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El orden encapuchado



por Antonio Martínez 
Diario El Mercurio, Wikén, viernes 27 de julio de 2012


En la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman 
aparece la sociedad cotidiana y el mundo actual, 
donde la gitana que los interpreta es el director inglés 
y su carpa es la gran industria de Hollywood.

El sentido del caos y lo que se puede denominar 
una estética de la anarquía, es algo natural en el cine de Nolan. 

Presente en la mente de un hombre, 
en "Memento" (2000), 
donde la memoria no sirve. 
O en el universo onírico y compartido 
de "El Origen" (2010), 
donde los sueños son trampa y calvario.

En Gótica existe un desorden civil e ideológico, 
con una sociedad que en su desesperación 
puede creer en ídolos falsos, 
ideas extrañas y héroes monstruosos. 

Cada sociedad tiene lo que merece, 
algo medular en "El Caballero de la Noche" (2008), 
mucho más abstracta y sincera en su terrible confusión.

Ahora el villano invitado es Bean (Tom Hardy), 
músculos de titán, voz profunda y un enmascarado
con presencia, cuyo plan de acción es 
revolucionario, en su fase básica y clásica. 

Toma y liberación de la cárcel y de sus presidarios; 
persecución y castigo de nobles, poderosos y ricos; 
creación de tribunales populares y todo eso, 
al menos en la historia francesa, ya tuvo nombre: el Terror.

Gótica debe salir del caos y sus alternativas: 
dictadura, crisis económica, terrorismo 
o Apocalipsis ahora, según los mandatos 
de un ejército del Mal, que nace en una fosa 
perdida en el Oriente, de donde brotan fanáticos y suicidas.

La película está poblada de discursos. 

Alfred (Michael Caine), el mayordomo, el primero. 
Desde luego Batman (Christian Bale). 
También Selina Kyle (Anne Hathaway), ladrona y guerrillera. 
El malo de Bane. El comisario Gordon. El policía Blake. 
La empresaria y emprendedora Miranda. 
El fantasma de Ra's Al Ghul. 
Y hasta un médico encarcelado.

Los momentos de inspiración discursiva 
giran en torno a la orfandad personal 
y la responsabilidad social. 

En cada parrafada, 
surgen motivos familiares, 
sentimentales, políticos y filosóficos, 
donde la necesidad de la sociedad 
tiene nombre único: Batman.

Bajo el aparente caos social, 
tan exitoso en la película anterior, 
lo que prevalece es la continuidad industrial. 

La anarquía es un pretexto, 
porque lo básico es el ensamble 
+y el ajuste de piezas, 
el piloto automático, 
la construcción de sagas familiares 
y golpes de efecto en el guión 
-con enroque de personajes- 
para que el final se convierta en prólogo.

Christopher Nolan es un genio del cine de entretención 
y eso coincide con el deseo más genuino de la industria: 
la sociedad necesita superhéroes y Hollywood series 
y blockbusters, porque esas marcas les aseguran el futuro.

Para forjar fieles y cautivar audiencias, 
es esencial que un gringo desarrollado de Boston, 
un pelado subdesarrollado de Santiago de Chile 
y un pobre pescador de las costas de Croacia, 
se sientan iguales, se disfracen y aplaudan: 
son ciudadanos de Gótica que aspiran al mismo héroe.

No hay que ser tan global.

"Batman: El caballero de la noche asciende"
"The Dark Knight Rises". Estados Unidos, 2012. 
Director: Christopher Nolan. 
Con: Christian Bale, Tom Hardy, Anne Hathaway. 
163 min. Mayores de 7.

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