Las aves están volviendo a colonizar Santiago

Se ven con facilidad en la ciudad y en sus alrededores:


Acostumbradas al ruido del tráfico, utilizan los edificios como acantilados y aprovechan los parques para anidar.  

AMALIA TORRES 

por Amalia Torres

Diario El Mercurio, viernes 19 de octubre de 2012

http://diario.elmercurio.com/2012/10/19/ciencia_y_tecnologia/ciencia_y_tecnologia/noticias/E69F8A70-3577-45A3-859B-F1E30FAC9FE0.htm?id={E69F8A70-3577-45A3-859B-F1E30FAC9FE0}

Un halcón peregrino persigue a una tórtola en el cielo de Providencia. Peucos nidifican en el cerro San Cristóbal. Una decena de mirlos buscan refugio en Eliodoro Yáñez.

Un ojo inexperto puede pasar por alto la diversidad de aves que viven en la capital, pero quienes están pendientes de los cantos de los pájaros dicen que Santiago es un gran lugar para avistarlos.

"A la persona que le gustan las aves, en Santiago se entretiene muchísimo, tanto en los parques urbanos como en los alrededores. De hecho, hoy hay más diversidad de aves de la que había en la década del setenta", dice Eduardo Pavez, vicepresidente de la Unión de Ornitólogos de Chile (www.aveschile.cl ).

La fauna silvestre se ha acostumbrado a las zonas urbanas. "No es raro. En Europa ves cigüeñas anidando en las chimeneas de las casas. Acá, como la ciudad ha transformado la fisonomía del valle, hay una gran oferta de acantilados artificiales, que son los edificios. Así, los halcones peregrinos, por ejemplo, los usan para capturar a sus presas. Además, en la ciudad encuentran una mayor oferta de tórtolas y palomas".

Hoy, asegura, hay una gran diversidad de aves nativas que antes era raro encontrar. "Al parecer, con la expansión a áreas más rurales y pie de monte, las aves han ido colonizando la ciudad. Además, ellas se acostumbran con facilidad al ruido".

Zona endémica

"Son 18 o 20 aves fáciles de avistar en Santiago; basta estar sentado en el jardín o en un parque", dice Pedro Pablo Rosso, ex rector de la UC y aficionado a las aves. "Saber reconocerlas es muy sencillo, basta con mirar alguna guía y la sensación es como aprender a leer: uno empieza a descifrar lo que está a su alrededor".

En Farellones pueden encontrarse la perdiz, la tenca, la turca, el tapaculo, el churrín, el canastero, todos endémicos y "trofeos" para los avistadores de aves extranjeros.

"Batuco y Lampa son zonas de aves migratorias. Ahora, por ejemplo, puede verse la gaviota de Franklin, a veces la becasina e incluso llegan flamencos al humedal de Lampa", explica Claudio Seguel, quien trabaja llevando a grupo de extranjeros a observar aves a través de Terracota Excursiones.

En la ciudad no es raro ver chincoles, tordos, mirlos, loicas, tencas, diucas, jilgueros, cometocinos y tijerales.

Los mejores lugares para avistar estas especies son el Parque Metropolitano, el Bicentenario y, en general, en todas las áreas verdes. "El queltehue, por ejemplo, puede verse en cualquier lugar con pasto corto. Y el cordón del San Cristóbal hasta el Manquehue es muy rico en pájaros", explica el ornitólogo Eduardo Pavez.

Según agrega Rosso, "es típico ver parejas de águilas sobrevolando la zona que va desde la Rotonda Pérez Zujovic hasta el Manquehue".

Además, la primavera es un buen momento para avistar aves: "Como están en el período reproductivo, son más activas, se muestran más y los machos andan celosos de sus territorios, exhibiendo sus colores y voces", señala Pavez.

 Para avistar

Evite vestir colores estridentes y prefiera los verdes y cafés.

No se acerque a los nidos. Las aves son muy sensibles y pueden abandonar a los polluelos por culpa de un observador imprudente.

En Huerto Hada Verde se dictará el curso "Conociendo las

aves de tu ciudad". Comienza en noviembre.