El nuevo Nobel es un excepcional investigador en la teoría económica requerida para el eficaz diseño de políticas públicas en áreas de enorme interés para la ciudadanía..
La Real Academia Sueca de Ciencias otorgó el Nobel de Economía (en estricto rigor, el premio es otorgado en memoria de Alfred Nobel, y no es uno de los premios establecidos por el propio Nobel) a Jean Tirole, de la Toulouse School of Economics. La Academia eligió como motivo del premio las contribuciones de Tirole a la teoría de la organización industrial y a la regulación de monopolios, aunque ha contribuido a casi todas las áreas de la microeconomía teórica. Tirole incluso ha aplicado sus métodos de análisis a temas macroeconómicos, tales como las burbujas en los mercados financieros.
Jean Tirole tiene una carrera en Francia, donde estudió en la École polytechnique, fundada por Napoleón, y luego completó sus estudios de ingeniería en una grande école, donde Francia entrena a su élite. Tres años más tarde recibiría su doctorado en economía en el MIT de Estados Unidos, donde llegaría a ser profesor. Vuelve a Francia en 1991 al recién creado Toulouse School of Economics, especializado en sus áreas de interés. Antes del Nobel había recibido premios y doctorados Honoris Causa por su trabajo académico, además de la Legión de Honor por su participación en Comisiones del Estado Francés.
Debido a la importancia de su investigación, en el mundo de los economistas académicos hace mucho que se predecía que recibiría el Nobel. La única pregunta era ¿por qué motivo? A diferencia de otros premios Nobel, Tirole no tiene una contribución rupturista; su mayor contribución es su capacidad para sistematizar áreas del conocimiento económico, y para encontrar y destilar el núcleo conceptual de problemas económicos relevantes para la sociedad. Su influencia entre los economistas es enorme, en parte por sus famosos textos, utilizados en los programas de doctorado de todo el mundo, comenzando por el de Organización Industrial, que pese a sus 25 años de publicación, sigue marcando pautas. Su texto de Regulación, escrito en conjunto con el fallecido Jean Jacques Laffont, sintetiza la teoría de la Regulación que habían desarrollado en artículos publicados algunos años antes. Estos trabajos permiten comprender que los reguladores deben contrastar incentivos a la eficiencia contra utilidades excesivas y sugieren direcciones para mejorar las actuales prácticas, que recién comienzan a aplicarse. Sus contribuciones en estas áreas son el motivo citado por la Academia Sueca para el Nobel. Además, son muy influyentes sus investigaciones en teoría de finanzas corporativas, de bancos, de telecomunicaciones, en teoría de juegos y diseño de mecanismos, e incluso en economía del comportamiento.
En síntesis, el nuevo Nobel es un excepcional investigador en la teoría económica requerida para el eficaz diseño de políticas públicas en áreas de enorme interés para la ciudadanía.
Jean Tirole tiene una carrera en Francia, donde estudió en la École polytechnique, fundada por Napoleón, y luego completó sus estudios de ingeniería en una grande école, donde Francia entrena a su élite. Tres años más tarde recibiría su doctorado en economía en el MIT de Estados Unidos, donde llegaría a ser profesor. Vuelve a Francia en 1991 al recién creado Toulouse School of Economics, especializado en sus áreas de interés. Antes del Nobel había recibido premios y doctorados Honoris Causa por su trabajo académico, además de la Legión de Honor por su participación en Comisiones del Estado Francés.
Debido a la importancia de su investigación, en el mundo de los economistas académicos hace mucho que se predecía que recibiría el Nobel. La única pregunta era ¿por qué motivo? A diferencia de otros premios Nobel, Tirole no tiene una contribución rupturista; su mayor contribución es su capacidad para sistematizar áreas del conocimiento económico, y para encontrar y destilar el núcleo conceptual de problemas económicos relevantes para la sociedad. Su influencia entre los economistas es enorme, en parte por sus famosos textos, utilizados en los programas de doctorado de todo el mundo, comenzando por el de Organización Industrial, que pese a sus 25 años de publicación, sigue marcando pautas. Su texto de Regulación, escrito en conjunto con el fallecido Jean Jacques Laffont, sintetiza la teoría de la Regulación que habían desarrollado en artículos publicados algunos años antes. Estos trabajos permiten comprender que los reguladores deben contrastar incentivos a la eficiencia contra utilidades excesivas y sugieren direcciones para mejorar las actuales prácticas, que recién comienzan a aplicarse. Sus contribuciones en estas áreas son el motivo citado por la Academia Sueca para el Nobel. Además, son muy influyentes sus investigaciones en teoría de finanzas corporativas, de bancos, de telecomunicaciones, en teoría de juegos y diseño de mecanismos, e incluso en economía del comportamiento.
En síntesis, el nuevo Nobel es un excepcional investigador en la teoría económica requerida para el eficaz diseño de políticas públicas en áreas de enorme interés para la ciudadanía.
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