"Todo se impregna de fervor dieciochero. La ciudad se tiñe de esa insufrible armonía tricolor y, sin hacer mucho esfuerzo, se puede hacer un cálculo estimativo del asado más cercano. El patriota estacionario vive una suerte de asueto alimenticio y se desentiende de su obsesión calórica. Está bien, haga un paréntesis, pero hágalo con estilo..."
1. El cuesco de la aceituna de la empanada suele terminar volando desde la mano hasta algún arbusto cercano. Eso es muy feo. Peor aún comentar: "Es para que te crezca un olivo". Envuélvalo en una servilleta o haga un vasito con la mano y deposítelo en el plato discretamente.
2. Puede partir la empanada con un cuchillo, pero jamás comerla completa con cubiertos. Eso es como bailar cueca con corbata.
3. Cuidado con la empanada "caldúa" o muy jugosa. Protéjase con servilletas y ponga el cuerpo de tal forma que la gota candente no vaya a rodar por su brazo, pues en un acto desesperado puede terminar langüeteando su mano y perder todo el decoro.
4. Procure no dejar un borde indecente masticado en el plato argumentando que es "pura masa".
Diario El Mercurio, Sábado 14 de septiembre de 2013
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