La vida necesita intercambiar
a cada rato movimiento y quietud,
sin dejar que ninguno de ellos
abandone completamente
su condición de frágil temporalidad.
Una pausa en el camino.
Un descanso transitorio.
Un intervalo grato.
Un paréntesis bienvenido.
Una tregua esperada.
Un espacio para la lectura reposada
para aquellos privilegiados
que pueden disfrutar de un poco
de relajo bajo el tibio sol invernal.
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*: Un saqueo a una reciente columna mercurial de Rodericus.
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