Camilo Rada
Las fronteras inexploradas de Chile
por Sebastián Montalva Wainer
Diario El Mercurio, Revista del Domingo, 26-10-2014
Con 34 años,
Rada es uno de los montañistas
más experimentados y activos de Chile.
Astrónomo, geofísico y glaciólogo,
su gran pasión es la exploración pura:
ir a sitios donde nunca nadie ha estado antes.
Hace dos meses lideró
la conquista del desconocido
volcán Aguilera en Campo de Hielo Sur,
y ya sueña con expandir las fronteras
de los lugares que aún quedan
por explorar en la Patagonia.
¿Cómo lo ha hecho?
___
Los mapas decían una cosa,
pero la realidad era muy distinta.
Según las únicas coordenadas que tenían
-obtenidas de un modelo de elevación
de un equipo de GPS, pues no existía
un solo mapa confiable de la zona donde estaban-,
la cumbre del volcán Aguilera,
en Campo de Hielo Sur, debía estar
a sólo cien metros de distancia.
Pero no.
"La cima estaba en realidad
a seiscientos metros de allí.
Y eso solo lo supimos
cuando estábamos en plena montaña",
dice Camilo Rada al teléfono
desde Vancouver, Canadá,
refiriéndose a esta expedición
de cinco montañistas
-tres chilenos, una argentina
y un estadounidense-
que el 29 de agosto pasado,
tras 26 extenuantes días
de frío, nieve y hielo,
conquistó por primera vez
esta desconocida cumbre patagónica
que parecía inexpugnable.
Antes, seis equipos,
extranjeros y nacionales,
la habían desafiado.
Ninguno había tenido éxito.
Que la cumbre del volcán Aguilera
no estuviera donde creían en un principio
no fue gran sorpresa.
Es más: para la expedición
fue el ingrediente soñado
de la aventura que buscaban.
Porque Camilo Rada y los suyos
son una especie en extinción.
A ellos les gusta la incertidumbre.
Ir hacia lo desconocido.
Es decir, la exploración pura,
la de los viejos cracks,
la que se hacía
cuando no había mapas
ni rutas ni testimonios,
y cuando todo se reducía
a la primaria lucha
entre la naturaleza salvaje
y el hombre que quería domarla.
"El discurso de los montañistas nacionales,
el que yo escuché cuando me estaba formando,
a fines de los 90, era siempre el mismo:
cada vez que salía una noticia
de no sé qué gringo que había hecho
una primera exploración en Patagonia,
decían: '¿Y por qué
la hacen ellos y no nosotros?"',
dice Rada, intentando explicar
la pasión que lo mueve.
"Aunque ese sentimiento sigue,
creo que ahora ha habido
un despertar de mucha gente
que está interesándose
en abrir rutas nuevas,
explorar nuevas zonas.
Más aún en un país como Chile,
que tiene miles de cerros
que nunca se han subido".
Camilo Rada no dice esto por decirlo.
Lo dice emocionado.
En su cabeza las fronteras
no están dibujadas en un mapa.
Sus límites, claramente, son otros.
"Aún quedan muchísimos lugares
por descubrir en Chile.
Yo ya tengo una lista larga (ver recuadro)
y estoy seguro: es para pasarse toda una vida
yendo a lugares y explorando".
Aunque tiene solo 34 años,
Camilo Rada es uno de los montañistas
más experimentados y activos de Chile.
Ya ha conseguido alrededor
de 170 cumbres -entre ellas
19 primeras ascensiones-
y en su bitácora de viaje
se cuentan más de 1.200 días
de expedición principalmente
entre la Patagonia y la Antártica,
sus sitios predilectos.
En su vida "convencional", es decir,
cuando no está usando crampones
ni casco ni piolet, Rada es un estudioso:
licenciado en Astronomía,
con posgrados en Geofísica y Glaciología.
Como glaciólogo ha trabajado
en el Centro de Estudios Científicos de Valdivia,
junto a expertos en el tema como Gino Casassa,
y donde participó activamente en el desarrollo
de la política nacional de glaciares,
tema que ha estado en el tapete
tras el discurso presidencial
del 21 de mayo pasado,
donde la Presidenta Bachelet
comprometió un proyecto de ley
para proteger los glaciares y su entorno.
Actualmente, sus estudios
lo tienen viviendo
hace cuatro años en Canadá,
donde termina un doctorado
en Glaciología en la Universidad
de British Columbia, Vancouver.
Allí, uno de sus objetivos
es perfeccionar un modelo
para predecir el comportamiento
de los glaciares en el futuro.
"Todavía estamos en una etapa
donde ni siquiera tenemos contados
todos los glaciares que hay en Chile,
aunque eso está casi listo", dice Rada.
"En mi doctorado
estoy aprendiendo técnicas
aplicadas a un glaciar en Canadá,
y cuando termine, mi sueño es
arrancar a Chile y aplicarlo
a mayor escala en los glaciares
de la Patagonia".
