La mujer que revolucionó la aviación, desaparecida misteriosamente en 1937, es recordada por Google.
MOUNTAIN VIEW, Estados Unidos.- Nacida el 24 de julio de 1897, Amelia Earhart supo ganarse un lugar importante en los medios y en el corazón de la población norteamericana gracias a sus hazañas y proezas a bordo de diferentes aviones y aeroplanos. En un nuevo aniversario de su nacimiento, Google la recuerda con un simpático e ingenioso doodle que puede verse en todo el mundo.
Durante la década del 20 se graduó como piloto, y en 1927 ingresó a la Asociación Aeronáutica Nacional, en la sede que la institución tenía en Boston, la ciudad en la que ella vivía con su madre tras un sinfín de mudanzas por diversos puntos del país.
Además de sus habilidades para pilotear, Amelia se destacó por intentar promover la actividad y fomentar la inclusión de mujeres en la aviación. Su nombre comenzaba a ganar fuerza en los periódicos, y los ciudadanos empezaban a mostrarle un afecto especial.
Entre sus hazañas se destaca el haber sido la primera mujer en cruzar el Océano Atlántico, en una travesía que se suponía uniría Estados Unidos con Irlanda. Finalmente, aterrizaron de emergencia en Gales, pero lograron el cometido principal de la misión.
Después de esto, Earhart redobló la apuesta y se dispuso a dar la vuelta al mundo a través de la línea ecuatorial. La primera etapa unió California con Hawai, pero el avión se descompuso y tuvo que ser llevado de nuevo a la ciudad de origen para su reparación. En un segundo intento, la nave, llamada “Electra”, unió Los Ángeles, Florida, San Juan de Puerto Rico, y desde allí se lanzó hacia África, rozando parte de América del Sur.
Habiendo cruzado nuevamente el Océano, se dispuso a continuar con la travesía, y partió rumbo Pakistán. Luego pasó por Calcuta, Rangoon, Bangkok y Bandoeng, en Singapur. En este tramo Amelia enfermó de disentería, pero no claudicó y se dispuso a completar su objetivo volando hacia Darwin, en Australia.
Tuvo que hacer una parada en Lae, Nueva Guinea, donde medios de prensa la esperaban para obtener sus declaraciones. Las fotos de las crónicas la muestran enferma y agotada, pero en sus dichos seguía con las mismas ganas con las que había partido.
En vuelo para hacer el último tramo, el avión Electra estuvo en comunicación con el guardacostas estadounidense Itasca. A las 7:20 GMT del 2 de julio de 1937, la nave reportó su posición a 20 millas al suroeste de las Islas Nukumanu. A las 8:00, hizo su último contacto en donde la central les comunicó que su ubicación era en la Isla Howland a 12.000 pies de altura.
Tras unos intentos fallidos de comunicación, a las 21:30 de ese mismo día se los dio como perdidos, y comenzaron las búsquedas. El gobierno estadounidense invirtió más de cuatro millones de dólares en nuevo barcos y 66 aviones que vigilaron la zona en busca de los cuerpos de Amelie y sus acompañantes, pero todo fue en vano.
Durante la década del 20 se graduó como piloto, y en 1927 ingresó a la Asociación Aeronáutica Nacional, en la sede que la institución tenía en Boston, la ciudad en la que ella vivía con su madre tras un sinfín de mudanzas por diversos puntos del país.
Además de sus habilidades para pilotear, Amelia se destacó por intentar promover la actividad y fomentar la inclusión de mujeres en la aviación. Su nombre comenzaba a ganar fuerza en los periódicos, y los ciudadanos empezaban a mostrarle un afecto especial.
Entre sus hazañas se destaca el haber sido la primera mujer en cruzar el Océano Atlántico, en una travesía que se suponía uniría Estados Unidos con Irlanda. Finalmente, aterrizaron de emergencia en Gales, pero lograron el cometido principal de la misión.
Después de esto, Earhart redobló la apuesta y se dispuso a dar la vuelta al mundo a través de la línea ecuatorial. La primera etapa unió California con Hawai, pero el avión se descompuso y tuvo que ser llevado de nuevo a la ciudad de origen para su reparación. En un segundo intento, la nave, llamada “Electra”, unió Los Ángeles, Florida, San Juan de Puerto Rico, y desde allí se lanzó hacia África, rozando parte de América del Sur.
Habiendo cruzado nuevamente el Océano, se dispuso a continuar con la travesía, y partió rumbo Pakistán. Luego pasó por Calcuta, Rangoon, Bangkok y Bandoeng, en Singapur. En este tramo Amelia enfermó de disentería, pero no claudicó y se dispuso a completar su objetivo volando hacia Darwin, en Australia.
Tuvo que hacer una parada en Lae, Nueva Guinea, donde medios de prensa la esperaban para obtener sus declaraciones. Las fotos de las crónicas la muestran enferma y agotada, pero en sus dichos seguía con las mismas ganas con las que había partido.
En vuelo para hacer el último tramo, el avión Electra estuvo en comunicación con el guardacostas estadounidense Itasca. A las 7:20 GMT del 2 de julio de 1937, la nave reportó su posición a 20 millas al suroeste de las Islas Nukumanu. A las 8:00, hizo su último contacto en donde la central les comunicó que su ubicación era en la Isla Howland a 12.000 pies de altura.
Tras unos intentos fallidos de comunicación, a las 21:30 de ese mismo día se los dio como perdidos, y comenzaron las búsquedas. El gobierno estadounidense invirtió más de cuatro millones de dólares en nuevo barcos y 66 aviones que vigilaron la zona en busca de los cuerpos de Amelie y sus acompañantes, pero todo fue en vano.
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