La Orden de Malta
por Pbro. Luis Eugenio Silva
Diario La Segunda, Jueves 05 de Septiembre de 2013
Diario La Segunda, Jueves 05 de Septiembre de 2013
cumple 900 años. Es la más antigua orden de caballería medieval y la única que como tal existe. Hoy, pasados los tiempos heroicos, de guerras contra los infieles y servicio a la Iglesia, ella cumple una doble función: difundir la fe cristiana y católica y asistencia a los pobres, especialmente a los enfermos, siendo fiel a los mandatos de Cristo y en la pertenecía a la Iglesia Católica.
Se inicia por el año 1099 con el hoy Beato Gerardo, venido de Martigues a Jerusalén, y que se dedicaba al cuidado de los enfermos que peregrinaban a la ciudad santa. Había una especie de cofradía, antigua, proveniente de Amalfi, que cuidaba enfermos, y es probable que allí haya trabajado Gerardo. Por aquella época no tenía estatus ni organización militar, que en el 1114 se transforma en militar, bajo la administración del sucesor de Gerardo, Raimundo de Puy. Tres años antes el Papa Pascual II aprobó a la fundación, que se llamara Orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, tomando Raymundo el título de Maestro, hoy Gran Maestro.
Participaron sus caballeros en todos los combates en contra del Islam en período de las cruzadas, y en el reino latino de Jerusalén, siendo un elemento fundamental en la defensa de la fe cristiana que se había restablecido en los reinos y feudos que crearon las cruzadas. A diferencia de los Templarios, suprimidos por el Papa Clemente V en 1314, que a la caída de los estados latinos se retiran a Europa, los Hospitalarios pasan por Chipre, Rodas y Malta, agregando a su nombre dichas regiones.
Célebre fue el sitio de Malta el año 1565, realizado bajo el mando del Sultán Suleimán, donde los caballeros dieron un ejemplo de heroicidad a toda la Cristiandad. Eran los tiempos donde la fe exigía una defensa militar ante los peligros que el Islam originaba. Se quedan en Malta, isla que con otros islotes les había concedido Carlos V, hasta 1799 cuando Bonaparte se apodera de la isla. Después de un peregrinar y estar bajo el zar de Rusia, algo anómalo para una institución católica, dado que los zares eran ortodoxos, pasaron a Roma donde está hasta hoy la Sede del Gran Maestro y del Soberano Consejo.
Su carácter militar fue poco a poco desapareciendo ya que así lo requerían los tiempos y la acción asistencial ocupara su tiempo y riquezas. Durante las dos últimas guerras mundiales, la Orden se distinguió con la ayuda asistencial médica a soldados y poblaciones afectadas por los flagelos bélicos. Hoy la Orden es una entidad reconocida por el derecho internacional, a la manera de un Estado, que no tiene territorio, pero que intercambia embajadores con los estados. Su gran Maestre, elegido por los caballeros de Obediencia, es vitalicio, y su nombramiento es ratificado por el Papa.
Sus caballeros, damas y religiosos esparcidos por todo el mundo, pertenecientes a diferentes niveles de la Orden profesan la fe católica y al ser parte de una orden religiosa de laicos, deben llevar una vida consecuente con los principios que profesan, y dedicarse, en la medida de sus capacidades y ubicación en la sociedad, a defender la fe católica y a servir a los pobres. , dicho esto en un mundo donde las categorías nobiliarios y feudales eran lo normal y corriente.
La Orden de Malta ha pasado por dificultades y de todas ha salido airosa, sin duda porque se han renovado en el espíritu y carisma de sus fundadores. Hoy tiene representantes en las organizaciones humanitarias y culturales del mundo. Ya no es poseedora de grandes extensiones de tierra, y sólo conserva algunas en Venecia, Lombardía, sur de Italia y Austria, y sin embargo su acción benefactora se extiende por el mundo entero, por cierto en Chile lo hace a través del Auxilio Maltés.
Con el tiempo, ramas no católicas de los hospitalarios han sido fundadas y reconocidas por la Orden. Sin duda esta noble y cristiana institución seguirá por mucho tiempo sirviendo a los enfermos y a los necesitados del mundo además de profesar cada uno de sus miembros la fe católica.
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