Diario El Mercurio, Vivienda y Decoración, Sábado 15 de Junio de 2013
http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={34aeba3b-fca2-44e4-9e74-c0f8fcccefc5}
Hace unos quince años, el paisajista Juan Grimm enfrentó por primera vez el desafío de diseñar un jardín en la Isla Grande, en un paisaje conmovedor, pero de clima hostil y en un terreno en malas condiciones para plantar. Hoy se ve como lo imaginó entonces, gracias a un simple gesto inicial que dejó a la naturaleza hacer el resto.
Texto, Mireya Díaz Soto. Fotografías, Renzo Delpino, gentileza Juan Grimm ESTE JARDÍN ES CIENTO POR CIENTO SUSTENTABLE: SÓLO SE PLANTARON ESPECIES NATIVAS Y NO HAY MÁS Riego QUE LAS LLUVIAS.El lugar pertenece a una familia que veranea allí, en Ancud, cuenta con 8 hectáreas posadas sobre un acantilado, y recibe mucho viento y salinidad del océano Pacífico sin filtro alguno. Cuando el paisajista Juan Grimm fue invitado a convertir lo que allí había en un jardín privado, la primera etapa sufrió un embate: muy pocas plantas sobrevivieron. Ocurría que con anterioridad toda la planicie había sido devastada, incluido el bosque antiguo, para destinar el terreno a la siembra de papas y el pastoreo de ganado. Por eso, cuando se plantaron las primeras especies, el viento salino arrasó con todo. La solución entonces fue sembrar pastos que protegieran los brotes.-Observando la forma cómo se asocian las especies en este lugar, quedó claro que cada una de ellas necesitaba a la otra para crecer y finalmente establecerse, y así generar un hábitat adecuado para llegar a la madurez del bosque perdido. Me di cuenta de que había que dejar pastos en ciertas zonas, para que las semillas de las primeras especies colonizadoras crecieran entre las gramíneas, y luego esperar algunos años. Juan Grimm había visto algo similar en Galápagos, donde visitó zonas que, pese a haber sido quemadas por lava, de un hoyo mínimo comenzaban a salir pastos y entre éstos, otras vegetaciones, hasta conformar selvas. Al aplicar en este caso la misma medida, el paisajista dio el primer paso para lo que él llama "un solo gesto", y se complementó con las curvas que contuvieron el área de tratamiento, y que indican el límite entre los pastos con agrupaciones de vegetación, y el resto de la pradera. -Yo encontraba muy interesante que sólo con eso, no cortar el pasto, ir plantando una que otra cosa y eliminar el ulex -una planta invasora terrible, que está destruyendo el sur de Chile porque se mete a sol y a sombra, en el sotobosque incluso, y que a la gente le gusta porque tiene una flor amarilla muy linda- el jardín lograría extenderse y establecerse. Poéticamente, la idea es que se cierre la selva y se convierta en la original. En teoría, pero no puedo, porque el dueño ya me ha reclamado que si sigo lo dejaré sin patio -dice entre risas.Haber empleado en todo el proyecto sólo plantas nativas es otra de las características de este trabajo. Hay en su mayoría ulmos, arrayanes, escalones, canelos, coligüillos, bromelias, chupones. "Del jardín anterior había una que otra rosa, coníferas. Saqué todo, salvo un par de crocosmias que están junto a la casa. No hay plantas que no sean originarias", dice Grimm. Los árboles nuevos que se defendieron protegidos por algunos existentes o por arbustos arman ahora un conjunto que no cambia de color durante el año -salvo por algunas floraciones sutiles de chilcos y canelos- y que no permite distinguir entre unos y otros. Luego de casi quince años, el lugar ha adquirido la fisonomía que imaginó Juan Grimm en un comienzo, y el concepto que tenía en mente: "Ya no es un jardín, es parte de algo natural". LAS LLUVIAS EN LA ZONA ALCANZAN LOS 2000 MM AL AÑO, Y LA TEMPERATURA MEDIA, LOS ONCE GRADOS CELSIUS. Archivo del profesionalJUAN GRIMMEste destacado paisajista chileno, cuya obra se despliega por distintos puntos de Sudamérica, cuenta que ésta es su primera intervención en Chiloé. Y el desafío mayor fue "tener que esperar muchos años, y resistir la tentación de poner plantas exóticas que se verían magníficas. Aquí no hay rododendros ni azaleas".LAND ARTMientras las plantas se fortalecían, creciendo entre pastos y gramíneas, el paisaje adquirió un encanto distinto al actual, totalmente amarillo, con una estética, según Grimm, que evoca el Land Art. Esta imagen debe ser del año 1999 o 2000, y hoy ese mismo lugar está totalmente cubierto por un manto de vegetación verde.PUNTO DE COLORLa bromelia se sostiene en los troncos de diferentes árboles, ya que puede tener raíces aéreas. Viene de la familia de las Bromeliaceae, y vive feliz en este entorno boscoso, ya que recibe pocos rayos de sol filtrados por las ramas. Hay unas 3 mil especies, de gran variedad de formas y colores.
http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={34aeba3b-fca2-44e4-9e74-c0f8fcccefc5}
Hace unos quince años, el paisajista Juan Grimm enfrentó por primera vez el desafío de diseñar un jardín en la Isla Grande, en un paisaje conmovedor, pero de clima hostil y en un terreno en malas condiciones para plantar. Hoy se ve como lo imaginó entonces, gracias a un simple gesto inicial que dejó a la naturaleza hacer el resto.
