WELCOME TO YOUR BLOG...!!!.YOU ARE N°

La muerte del príncipe

Pedro Gandolfo 



Pedro-Gandolfo.jpg
Uno de los momentos más altos en la escritura del siglo XX se encuentra a disposición de cualquier lector en la séptima parte de "El gatopardo", la célebre novela de Giuseppe Tomasi de Lampedusa, capítulo por el cual el autor, en varias oportunidades, manifestó particular predilección. Les cuento los hechos: el príncipe Fabrizio de Salina regresa a Palermo desde Nápoles, adonde concurrió para consultar a un médico. Las noticias son malas. Sin embargo, contra toda razón, insiste en emprender un extenuante viaje de regreso a Sicilia por tierra. Llega moribundo. La descripción del desmayo a la bajada del tren es magnífica. Don Fabrizio, confundido, pide que lo trasladen a su palacio en Palermo, palacio que hace años se halla desocupado y sin mobiliario. Lo llevan a un miserable albergue a pocas cuadras, el Hotel Trinacria, y después de las típicas atenciones pide ser dejado solo frente a un ventanal abierto que da a una calle cualquiera. Está muriendo y lo sabe. Inicia un profundo soliloquio que Lampedusa "transmite" de manera admirable. Se desmaya otra vez, y cuando vuelve en sí, a medias, se halla tendido en la cama y un corro de rostros que apenas reconoce lo rodea. Acepta el Santo Viático, pero no sabe qué decirle al cura. En medio del grupo ve acercarse a una joven hermosa, largamente esperada, a quien identifica de inmediato: es la muerte.
Tiendo a pensar a menudo que tras de la preocupación por los cambios sociales y políticos -tantas veces citada y mal interpretada- corre en este libro una poderosa corriente de meditación de la muerte. Aunque exteriormente piadosa, la muerte del príncipe no convence como íntimamente cristiana. No cabe duda de que Don Fabrizio era un hombre pío, y su hogar parecía un baluarte de la catolicidad en la isla. Sin embargo, su sentido de la trascendencia no se encarna en una divinidad personal ni en la creencia en una prolongación transfigurada de la vida presente. En Lampedusa la muerte posee algo de terriblemente definitivo. El personaje la considera como el final de un proceso doloroso, portador de paz, alivio y silencio: asimila la vida -muy a la griega- a un fluido vital que escapa incesantemente de él, a una fuga existencial, a un recipiente que se vacía cada vez más velozmente, cada vez con mayor ruido y fragor, como los granitos cayendo por el reloj de arena. Todo ello lo percibía el príncipe "junto con la vaga certidumbre de que en otra parte se iba edificando una individualidad (gracias a Dios) menos consciente pero más amplia: aquellos granitos de arena no se perdían, lo abandonaban, sí, pero en otra parte se iban acumulando para cimentar una mole más duradera".

1 comentario:

  1. «Gatopardismo» y política

    El personaje de Tancredi declara a su tío Fabrizio la conocida frase: "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie" ("Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi"). Esta frase simboliza la capacidad de los sicilianos para adaptarse a lo largo de la historia a los distintos gobernantes de la isla, pero también la intención de la aristocracia de aceptar la revolución para poder perpetuar su influencia y poder. El "gatopardismo" o lo "lampedusiano" es en ciencias políticas el "cambiar todo para que nada cambie", paradoja expuesta en la novela "El gatopardo", del escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957). La cita original expresa la siguiente contradicción aparente:
    "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". "¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado". "…una de esas batallas que se libran para que todo siga como está".
    Desde entonces, en ciencias políticas se suele llamar "gatopardista" o "lampedusiano" al político, reformista o revolucionario, que altera una parte accesoria o superficial de las estructuras de poder pero conserva intencionadamente el elemento esencial de estas estructuras. Del mismo modo se define a la actitud política de introducir cambios aparentemente revolucionarios pero que en la realidad mantienen el antiguo estado de cosas: mantener todo sin que nada cambie realmente.
    En otra frase, el protagonista expresa su insatisfacción por los cambios sociales ocurrido en Sicilia comparando el destino de la aristocracia nativa con el de los campesinos, totalmente distinto al de la nueva burguesía: "Nosotros somos leopardos y leones, quienes tomarán nuestro lugar serán hienas y chacales. Pero los leones, leopardos y ovejas seguiremos considerándonos como la sal de la tierra."
    [editar]El gatopardo en el cine

    Artículo principal: El gatopardo (película).
    Esta novela de Lampedusa fue llevada al cine con el mismo nombre por el director italiano Luchino Visconti en 1963. La adaptación, de casi tres horas de duración, contó con un reparto encabezado por Claudia Cardinale, Burt Lancaster y Alain Delon. La película fue muy bien acogida por el público y la crítica.

    ResponderEliminar

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS