WELCOME TO YOUR BLOG...!!!.YOU ARE N°

Volver a comenzar por Gustavo Santander



Diario El Mercurio, Revista Ya
Martes 13 de noviembre de 2012

Los inicios siempre suelen ser luminosos, como cielos despejados que no pronostican ninguna nube negra.  Así fue mi nuevo comienzo con Antonia: entusiasta, optimista, sin lugar para malos argurios.

Acababa de volver a Santiago y ya figuraba rumbo a su departamento.
Y como el deseo no entiende de plazos y viajes, nos recibimos con la energía que dan las ganas postergadas.  Saludándonos con un vértigo inusual, confundiéndonos en una mezcla de brazos, de manos, cabellos y ojos.  Convirtiéndonos sin querer en un solo ser mitológico, ansioso de sí mismo.

Estaba claro que ambos nos habíamos extrañado bastante, que ese inicio cortado por las circunstancias no nos había dejado más opción que soñar con este nuevo encuentro.

«¿Me echaste de menos?», pregunta Antonia, como si todo este desplante físico no le dejara clara la respuesta. «La verdad, no mucho», le respondo bromeando y por la mueca que hace creo que no le ha hecho ninguna gracia el comentario.

«Obvio, Antonia, cómo crees que no te echaría de menos».  «Hay cosas que, independientemente de que sean obvias, siempre nos gusta escuchar», me dice, y creo que tiene toda la razón.  Nada peor que ser mezquinos expresando lo que sentimos, economizando palabras agradables para el otro.

«Sí, te extrañé muchísimo. No sabes cuántas veces deseé despertar contigo, voltearme en la cama y encontrar tu cuerpo a mi lado».

-Yo también te eché mucho de menos Gustavo.  Bueno, no sólo te eché de menos sino que me enojé mucho pensando en el pésimo timing que tuviste para irte a un viaje tan largo.  ¿Cómo se te ocurre irte después de la noche que pasamos? -me dice, moviendo burlonamente la cabeza de un lado para otro, en señal de desaprobación.

-Ese viaje lo tenía planeado hace más de un mes.  Nunca me imaginé que abusarías de mí la noche previa -le respondo riendo.

-Bueno, espero que nadie me haya hecho competencia por allá y te hayas portado bien.  Pero te advierto que como fuiste tan desubicado y me dejaste esperando, ahora tienes una deuda pendiente conmigo que te cobraré peso a peso -me dice mientras se deja caer sobre mí, besándome lenta y profundamente.

Ella se ríe y me tira una almohada por la cabeza mientras se acomoda a mi lado, pidiéndome que le muestre las fotos que saqué.

-¿Pensaste alguna vez que íbamos a terminar juntos?  No sé qué me pasó la vez pasada, pero a pesar de que te dije que mejor no sigamos, había algo dentro mío que me decía que era un error, que entre nosotros, había mucho más que amistad.

-Las cosas caen por su propio peso, Antonia.  Decirte que sabía que terminaríamos juntos sería una mentira total.  Lo que sí te puedo decir es que era más soportable no tenerte que verte con ese pelmazo que te conseguiste de pololo.

-¡Qué celoso te pusiste esa noche!  Él es un buen tipo y tú fuiste muy roto tratando de dejarlo en ridículo.  ¡Mostraste demasiado la hilacha, Santander!  Él se dio cuenta de todo.  Es tan típico de los hombres pelearse así, como animalitos marcando territorio.

-Fin de la conversación.  No voy a dejar que ese tipo se convierta en tema- le digo riendo.

-¡Qué cabro chico!-grita, acurrucándose a mi lado para comenzar a jugar con mi pelo-.  Cuéntame del viaje mejor, que da lata revivir tus inseguridades -termina el tema con su ironía habitual.

Y así el domingo se va consumiendo como un tronco en llamas, mientras nos vamos poniendo al día en esta vida que, por lo menos por ahora, parece traer sólo buenos momentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS