Diario El Mercurio Lunes 08 de Octubre de 2012
Salvo cuando vienen visitas, en mi casa no se usa el lavavajillas; con razón, mi mujer dice que es más barato usar las manos.
Salvo cuando vienen visitas, en mi casa no se usa el lavavajillas; con razón, mi mujer dice que es más barato usar las manos.
Así, después del desayuno, lavo taza y platos a mano. Mi mujer me reprendió hace un tiempo porque ella debía repasar los platos y las tazas lavados por mí. ¡Lavar los platos es cosa compleja, a lo menos, interdisciplinaria!
Me fijé en la relación tiempo, jaboncillo, temperatura del agua y desaparición de mugres y ahora lavo de lo más bien.
La mayoría de los problemas de la vida son interdisciplinarios: tienen aspectos de química y física, de ingeniería y sicología.
¿Habrá algo más complejo que tirar la cadena en un W.C. en Tokio? Los japoneses han respondido a ese irrefrenable deseo con toda la artillería técnica. Uno puede elegir si quiere aire caliente, agua fría, masajes suaves, secado caliente en vaivén o fijo, chorrito de agua con puntería... No hay papel higiénico a la vista. ¡Cuántos especialistas habrán trabajado para producir un W.C. japonés contemporáneo! ¡Cuantos ensayos de laboratorio, discusiones entre técnicos, biotecnólogos, sicólogos!
Todo esto porque he leído en el sitio de SciDev la más sorprendente de las historias de innovación interdisciplinaria de las que tenga memoria.
Los hermanos Jason y David Drew publicaron en Londres, la semana pasada, el libro "La historia de la mosca y cómo puede salvar al mundo". Atacan con moscas el problema de alimentar ganado o peces, liberando espacio agrícola e intentando desplazar la harina de pescado.
Los hermanos Dew tardaron cinco años en montar la empresa AgriProtein en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. En una caja de unos 100 metros cúbicos (menos que un bus del Transantiago), mantienen un millón de moscas comunes. Cada una produce unos mil huevos. De cada huevo brota una larva, un gusanito que se convertirá en mosca si no ocurre algo fatal. Ocurre. A los 17 días de la postura, los hermanos Dew cosechan las larvas, las secan, las convierten en escamas y las venden como alimento. Sólo en agosto AgriProtein produjo 100 toneladas de larvas húmedas que se convirtieron en 24,5 toneladas de alimento para animales.
¿Qué comen las moscas? Los riles de la producción de cerveza o de los desechos de un matadero. Así es que esto puede ser una solución a la polución.
Imagino a un entomólogo sentado a la misma mesa con un ingeniero civil, con un biotecnólogo, con un químico, con un ecologista, con una persona de marketing, desarrollando esta soberbia y compleja innovación ¡y llevándola a la práctica! Esa es la conversa más frecuente en la mayoría de los temas hoy: lenguajes cruzados, interdisciplina.
Personeros de la FAO han celebrado el proceso de AgriProtein, que requiere poco capital y puede beneficiar a países pobres. Lo difícil es mantener las condiciones sanitarias, monitorear la calidad del producto, maximizar la generación de larvas y evitar que las moscas se escapen.
Las necesidades se complejizan, se necesita, cada vez con más fuerza, personajes no sabelotodo, abiertos a la interdisciplina. Para solucionar mejor incluso las necesidades de la vida cotidiana, incluso cómo lavar los platos o ir al W.C. O poder conversar en otro lenguaje que no sea el de uno, como yo, a veces, con mi mujer.
Comment:
Nicanor Parra dixit:
El verdadero problemas de la filosofía
es quién lava los platos nada del otro mundo Dios la verdad el transcurso del tiempo claro que sí pero primero quién lava los platos
el que quiera lavarlos que los lave
chao pescao y tan enemigos como antes
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Hay otro poeta chileno menos conocido
que tiene un poema precioso al respecto, que cito aproximadamente y de memoria:
Miren como lavo los platos,
con qué delicadeza, con qué unción. Como si fueran los de la Última Cena. Cantando lavo los platos. |
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