El aburrimiento

Diario El Mercurio, Día a Día, Miércoles 17 de Octubre de 2012

por Rodericus

Estar aburrido es una experiencia en la que el tiempo transcurre con la parsimonia de un reloj de arena y con la paciencia de un gran partido de ajedrez.

Aburrirse es no saber en ciertos momentos qué hacer consigo mismo y, por otra parte, es cuando el tiempo se adueña de uno sin que la persona sepa hacia dónde dirigirlo. Únicamente el ser humano puede "cansarse" existencialmente de algo y, en ese sentido, es muy vulnerable al hastío. A cada rato estamos expuestos a caer en el tedio. De hecho, hasta la "diversión" puede provocarnos fastidio, quizás porque el desgano no es más que la conciencia de la insuficiencia que hay en todas las cosas y en todas las experiencias que nunca "completan" al hombre en totalidad. Sólo Dios puede no agobiarnos nunca.

Aburrirse, en todo caso, no es necesariamente algo negativo. Bien cabe una mirada positiva a este pequeño desánimo y falta de interés transitorios. Lo "latoso" es el primer peldaño para darse cuenta de que urge un cierto cambio en la propia rutina. En este sentido, pienso que un buen aprendizaje en la vida de un hombre consiste en darse cuenta cuándo debe modificar a tiempo aquello que no quiere que le fatigue a destiempo.

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