Las "lucas" por R. Rigoter

Diario El Mercurio,  Día a Día, Domingo 14 de Octubre de 2012

Confieso que tengo una "tranca". Fui criado con una educación rara, que consideraba de mal gusto hablar de dinero, tanto en el hogar como en las reuniones sociales. No recuerdo haber oído discusiones sobre cuánto ganaban las personas o costaban las cosas. Seguramente le debo a esta "tranca" mi poca habilidad para acumular dinero, y temo haber traspasado este defecto a mis hijos.

Lamentablemente, no me he podido liberar de ella. Me disgusta cuando en una comida, sobre todo los jóvenes, comparan sin pudor alguno cuánto ganan, cuánto fue el bono que recibieron, cuánto les costó el auto nuevo o la casa, o cuánto gastaron en las vacaciones, en una competencia de quién tiene más poder adquisitivo o es mejor remunerado, o cuál logró comprar más barato. Prefiero en este aspecto la discreción, aun cuando se me contraargumenta, con toda razón, que se trata de un intercambio de información necesaria en una economía de mercado, ya que estar al día en los precios es importante.

Reconozco, además, que el desagrado es mayor cuando al dinero se le da el apelativo de "palos", ya sea de los verdes o los incoloros, y especialmente cuando se lo nombra como "lucas". Tal pareciera que el dinero adquiere caracteres insolentes con esos apelativos, y al oírlos casi siento el chasquido de una cachetada asestada con un fajo de billetes. Prefiero más bien la modesta expresión "piticlines", que, no sé por qué, suena más amable.

http://blogs.elmercurio.com/editorial/dia-a-dia/las-lucas.asp