por Marcos Lima
Diario El Mercurio, Economía y Negocios, domingo 7 de octubre de 2012
http://diario.elmercurio.com/2012/10/07/economia_y_negocios/clase_ejecutiva/noticias/35EC210A-62EB-47FF-A4B3-0A1B39A9E4DB.htm?id={35EC210A-62EB-47FF-A4B3-0A1B39A9E4DB}
De acuerdo con Carlos Peña, columnista de este diario, a la mayoría de los chilenos creyentes "lo dejará más o menos frío la última carta pastoral de los obispos". Si ello es correcto, que grave error cometeríamos, y especialmente los empresarios, al no reflexionar sobre los temas que se abordan y que tienen que ver con el tipo de sociedad que estamos construyendo.
Sus planteamientos no son "quejas medievales respecto del lucro" ni tampoco un enfoque incompleto elaborado por quiénes no saben de economía, y menos sólo una crítica al desarrollo centrado en el mercado. Una vez más, la Iglesia Católica interpela a la sociedad chilena sobre su futuro, en "un momento muy privilegiado de nuestra historia. Estamos refundando el país y esto es muy apasionante. De aquí a diez o quince años, es posible que hayamos dado un salto cualitativo que nos permita estar entre los países desarrollados".
Aun cuando la palabra empresa sólo es utilizada una vez, el rol que ésta puede jugar en la evolución de la sociedad hacia estadios más humanos es muy relevante. No debemos olvidar el mensaje de Juan Pablo II en Centesimus Annus, cuando indica que la finalidad de la empresa, no es simplemente la producción de beneficios, sino más bien constituirse como una comunidad de hombres que, de diversas maneras, buscan la satisfacción de sus necesidades fundamentales y forman un grupo particular al servicio de la sociedad entera.
Es interesante la coincidencia de enfoques entre el profesor Michael Porter, gran gurú de la estrategia, quien ha venido planteando un nuevo concepto -el de valor compartido- que viene a dar un nuevo giro al funcionamiento de la empresa, y la mirada de la doctrina social de la Iglesia Católica reflejada en la carta pastoral.
En efecto, se entiende por valor compartido aquellas políticas y prácticas corporativas que refuerzan la competitividad de una empresa mientras simultáneamente se avanza en las condiciones sociales y económicas en las comunidades en que opera. Se trata entonces de crear valor económico creando valor para la sociedad. En otras palabras, utilidades que envuelven valor compartido permiten a la sociedad avanzar más rápidamente y a las compañías crecer más rápido.
Un ex secretario de Estado del Presidente Kennedy dijo hace muchos años: "Lo que es bueno para la General Motors, es bueno para los Estados Unidos". Llegó la hora de cambiar el orden de los factores y decir "lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para General Motors".
Pensemos desde las empresas qué cosas de las que hacemos son o pueden ser convenientes para Chile. Así descubriremos, al mismo tiempo, lo que es bueno para los negocios y seguiremos a nuestro gurú y a nuestros obispos.
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