Matthei es una muy buena candidata. Algunos dicen que en los días que lleva ha logrado superar las cifras de aprobación de Longueira y Allamand.
por Andrés Benítez - Diario La Tercera 27/07/2013
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SI BIEN fue a combos, patadas y amenazas de todo tipo, lo cierto es que la derecha está logrando sortear uno de sus momentos más difíciles de los últimos años. La prueba es que, en menos de una semana, colocó una candidata fuerte y bien posicionada. Por ello, aunque la Nueva Mayoría haya intentado sacar partido de la crisis, lo cierto es que hoy sabe que el nuevo escenario es más complejo para Bachelet. Tampoco es que estén desesperados, porque siguen ganando, pero es indudable que la elección adquirió un nuevo sabor. Cuánta pimienta cae sobre la sopa es algo que dependerá de algunas claves, entre las que se pueden destacar las siguientes.
1) Una campaña épica: hay que partir de la base de que la tarea de Matthei es maratónica. Ganarle a Bachelet es algo muy complejo, porque tiene poco tiempo y compite contra la figura política más fuerte que se recuerde en la historia política del país. Eso lo saben ella, sus colaboradores y, por sobre todo, los electores. Por ello, a su campaña hay que darle un sentido de épica. Ganar sería algo glorioso, legendario, una hazaña. Es eso hay que evitar el exitismo y la arrogancia, lo que logrará empatía y simpatía por su candidatura.
2) La candidata precisa: plantear una campaña épica es hoy posible, porque Matthei es objetivamente una muy buena candidata, algo que estaba en el imaginario, pero que ahora se ha ratificado en diversas mediciones internas. Se asegura que en los pocos días que lleva, ha logrado superar las cifras de aprobación de Longueira y Allamand, al tiempo que muestra un techo superior; es decir, tiene un espacio de crecimiento mayor dentro del electorado. En otras palabras, si bien llega como una candidata de emergencia, todo indica que ella es la mejor carta que hasta ahora ha mostrado la derecha.
3) El factor género: en el actual escenario, ser mujer aparece como fundamental. No sólo por el tono de la campaña, sino porque la derecha, confinada con Longueira a la batalla de las ideas, entra ahora a disputar también en la esfera de los atributos personales, un área donde Bachelet nunca ha sido desafiada. En esto, si bien la ex presidenta tiene ventajas en los atributos blandos -cercanía, empatía y otros-, Matthei sale favorecida cuando se trata de analizar la fuerza, el coraje para enfrentar momentos difíciles. Por ello, como me dice un analista, “si el estilo Matthei logra empatizar bien con la gente, entonces tendremos cueca”.
4) Dime con quién andas: la incorporación de figuras fuertes y competitivas a las listas parlamentarias, como Allamand, Cruz-Coke y eventualmente Golborne, entre otros, es fundamental. No sólo porque se trata de rostros atractivos, sino porque permiten dar mayor visibilidad y fuerza a la campaña de Matthei. Mientras más armado se vea al sector, más dividendos cosecha la candidata presidencial. Por ello, lo que ahora corresponde es que los partidos se concentren en esto.
5) ¿Hasta dónde?: hasta donde se pueda. La épica es un género que, bien desarrollado, admite muchas licencias, que mezcla elementos imaginarios e históricos, para configurar una realidad. En definitiva, permite soñar y movilizar, que es lo que hoy necesita la derecha. En definitiva, volver a ilusionarse.
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