Rada enfatiza que estas masas de hielo
son fundamentales en la regulación
de los recursos hídricos y del clima.
"Los glaciares hacen por ejemplo
que no se sequen los ríos.
Un chorrito de agua
hace una gran diferencia
pues permite la vida
de las plantas y los animales.
Lo mismo pasa con el clima:
para tener los mismos cultivos,
hay que tratar de que el clima
se mantenga tal como siempre.
Y en eso los glaciares son fundamentales".
Por esto, el montañista y glaciólogo
dice que es vital entender su real valor.
"Está claro que Chile
no está en la posición de conservar
todos sus recursos naturales,
porque necesita explotarlos.
Pero hay que estudiar
para saber cuánto vale
para la sociedad preservar
un glaciar y cuánto sacar el cobre
que puede estar debajo.
Hay que conocer bien
ambas parte antes
de tomar una decisión".
Como vive y estudia en Canadá,
Rada conoce muy bien
el valor turístico
que tienen los glaciares,
los que atraen miles de visitantes
a los parques por temporada.
Pero dice que no es necesario
ir a América del Norte
para entender su trascendencia.
"Es cosa de ir
a El Calafate, en Argentina,
ciudad que ha florecido
básicamente en torno
al glaciar Perito Moreno", dice,
y luego cita el caso de Chile,
que también tiene glaciares accesibles,
pero a través de caminos
que muchas veces están obstaculizados
por las empresas mineras e hidroeléctricas
que operan en la montaña.
"Por ejemplo, en el sector
del río Tinguiririca
está el glaciar Universidad,
y existe una ruta vehicular
que conduce a la bocatoma
de una central y que te dejaría
al frente de la masa de hielo.
Pero el acceso está restringido,
pues es un camino privado.
Está bien: la empresa
está haciendo su negocio,
pero da un poco de rabia
que el Gobierno no garantice
que los ciudadanos
puedan disfrutar
de sus maravillas naturales,
y que haya gente que vive
al lado, en Rancagua,
que pueda nacer, vivir y morirse
sin haber visto nunca un glaciar,
siendo que lo tienen ahí
y podrían llegar en auto.
Por eso creo
que los anuncios
por legislar en esta materia
van en el camino correcto".
Las recientes expediciones de Camilo Rada,
en todo caso, no han tenido fines científicos.
La reciente cumbre del volcán Aguilera
se enmarca dentro de un ambicioso proyecto
llamado Uncharted, que inició en 2011
junto a la montañista argentina Natalia Martínez,
y que tiene que ver básicamente
con la necesidad de satisfacer
su gusto por la exploración.
El primer paso de ese proyecto
lo dio en el invierno de 2012,
con una expedición
por la ignota Cordillera de Sarmiento,
una suerte de continuación de Campo de Hielo Sur
ubicada 60 kilómetros al oeste de Puerto Natales.
Y el año pasado sumó el gran hito:
la conquista del esquivo monte Sarmiento,
en la cordillera Darwin,
uno de los últimos sitios
inexplorados del planeta,
y que también está en Chile.
Ahora fue el turno del Aguilera,
y en los próximos años debiera sumar otros.
"En este proyecto queremos
rescatar la historia
y el patrimonio
de la exploración en Chile,
por la influencia que sentimos
de los aventureros del pasado,
chilenos y extranjeros", dice Rada.
"Sin ir más lejos,
hace solo 30 años
hacer este tipo de aventuras
era algo mucho más épico,
por el tema de los accesos,
la falta de información.
Para nuestras expediciones
hemos leído de todo
y además hemos intentado
contactar a toda esta gente,
estableciendo una relación
muy bonita con exploradores
como Jack Miller, Cedomir Marangunic,
Charlie Porter, Ulises Vitale
y Peter Radcliffe, entre muchos otros.
Y con lo que nos han contado,
y las fotos que hemos visto,
nos hemos ido armando
una película en la cabeza
sobre qué zonas se han explorado
y están en esos relatos,
y cuáles aún están vírgenes
y pueden guardar hasta el día de hoy
un montón de secretos".
Pero uno de los problemas, cuenta Rada,
es que muchos de estos antiguos viajeros
siguieron rutas de las cuales
apenas dejaron detalles y nombres.
Peor aún: como varios ya murieron,
la tarea de reconstrucción
de esas aventuras han debido
completarla con familiares
que ni siquiera estuvieron allí.
"En general hemos contactado
a extranjeros, radicados en la Patagonia
o que la visitaron alguna vez,
como Stephen Venables,
David Hillebrandt, Jim Wickwire,
Iñaki San Vicente, Ralf Gantzhorn
o Simmon Yates.
Hasta los años 70
no hubo mucha aparición
del montañismo nacional en la zona,
porque estaban más concentrados
en la Cordillera Central.
