El golpe de efecto en la ciudad de Viña del Mar es en verdad sorprendente: en un cartel la alcaldesa y candidata Virginia Reginato, y a su lado y sonriente, Eugenia Garrido, concejal y de nuevo candidata.
La alcaldesa podría ser la hermana menor y divertida de Sofía Loren y el trabajo digital sobre el rostro de doña Quena es equivalente al que realizó el Museo Británico sobre la máscara de Nefertiti, la reina del Nilo.
Un prodigio de Photoshop, filtros y pinceles correctores.
Entre los asesores de los candidatos a las elecciones municipales 2012, escasean los sicólogos, sociólogos, abogados y periodistas, pero abundan expertos en retoque de imágenes, mediante sobreexposición, trucaje multicolor, inserción cromática y ese maquillaje que barre lunares, manchas, arrugas y acné.
Un trabajo de efectos visuales no se limita al físico, también incursiona en los territorios del carácter, voluntad y vida interior, para acentuar tres conceptos básicos: lozanía, serenidad y decisión trabajadora.
Léase: energía, sabiduría y acción.
Obviamente que no siempre se logra y en la mayoría de los casos lo que se hace es lo que se puede.
Otros ejemplos al azar de los logros o fracasos digitales son los siguientes:
Gonzalo Duarte, candidato a alcalde en La Florida, en la vida real es un rostro maya y mitológico salido del Popol Vuh. En los carteles un ser humano.
Cristián Labbé fue corcheteado, succionado y fajado digitalmente y está más cerca de la existencia virtual que de la real. Si lo pintan de azul, sería un Avatar.
En el rostro de la ex ministra María Soledad Barría, candidata en Puente Alto, se distingue el trabajo de varios programas: Eye Candy, filtros Andrómeda, Lifting Sky, Gimp, Matte Painting y Magic Glamour, entre otros. El desafío es titánico.
Hernán Pinto y Jorge Castro, candidatos por Valparaíso, comparten el tratamiento digital. En ambos casos la misión es resaltar la belleza del rostro humano en general, pero no en particular. Sería imposible.
Josefa Erráruriz, candidata a alcaldesa por Providencia, se sostiene con rasgos múltiples: sonrisa de Lao-Tsé, peinado casco Marie Curie, frente de Mao y cráneo de Andy Warhol.
El fuerte de Pedro Sabat es la imagen de la terrible clase media, porque el hombre tuvo camiones y siempre los tendrá, si sigue donde está. Transportista en La Pintana. Camionero en Ñuñoa. Pioneta en Las Condes.
Pablo Zalaquett demuestra que debajo de esa máscara hay un héroe del comic: el Avispón Verde.
Emilio Armstrong, en Concepción, también acudió al comic, aunque sólo le dio para ser Robin. La mala idea subraya lo que sabemos: Batman era Jacqueline van Rysselberghe.
Carolina Tohá, en sus imágenes, lo tiene claro y la interrogante no es lo que fue de joven, la duda es lo que viene de ahora en adelante y qué tan fregada y cascarrabias será en el futuro, es decir, de vieja.
En Joaquín Lavín León, candidato por Maipú, la idea visual central es que de tal padre tal hijo y de tal palo tal astilla, y la conclusión es clara como el agua: está sonado.
Sergio Puyol, alcalde de Macul desde 1992, va a la reelección y quién le habrá retocado la foto ¿Dorian Gray?
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