RR
A media mañana una inesperada
y breve visita de unos diez minutos:
copos de nieve comenzaron a caer
parsimoniosamente frente a mi ventana.
Durante todo el día
nubes majestuosas y cambiantes
se han ido alternando
para copar de renovada belleza
el paisaje a plenitud.
Como si fuera poco,
hemos visto evolucionar
sobre nuestras cabezas,
hasta cuatro cóndores
y contemplarlos alejarse
a gran altura, a velocidad crucero.
La gallinita ciega
que escuchamos anoche
la encontramos muerta
hoy en la tarde,
tendida sobre el camino
que conduce al monasterio.
En el intertanto,
este ha sido el día
en que se ha registrado
el mayor número
de especies de aves
en lo que va corrido del año: 36.
Nada de mal para corresponder
a una contabilidad citadina.
Águilas, aguiluchos, peucos,
tiuques y cernícalos (además de cóndores).
Plateros, yales, cometocinos, chincoles y chirihues.
Cortarramas, cotorras, tordos, mirlos, loicas y zorzales.
Jilgueros, cachuditos, chercanes, canasteros y tijerales.
Tórtolas, torcazas, queltehues, golondrinas, diucas y diucones.
Dormilonas, tencas, codornices, la viudita, el carpinterito,
además de la gallinita ciega difunta y un par más
que por el momento se me escapa…
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