Ayer, cuando iba camino a almorzar
pasé junto a una señora,
como de unos 75 años,
sentada en una banca del parque
que lloraba desconsoladamente.
Me acerqué y le pregunté qué le pasaba.
Entre lágrimas y gemidos me contestó:
"En casa tengo un marido de 25 años
que me hace el amor todas las mañanas.
Se levanta, me prepara desayuno
y me lo lleva a la cama, acompañado
de flores: fruta fresca, muffins,
café molido en grano y pan integral.
Un poco sorprendido, le dije:
"Bueno, ¿y entonces por qué está llorando?"
Entonces entre sollozos continuó:
"Al almuerzo me prepara
una exquisita sopa casera
y mi flan preferido.
Después, me hace el amor a media tarde".
Ya verdaderamente extrañado, insisto:
"Eso está muy bien, pero ¿por qué está llorando?"
Pero ella, sin parar de llorar continuó:
"Y para la cena me hace comidas gourmet,
con vinos premium y mi postre favorito.
Y cuando terminamos de comer,
me hace el amor hasta que nos
quedamos ambos abrazados
profundamente dormidos y felices.
¡Todas las noches!"
"Pero ¿qué tiene eso de malo, señora,
por qué la hace llorar eso?"
Y la señora, en llanto incontenible, me dice:
"¡¡NO ME ACUERDO DÓNDE VIVO!!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS