WELCOME TO YOUR BLOG...!!!.YOU ARE N°

El amor se descompone más rápido que un bistec al sol...‏



Equilibrio Espiritual (por Freddy Turbina)
por Gustavo SantanderDiario El Mercurio, Martes 24 de Julio de 2012

santander-copia.jpg
Sumido en la flojera más intensa y sin ganas de hacer absolutamente nada productivo, hace unos días me senté frente al computador para perder el tiempo navegando por redes sociales. Aquella mañana los saludos por el Día del Periodista acaparaban la atención de casi todos mis contactos, así es que me uní alegremente a los buenos deseos. Luego de que las felicitaciones se agotaron, fue saliendo otro tema común entre mi red de amigos: tímidamente, uno que otro comentaba que se sentía un poco viejo para ir al concierto de 31 Minutos aunque moría de ganas de hacerlo. Sin pudor, iban exponiendo sus reparos e incertidumbre públicamente, esperando en secreto algo de apoyo moral que no tardó en llegar a estos muros virtuales, como si se tratase de versiones digitales de los grafitis de mayo del 68: "Yo también voy a ir", "Lo que importa es ser joven de espíritu", "No somos tan viejos", "Yo arrendé un cabro chico para pasar piola" y demás frasecitas que arengaban a los indecisos a armar una pandilla de casi cuarentones para ir a saltar al son de "Diente blanco no te vayas" o "Mi muñeca me habló". Así, en esa ligereza de preocupaciones iba mi navegación ociosa, cuando me topé con una actualización de estado distante absolutamente de esta algarabía monera.
Una de esas típicas "amigas" de Facebook, que uno ha visto dos veces en la vida, me saca de mi feliz atontamiento con un mensaje que le dedica en su muro a alguien que, por la vehemencia con que lo denostaba, entendí la había pateado. Picado de curiosidad me fui hasta su perfil y leí uno a uno sus desahogos. Con una ferocidad que sólo puede engendrar el despecho, se enfrentaba a este hombre anónimo y mudo, al que increpaba, recriminaba y cuestionaba, como si se tratase de un hooligan enardecido gritándole a un mimo callejero, que nunca responde, que no se da por enterado, que sólo mira con gestos sobreactuados desde el otro lado del computador.
Impresionado por su disciplina y constancia, leo a esta chica insultar a su ex pololo, ex amante, ex andante o lo que fuere con una dedicación digna de un emprendedor. Poseída por su enojo le dice de todo un poco: mentiroso, falso, poco hombre, hipócrita, desgraciado, inútil, insensible. Y un centenar de garabatos de tono múltiple. Pero no se crea que eran insultos tirados con ventilador, sino que integrados a un texto trágico que le daba contexto al improperio. Sin embargo, lo que más me llamaba la atención era la cantidad de preguntas y frases que le decía ahora que él ya no la quería escuchar: ¿Qué hiciste aquella vez en que...? o ¿Dónde estabas cuándo yo te necesité y ...? y otras tantas que harían ruborizar a esos personajes shakesperianos inmersos en dramas épicos. Así, golpeado por este drama hindú con el que me había encontrado de casualidad y asombrado de ver cómo el amor se descompone más rápido que un bistec al sol, salí a comprar una entrada para escuchar en vivo el ránking top top top de Policarpo Avendaño, intentando encontrar algo de equilibrio espiritual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS