Será la primera visita al país del cantautor estadounidense más venerado de los últimos 30 años. La gira también incluye a Brasil y Argentina. Las entradas se anuncian en los próximos días.
"El Jefe" ya pactó su aterrizaje. Aunque en Chile nunca ha despertado el culto casi religioso que luce en otras latitudes -como Inglaterra o España- y su música en radios locales se remite sólo a un puñado de éxitos, esta semana se cerró una de las visitas más trascendentes de la temporada y una figura cuyo arribo asomaba, hasta hace no mucho, como una mera utopía: Bruce Springsteen (63), el cantautor estadounidense más exitoso y venerado de los últimos 30 años, símbolo ineludible del cronista que retrata los triunfos y las miserias de su sociedad, debutará en el país el jueves 12 de septiembre, a las 21 horas, en Movistar Arena, según confirman a La Tercera fuentes de la industria de los megaconciertos.
El concierto es parte de una gira sudamericana que también pasará por Brasil y Argentina. De hecho, en ambos países, el hombre de Dancing in the dark reportará su segunda vez: en 1988 cantó en Sao Paulo, en Buenos Aires y en el histórico evento de Amnistía Internacional que se celebró en Mendoza, lo más cerca que estuvo de la audiencia chilena. Además, su inminente periplo por la región se empezó a negociar a partir de su confirmada fecha en el festival Rock in Rio, cerrada para el sábado 21 de septiembre.
A partir de ahí, dos productoras nacionales comenzaron a sondear la opción de traer al artista a la capital. Al analizar el escenario, se toparon con un primer obstáculo: las dudas en torno a su real convocatoria en el país, atendiendo a la relativa y acotada resonancia que ha tenido su obra en el circuito chileno. Un recelo que, además, se justificaba ante su alto precio: según diversas estimaciones de la industria de conciertos en el país, su tarifa es superior al US$ 1 millón. Frente al acertijo, las negociaciones con los representantes de Springsteen quedaron congeladas durante parte del primer semestre.
Eso sí, la posibilidad de sumar una fecha en Buenos Aires -la que aún no se oficializa- convenció a una productora local de levantar el evento en Santiago, en un reducto con aforo para cerca de 15 mil personas. Las coordenadas sobre las entradas para el show se revelarán en los próximos días.
LA MADUREZ
Un momento que asoma casi ensoñado para los seguidores de "El Jefe" en el sur: según las reseñas de su actual gira, y que él mismo ha establecido a través de sus últimas entrevistas, su trayectoria se ha consolidado en una madurez plena, con presentaciones que sobrepasan las tres horas -una de sus marcas de fábrica- y con una energía que lo ha llevado a recibir los mayores elogios de su trayectoria. Todo bajo la compañía de su histórico conjunto, la E-Street Band, donde aún sobreviven integrantes que lo acompañan desde los años 70.
En una reveladora entrevista a la revista Rolling Stone de 2012, para hablar de su entrega de ese mismo año, Wrecking ball, calificó su última década en los escenarios como "la mejor y más enriquecedora de mi vida". De hecho, recalcó que no tiene problemas en despegar en vivo la enorme felicidad de seguir como un referente de la canción estadounidense, pese a las penurias del mercado discográfico y, sobre todo, la sensible pérdida de algunos de sus aliados más cercanos, como el saxofonista Clarence Clemons, fallecido en 2011.
A la hora de observar su repertorio -los que varía cada noche-, el músico promedia las 30 composiciones y no descuida sus mayores himnos, esas piezas que lo graduaron como crédito ineludible, como Thunder road, The River, Born to run o Born in the U.S.A.
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