Su humor destemplado (el de Cage)
lo utilizó para despachar a los inocentes
que pedían virtuosismo.
Cuando niño, Cage fue un tipo raro
y con especiales dotes para el piano,
pero despreciaba la fatuidad
y los estudios convencionales.
Lo suyo era pensar
y enfrentar al público
a situaciones que
sobrepasaran
el umbral estético.
el silencio que lo apaga,
y ningún silencio
existe que no esté
cargado de sonido.
John Cage
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