Con Uncharted lo que nos interesa
es rescatar el patrimonio histórico,
los nombres de los cerros
y las rutas de las exploraciones antiguas.
El problema es que,
cuando los protagonistas ya fallecieron,
solo queda contactar familiares
y ahí se vuelve muy complicado:
incluso si encuentran fotos
no saben si eso fue
en Patagonia o en Himalaya".
El proceso es largo.
Recién este año,
Camilo Rada publicó un artículo
sobre la Cordillera de Sarmiento
-la expedición que hicieron en 2012-
en la revista American Alpine Journal,
el mayor referente a nivel mundial
en temas de montaña.
"Las investigaciones
que van detrás
de estos artículos toman años.
Sobre la expedición
que hicimos en 2013
en cordillera Darwin,
yo recién estoy logrando
que caballeros de ochenta años
encuentren fotos en su bodega,
las escaneen y las envíen por mail.
Esas fotografías son fundamentales
para reconstruir sus rutas,
pues ni ellos mismos
saben donde estuvieron".
A la falta de exactitud
de los relatos antiguos
también se han sumado
los errores que existen
en los mapas oficiales
de ciertas zonas de Chile,
tal como le sucedió ahora
en su ascenso al volcán Aguilera.
"Como esa zona está cerca
de la indefinición fronteriza
entre Chile y Argentina,
los mapas del Instituto Geográfico Militar (IGM)
no están disponibles.
Solo hay en escala 1:250.000,
lo que para efectos
de subir un cerro es muy general.
En nuestras investigaciones
hemos encontrado muchos errores:
hay lugares que tienen tres nombres
y es difícil saber cuál es el correcto.
Todos esos antecedentes
se los vamos a hacer llegar
al Instituto Geográfico Militar.
Es un trabajo que hacemos con gusto,
y no tenemos ningún problema con ellos".
Justamente, uno de los objetivos
de Rada y Martínez para sus futuras expediciones
es producir mapas detallados que corrijan
todos esos errores, siempre rescatando
los nombres y rutas de las exploraciones antiguas.
"Seguro en el futuro,
con más tecnología,
va a haber mapas mejores,
pero la información patrimonial
va a desaparecer cuando todos
estos viejos pierdan la memoria o mueran.
Y mantener eso es muy importante".
Camilo Rada cree que todo esto, finalmente,
va en pos de un bien mayor,
que es la protección de la Patagonia.
"Muchos de estos lugares
son un poco tierra de nadie.
Aunque pertenezcan
a un privado o al Estado,
no hay nadie ahí, nadie los vigila.
Son sitios muy descuidados y vulnerables,
sobre todo a la hora de que alguien
quiera instalar una industria allí
o explotar sus recursos.
Nadie sabe de estos lugares.
Por eso para nosotros
es súper importante difundir la zona,
sus encantos y el interés que despierta
fuera de Chile.
Creemos que la Patagonia
es tan única que hay
que incentivar el conocerla.
Para que alguien cuide algo
lo tiene que amar,
y para amarlo necesita conocerlo.
Hoy el mundo está sediento de recursos
y hay que sacarlos de algún lado.
Y obviamente van a tratar
de sacarlos de donde nadie cuida,
de los sitios que a nadie le importan".
Chile inexplorado
1. Isla Hoste.
"Al sur del Canal Beagle,
en el archipiélago de Tierra del Fuego,
junto a isla Navarino.
Muy poco explorada
y con cordones montañosos
que aún nadie ha visitado,
con imponente paredes y cumbres rocosas".
2. Isla Santa Inés.
"Al sur del Estrecho de Magallanes,
en su extremo occidental.
Muy poco explorada;
solo unas pocas expediciones
se han adentrado
en lo profundo de sus montañas,
y ninguna en los últimos 50 años".
3. Campo de Hielo Erasmo.
"Un pequeño campo de hielo
al norte de Campo de Hielo Norte,
protegido por bosques, mallines y turberas.
Aún nadie se ha aventurado en su interior".
4. Campo de Hielo Sur.
"Especialmente en su margen occidental
quedan muchas zonas totalmente desconocidas,
decenas de imponentes montañas
inescaladas y valles completos
en los que nadie ha puesto un pie".
5. Cordón Aysén.
"En el interior de Campo de Hielo Norte,
es un cordón completo coronado
por multitud de cumbres vírgenes
y muy desafiantes".
6. Cordillera de Sarmiento.
"La visitamos en 2012,
pero aún cuenta con macizos
completamente inexplorados,
numerosos valles
y audaces cumbres vírgenes".
7. Volcán Mentolat, en Isla Magdalena.
"Frente a Puerto Cisnes,
es uno de los últimos
que al parecer no tiene ascensiones
y es tal vez la cumbre
más prominente
inescalada de los Andes.
Está defendida
por la selva valdiviana
en gloria y majestad".
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