Texto, Mireya Díaz Soto. Fotografías, Renzo Delpino, gentileza Juan Grimm ESTE JARDÍN ES CIENTO POR CIENTO SUSTENTABLE: SÓLO SE PLANTARON ESPECIES NATIVAS Y NO HAY MÁS Riego QUE LAS LLUVIAS.El lugar pertenece a una familia que veranea allí, en Ancud, cuenta con 8 hectáreas posadas sobre un acantilado, y recibe mucho viento y salinidad del océano Pacífico sin filtro alguno. Cuando el paisajista Juan Grimm fue invitado a convertir lo que allí había en un jardín privado, la primera etapa sufrió un embate: muy pocas plantas sobrevivieron. Ocurría que con anterioridad toda la planicie había sido devastada, incluido el bosque antiguo, para destinar el terreno a la siembra de papas y el pastoreo de ganado. Por eso, cuando se plantaron las primeras especies, el viento salino arrasó con todo. La solución entonces fue sembrar pastos que protegieran los brotes.-Observando la forma cómo se asocian las especies en este lugar, quedó claro que cada una de ellas necesitaba a la otra para crecer y finalmente establecerse, y así generar un hábitat adecuado para llegar a la madurez del bosque perdido. Me di cuenta de que había que dejar pastos en ciertas zonas, para que las semillas de las primeras especies colonizadoras crecieran entre las gramíneas, y luego esperar algunos años. Juan Grimm había visto algo similar en Galápagos, donde visitó zonas que, pese a haber sido quemadas por lava, de un hoyo mínimo comenzaban a salir pastos y entre éstos, otras vegetaciones, hasta conformar selvas. Al aplicar en este caso la misma medida, el paisajista dio el primer paso para lo que él llama "un solo gesto", y se complementó con las curvas que contuvieron el área de tratamiento, y que indican el límite entre los pastos con agrupaciones de vegetación, y el resto de la pradera. -Yo encontraba muy interesante que sólo con eso, no cortar el pasto, ir plantando una que otra cosa y eliminar el ulex -una planta invasora terrible, que está destruyendo el sur de Chile porque se mete a sol y a sombra, en el sotobosque incluso, y que a la gente le gusta porque tiene una flor amarilla muy linda- el jardín lograría extenderse y establecerse. Poéticamente, la idea es que se cierre la selva y se convierta en la original. En teoría, pero no puedo, porque el dueño ya me ha reclamado que si sigo lo dejaré sin patio -dice entre risas.Haber empleado en todo el proyecto sólo plantas nativas es otra de las características de este trabajo. Hay en su mayoría ulmos, arrayanes, escalones, canelos, coligüillos, bromelias, chupones. "Del jardín anterior había una que otra rosa, coníferas. Saqué todo, salvo un par de crocosmias que están junto a la casa. No hay plantas que no sean originarias", dice Grimm. Los árboles nuevos que se defendieron protegidos por algunos existentes o por arbustos arman ahora un conjunto que no cambia de color durante el año -salvo por algunas floraciones sutiles de chilcos y canelos- y que no permite distinguir entre unos y otros. Luego de casi quince años, el lugar ha adquirido la fisonomía que imaginó Juan Grimm en un comienzo, y el concepto que tenía en mente: "Ya no es un jardín, es parte de algo natural". LAS LLUVIAS EN LA ZONA ALCANZAN LOS 2000 MM AL AÑO, Y LA TEMPERATURA MEDIA, LOS ONCE GRADOS CELSIUS. Archivo del profesionalJUAN GRIMMEste destacado paisajista chileno, cuya obra se despliega por distintos puntos de Sudamérica, cuenta que ésta es su primera intervención en Chiloé. Y el desafío mayor fue "tener que esperar muchos años, y resistir la tentación de poner plantas exóticas que se verían magníficas. Aquí no hay rododendros ni azaleas".LAND ARTMientras las plantas se fortalecían, creciendo entre pastos y gramíneas, el paisaje adquirió un encanto distinto al actual, totalmente amarillo, con una estética, según Grimm, que evoca el Land Art. Esta imagen debe ser del año 1999 o 2000, y hoy ese mismo lugar está totalmente cubierto por un manto de vegetación verde.PUNTO DE COLORLa bromelia se sostiene en los troncos de diferentes árboles, ya que puede tener raíces aéreas. Viene de la familia de las Bromeliaceae, y vive feliz en este entorno boscoso, ya que recibe pocos rayos de sol filtrados por las ramas. Hay unas 3 mil especies, de gran variedad de formas y colores.
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