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Bosques patagónicos surgieron hace 66 millones de años

Ancestros de árboles como roble, raulí, lenga y coigüe:


El hallazgo en Magallanes de fósiles de hojas de la familia Nothofagus bajo restos de dinosaurio permite suponer que un puente terrestre unió la Antártica y Sudamérica antes de lo que se creía.  

por Paula Leighton 
Diario El Mercurio, jueves 19 de septiembre de 2013
http://diario.elmercurio.com/2013/09/19/ciencia_y_tecnologia/mas/noticias/4b7136b3-1663-4879-8b80-36e8e552ae88.htm
Los característicos bosques de lenga, coigüe y roble de la región austral tendrían un origen más remoto del que se suponía hasta ahora, remontándose a unos 66 millones de años atrás, en vez de los 50 a 60 millones que se pensaba. En ese entonces, las semillas y pólenes del género Nothofagus habrían entrado a la parte sur de Sudamérica a través de un puente terrestre que conectó esa zona con el continente antártico. A diferencia de lo que hoy conocemos, en esa época la península antártica era una cálida y verde faja de tierra poblada de bosques.
La existencia de un puente terrestre en aquella época se desprende del hallazgo de improntas o impresiones fósiles de hojas de dos tipos distintos de Nothofagus descubiertas bajo restos de dinosaurios en el valle del Río de las Chinas, cerca del Parque Nacional Torres del Paine, en la provincia de Última Esperanza.
La presencia de dichos dinosaurios sobre las improntas de hojas indica que cuando estos se extinguieron, hace 65 millones de años, los valles patagónicos ya contaban con bosques dominados por la familia Nothofagaceae . En Chile este género hoy domina los bosques desde Santiago hasta el Cabo de Hornos, con 10 especies que incluyen coigüe ( Nothofagus dombeyi ), lenga ( N. pumilio ), roble pellín ( N. obliqua ), raulí ( N. alpina ), coigüe de Magallanes ( N. betuloides ) y ñirre ( N. antarctica ).
El descubrimiento fue presentado durante el VII Congreso Latinoamericano de Ciencia Antártica, realizado hace unos días en La Serena, por Marcelo Leppe, jefe del Departamento Científico del Instituto Antártico Chileno (INACh) y coautor del estudio, en el que también participaron investigadores del Laboratorio de Paleobiología de Patagonia y Antártica del INACh, de la Universidad de Heidelberg (Alemania) y del Consejo de Monumentos Nacionales.
"Uno de los conceptos que este hallazgo obliga a cambiar es que los bosques húmedos del sur de Chile, dominados por Nothofagus , básicamente evolucionaron en la Antártica, al parecer hace unos 60 a 80 millones de años, hasta que ambos continentes se conectaron y esas especies pudieron avanzar lentamente a través de él", señala Leppe.
La razones que llevan a pensar que esto ocurrió a través de un puente terrestre, agrega el investigador, es que "las semillas de Nothofagus tienen baja capacidad de dispersión, su viabilidad para germinar es corta en el tiempo y son intolerantes al agua de mar, por lo tanto, no pudieron haberse dispersado a través de un puente marino".
Historia geológica
Los investigadores señalan que los puentes de tierra entre la Patagonia y la península antártica habrían sido "cruciales para el flujo genético de las plantas y animales terrestres", y contribuirían además a la determinación de las condiciones ambientales existentes en el pasado.
"El estudio integral de Nothofagus podría colaborar a reconstruir la intrincada historia geológica de Patagonia y la península antártica", destaca Leppe.
Nothofagus , además, se considera como un género clave para reconstruir la compleja historia de Gondwana, el supercontinente que al separarse dio origen a las grandes masas terrestres del Hemisferio Sur.

 
 Ancestros
En la Antártica también se han hallado improntas de hojas de los antepasados de nuestros actuales notros, avellanos, nalcas, arrayanes, lumas, murtas, canelos y mañíos.

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