. Que explotó de acuerdo a lo que de él se proyectaba. Lo que no es menor comparado con otros casos (como el de Matías Fernández).

Y no se trata tan sólo de que corra más o que simplemente se haya "adaptado al medio". Vidal, en realidad, ha aprendido a exponer sus naturales condiciones en el marco de disposiciones tácticas diferentes a las que él conocía.

Mucho se habla de que su gran mérito es "meter" y tener fuelle incluso para llegar a posiciones ofensivas. Eso es una simpleza.

Su mayor grandeza futbolística, verdaderamente, está en su capacidad de entender que es parte de un tejido esencial -el mediocampo- donde hay que saber combinar funciones y traspasar protagonismos, teniendo como exclusivo objetivo crear condiciones para asumir el control -algo esencial para el modo de ver el fútbol de los italianos- y llegar al pórtico contrario con posibilidades de definición en los momentos exactos.

La polémica surgida en Chile por su inclusión en el seleccionado como líbero y no "como juega en Italia", en esos términos, es algo irreal.

Vidal no fracasó en la labor asignada por Borghi por un desconocimiento de tan específico puesto (de hecho, varios especialistas, que luego criticaron al seleccionador, antes habían aplaudido la decisión por la experiencia que él tenía en las divisiones menores). El tema fue que se encontró con una dinámica táctica diferente, que obviamente pudo ser bien aprendida si hubiese tenido tiempo de adaptación. A ello se agregó un natural deseo de demostrar qué calidad de jugador es él hoy en día (lo que, sin duda, puso mayor problemática al plan colectivo general de Borghi).

Pero no a que no tuviera la capacidad de adaptarse.

Vidal es, en lo concreto, un referente importantísimo entre los chilenos que actúan en el primer mundo futbolero. Como Sánchez. Como Medel. Pero más asentado. A la altura ya de los grandes nombres que están en la historia del fútbol chileno.

Aunque a veces se olvide, ya sacó patente de crack.