Los actos sacrílegos en la Catedral
perpetrados por un centenar
de manifestantes concertados
que se desbandan de una marcha
a favor del aborto, autorizada
para realizarse en el Parque Forestal
y efectuada por la Alameda,
se complementan con la estampida
de trece caballos de Carabineros,
desbocados y sin sus respectivos jinetes
que aparentemente espantados
por perros vagos, emprenden
una loca carrera desde el
Parque Forestal hasta
la Plaza de Armas y el Paseo Ahumada.
La profanación, el delito impune,
la autoridad descabezada y sobrepasada.
¿Las Yeguas del Apocalipsis?
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