El vendaval de malas ideas
y el anuncio de políticas públicas irresponsables
basadas en un diagnóstico falso
y la anunciada aplicación de remedios equivocados,
han provocado la sensación de iniminente naufragio,
de allí el intento desaforado de tirar todo por la borda
y olvidarnos de que hay que estibar la carga sin perder el rumbo.
Cambiar lo que está mal y conservar lo que está bien;
se sobrevalora el cambio y se subestima la estabilidad.
La mecánica clásica tenía un modelo de átomo
-aunque no servía a causa de su inestabilidad-:
de allí surgió la mecánica cuántica
que hasta hoy no comprendemos del todo
y a muchos no les gusta, pero funciona.
De qué sirve construir castillos de naipes
con las ilusiones de la gente,
que terminan, como lo muestra la historia
en frustración, estancamiento, mayor pobreza,
cuando no males mayores que los que
se pretendía corregir.
El capital ataca huyendo
y no siempre va donde más se le necesita
sino a donde renta más.
Cómo colocar los incentivos correctos
y las regulaciones necesarias
-pocas pero efectivas-
que favorezcan la inversión
y diseñadas para facilitar
y el anuncio de políticas públicas irresponsables
basadas en un diagnóstico falso
y la anunciada aplicación de remedios equivocados,
han provocado la sensación de iniminente naufragio,
de allí el intento desaforado de tirar todo por la borda
y olvidarnos de que hay que estibar la carga sin perder el rumbo.
Cambiar lo que está mal y conservar lo que está bien;
se sobrevalora el cambio y se subestima la estabilidad.
La mecánica clásica tenía un modelo de átomo
-aunque no servía a causa de su inestabilidad-:
de allí surgió la mecánica cuántica
que hasta hoy no comprendemos del todo
y a muchos no les gusta, pero funciona.
De qué sirve construir castillos de naipes
con las ilusiones de la gente,
que terminan, como lo muestra la historia
en frustración, estancamiento, mayor pobreza,
cuando no males mayores que los que
se pretendía corregir.
El capital ataca huyendo
y no siempre va donde más se le necesita
sino a donde renta más.
Cómo colocar los incentivos correctos
y las regulaciones necesarias
-pocas pero efectivas-
que favorezcan la inversión
y diseñadas para facilitar
que los recursos lleguen
donde más se lo necesite.
Pretender que el país se desarrolle
por la varita mágica de las alzas impositivas
es como querer curar la anemia con sanguijuelas
dicen que dijo la Dama de Hierro.
Hay que ser responsables
con lo que se le extrae a la la gente a través de tributos;
ser eficientes en el uso y asignación de los recursos,
proteger el empleo, la calidad de vida,
donde más se lo necesite.
Pretender que el país se desarrolle
por la varita mágica de las alzas impositivas
es como querer curar la anemia con sanguijuelas
dicen que dijo la Dama de Hierro.
Hay que ser responsables
con lo que se le extrae a la la gente a través de tributos;
ser eficientes en el uso y asignación de los recursos,
proteger el empleo, la calidad de vida,
fortalecer la familia y la convivencia,
el ambiente natural y el clima social.
Hay problemas complejos, para los que existen
soluciones simples, atractivas y erróneas.
La complicación enturbia la mirada,
la complejidad la enriquece.
Integremos visiones
el ambiente natural y el clima social.
Hay problemas complejos, para los que existen
soluciones simples, atractivas y erróneas.
La complicación enturbia la mirada,
la complejidad la enriquece.
Integremos visiones
o, al menos confrontémosla
en un diálogo fructífero y respetuoso
en que todos aprendamos algo
con miras del bien del país
por sobre el interés personal.
Aprendamos la disciplina de escuchar,
de dialogar afinando nuestro pensamiento
sin tener que renunciar a nuestras convicciones
ni querer ridiculizar creencias que no comprendemos.
____
Aprendamos la disciplina de escuchar,
de dialogar afinando nuestro pensamiento
sin tener que renunciar a nuestras convicciones
ni querer ridiculizar creencias que no comprendemos.
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Texto enviado al blog asociado a la columna de Gonzalo Rojas
publicada en la página editorial de El Mercurio. 10.07.2013
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