El origen de la vida
http://blogs.elmercurio.com/revistasabado/2012/10/06/el-origen-de-la-vida.asp
Hay temas que a los chilenos nos quedan como poncho: el origen de la vida, por ejemplo.
por Liberty Valance
Diario El Mercurio, Sábado 06 de Octubre de 2012
Diario El Mercurio, Sábado 06 de Octubre de 2012
http://blogs.elmercurio.com/revistasabado/2012/10/06/el-origen-de-la-vida.asp
Hay temas que a los chilenos nos quedan como poncho: el origen de la vida, por ejemplo.
Nos enredamos y no encontramos la salida. Nos damos vuelta como ramita en la acequia y se nos caldea la sesera, porque son asuntos que se nos van en franca collera, como diría un huaso sincero y honrado, porque es evidente que los chilenos evolucionamos, pero hay que terminar la frase: hasta por ahí no más.
Como hay temas que nos superan con largueza, la salvación es acudir a lo que tenemos a mano, por ese afán de ser dueño de la razón, pero además llevársela para la cama, despertar con ella, darle desayuno y decir todos los días cuánta razón tengo.
Es que los chilenos somos lateros; y para probar lo latero que somos, podemos buscar en Google o en libros de citas, en Wikipedia o en frases de famosos.
El loco afán por tener razón y probarlo. El colmo de un latero y luego devanarse la mollera para dar con alguna frase apropiada en viejas selecciones del Reader´s Digest, empastadas desde hace años. Escarbar en internet para ver qué dijo Cicerón de la vida entera o bien Epicuro sobre el origen de las cosas. Copiar un poquito los pensamientos de Aristóteles, reproducir el sentir de Séneca, hacer eco y gárgaras con Santo Tomás de Aquino, repetir a Platón y lucir decenas de ejemplos trillados y repetidos.
En algún momento saldrá el teorema de los infinitos monos.
Miles de monos dándoles a miles de teclas por millones de años y hasta que por mero azar, alguna vez, tendrá que aparecer una obra de Shakespeare.
De un universo inerte a uno con vida, porque está todo el tiempo y el azar del mundo. Así nació la vida, sin creador alguno. Y ya que estamos: ¿Cuánto demoraría en aparecer, mediante ese procedimiento azaroso, una novela chilena actual? En ese caso y a ojo de buen lector y mal cubero, bastarían 20 monos y unos cinco años.
¿Y una poesía como Dios manda (es un decir)? Tres monos y año y medio.
¿Una película buena? Dos monos y seis meses.
Para probar lo opuesto, salió lo del Boeing 747, que es típico en estas discusiones. Este ejemplo lo inventó sir Frederick Hoyle, científico inglés, para desmontar el teorema de los monos, entre otras cosas. Pasa un huracán sobre la materia inanimada, digamos un basurero de chatarra, y el fuerte viento va sacando justo las piezas que se necesitan para que aparezca un Boeing 747. Imposible ¿no cierto?
El origen de la vida, al comienzo de los comienzos, necesita un creador y un diseño inteligente. Es obvio. Hasta la ciencia lo pide.
Este ejemplo del Boeing 747, con todo el azar y el tiempo del mundo ¿se le podría haber ocurrido a un chileno? Jamás de los jamases. Jamás.
Si la humanidad le lleva la complejidad de un Boeing 747 y es parte de un diseño tan inteligente, en ese caso, permítame la siguiente interrogante: ¿Qué parte del avión sería Chile? La llanta de un neumático. Lo más simple de lo simple. Caucho negro.
En un tema como el origen de la vida, no hay más que una alternativa, pero el problema es que hay que elegir.
a. Creo en Dios.
b. No creo en Dios.
c. No sé si creo en Dios.
d. No creo que crea en Dios.
e. Creo que creo en Dios.
Y vivir con el peso de la creencia, porque somos los que somos: organismos vivos muy primitivos.
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